Redacción El País
Los huesos hallados esta semana en una vivienda ubicada en la calle Ramón Anador entre José Batlle y Ordoñez y Marco Aureliano, en el barrio Buceo (Montevideo), no se tratan de restos humanos, según indicaron a El País fuentes de la investigación.
Los restos encontrados, y colocados en baldes de pintura, son “mayoritariamente extremidades anteriores y posteriores de huesos de animal (vaca) cortados con sierra, y también algunas costillas”, añadieron los informantes.
Este miércoles, un grupo de obreros estaba cavando un pozo para instalar una viga y a 50 centímetros de profundidad se encontraron varios huesos, cortados en pequeñas partes, que los colocaron en tres baldes.
Tras encontrar los huesos, dieron aviso a la Policía y se activó la investigación judicial. La fiscal del caso, Silvia Porteiro, lo comunicó a la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh), que pidieron asistencia a la antropóloga forense, Alicia Lusiardo.
La fiscal y la antropóloga forense, que ha liderado los desenterramientos clandestinos en dictadura (1973 – 1985) y lidera el Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF), acudieron ayer a la vivienda donde encontraron los restos.
La casa fue comprada hace unos dos años por nuevos propietarios, que recientemente comenzaron a hacer obras en la parte trasera. Vecinos de la zona contaron a Canal 12 que vivía una señora mayor sola, por lo que se descartó que los huesos fueran para estudios de Medicina. La mujer falleció, la vivienda estuvo abandonada y se presume que funcionó una boca de drogas.