JUSTICIA

Entre fines de 2019 y julio de 2020 llegaron a la Asociación de Directores de Carnaval de las Promesas (Adicapro) denuncias de algunas y algunos componentes adolescentes contra varios directores y un técnico de un conjunto. Estas incluían capturas de mensajes de texto con connotaciones de índole sexual hacia los menores.

Tras un procedimiento interno, el abogado de la Adicapro, Eduardo Outerelo, presentó dos denuncias penales en la Fiscalía a principios de este año. En setiembre pasado realizó una ampliación, luego de que se viralizaran en la red social Instagram acusaciones contra directores y técnicos, tanto de carnaval de adultos como el de las Promesas -cuyos componentes deben tener menos de 18 años. La cuenta se llama “Varones Carnaval”. Esas denuncias son hoy investigadas por la fiscal de Delitos Sexuales Silvia Lovesio.

En 2018, la asociación también denunció ante la Fiscalía a un carnavalero por un supuesto acoso realizado a una adolescente en el Teatro de Verano. Esa investigación es efectuada por la fiscal de Delitos Sexuales de 1er Turno, Darviña Viera, quien logró el procesamiento de un director el año pasado.

Lovesio, por su parte, ya tomó declaraciones al presidente de Adicapro, Leonardo Repetto, y a la secretaria de dicha institución, Betty Cuccaro, sobre el contenido de las denuncias que ambos recibieron de padres y adolescentes que participan en el Carnaval de las Promesas.

Los dos directivos de Adicapro ratificaron las denuncias en el sentido de que se trataba de casos que podrían tipificarse como eventuales abusos o acosos a menores.

Repetto explicó que tres directores acusados por las adolescentes fueron suspendidos como socios de la asociación -no concurren a las asambleas y podrían ser expulsados de la entidad social si la Justicia los condena-, luego de que se presentó la primera denuncia. Dijo, además, que luego de que surgieron los posteos en Instagram que advertían sobre supuestos acosos, otros seis se alejaron de los conjuntos. Es decir, un total de nueve directores abandonaron las agrupaciones del Carnaval de las Promesas.

Tras los alejamientos, uno de los grupos se disolvió y sus integrantes se integraron a otros. Otros tres son hoy gestionados por una comisión de padres de los componentes, luego que el director les realizara una cesión de los nombres de las agrupaciones. Esos padres, explicó Repetto, designaron a nuevos directores.

“Los padres tomaron conciencia y comenzaron a involucrarse”, explicó Repetto.

Posteriormente, dos psicólogas contratadas por Adicapro realizaron un abordaje de esos conjuntos. Repetto agregó que, en un futuro cercano, la asociación pretende que todas las agrupaciones del Carnaval de las Promesas tengan comisiones de padres que se encarguen de supervisar lo que sucede puertas adentro de cada conjunto.

En el Carnaval de las Promesas participan 43 grupos con 1.300 jóvenes.

El concurso de las Promesas se realizará el 20 de diciembre de este año. Según Repetto, el formato del concurso será modificado, ya que se designará a un jurado de tres integrantes deliberativos y no habrá puntajes como sucedía antes, al igual que en el carnaval de adultos.

En un principio, luego de que aparecieran las denuncias en Instagram, la intendencia dijo que iba a eliminar la competencia, pero luego dio marcha atrás.

Un relevamiento realizado a principios de setiembre de este año por la Asociación Directores de Carnaval de las Promesas concluyó que se realizaron 254 acusaciones contra carnavaleros en la red social Instagram. De estas, 68 fueron por supuestos acosos o abusos en el marco del Carnaval de las Promesas -del que solo participan menores de edad-; 161 en el carnaval de adultos y 25 son de “Murgas Jóvenes” y de comparsas del interior (Salto y San Carlos). Según el presidente de la asociación, Leonardo Repetto, algunas de estas acusaciones no implican delitos y otras sí podrían tipificarse como casos de abuso o acoso sexual.

“En varias situaciones coinciden los nombres de los denunciados”, explicó. De todas formas, las denuncias de las adolescentes y jóvenes dejan entrever que el hostigamiento era una práctica arraigada dentro del ámbito del Carnaval. En forma paralela, tres directores se presentaron en el Departamento de Delitos Informáticos para denunciar que habían sido nombrados en las redes sociales, siendo que, según ellos, no habían dicho nada de lo que en los posteos se indicaba.