"A mí Pasfer me arruinó": dos socios de empresa satélite de Conexión Ganadera dicen que no sabían que eran tomadores

Pasfer tiene tres socios; dos de ellos afirmaron que desconocían que recibían dinero "adelantado" de Conexión y que eran tomadores, el tercero

Vacas en Florida
Hombre arreando ganado en Florida.
Foto: Fernando Ponzetto.

La relación entre Conexión Ganadera y la empresa Pasfer sigue siendo foco de investigación para la Fiscalía de Enrique Rodríguez. La segunda, recibió, a lo largo de cinco años US$ 23 millones de dólares de la primera. Algunos de ellos, en concepto de "adelantos". Hace tres semanas, fueron citados a declarar los tres dueños de Pasfer: Maximiliano Rodríguez (el que tenía vínculo con Gustavo Basso) y sus dos socios. Surge de los audios de las declaraciones a los que accedió El País afirman que desconocían el vínculo entre su empresa y Conexión Ganadera. Uno de ellos afirmó: "Pasfer a mí me arruinó".

Ambos aseguraron que era Rodríguez quien manejaba el negocio e indicaron que nunca accedieron ni a las cuentas de la empresa ni a las declaraciones juradas sobre bienes ni ganado. Tampoco a las facturas. De hecho, cuando a uno de ellos se le leyó datos de una de las declaraciones juradas, afirmó que la información allí plasmada era "inviable" que fuera cierta.

Para estos dos socios, el negocio inicial de Pasfer era la compra, engorde y venta de ganado, lo que luego devino en otros negocios ganaderos. Sin embargo, la documentación aportada por el síndico muestra que en los campos de esa empresa había más de 6.000 animales que eran de Conexión Ganadera. El propio Rodríguez (informó El Observador) que Basso le prestó US$ 13 millones y como "condición" él tenía que firmar contratos de Conexión Ganadera como tomador.

Uno de los socios —el primero en entrar al negocio— declaró que la empresa tenía una deuda de US$ 1.200.00 con él. El segundo, una de US$550 mil que, a su entender, por los intereses generados, alcanzaría el millón de dólares. Esto, dijeron, está documentado en "giros, transferencias y cheques de terceros" en el primer caso y en mensajes de WhatsApp y planes de reestructuración de deuda en el segundo.

Pese a eso, sus situaciones no eran exactamente iguales. En el caso del hombre que manifiesta tener la deuda más grande, él reconoció saber que Pasfer tenía un fideicomiso —y por ende una deuda— en el Banco República y en el Santander. "Después, lo de los otros bancos me enteré cuando saltó todo y empezaron a caerme intimaciones de que le debíamos al BNA (Banco Nación), a BBVA y Scotiabank", dijo ante el fiscal.

Explicó además que el único vínculo que él conocía que tenía Rodríguez con Basso era que se vendía ganado a través del escritorio rural de él (su negocio particular por fuera de Conexión Ganadera). En un momento, a este socio le pareció raro que no lo vendieran a través de su propio escritorio rural (él es dueño de uno), pero a su cuestionamiento —afirma— Rodríguez le contestó que les convenía hacerlo con Basso porque él "adelantaba (el dinero de) las ventas".

En su caso, él también había ingresado en otro negocio con Rodríguez: la compra de unas canchas de fútbol en Canelones. La idea, dijo, era armar un complejo y que el proyecto se fuera pagando con el dinero que se generaba del propio alquiler de las canchas. Pero eso a veces no alcanzaba y se cubría con dinero que salía de Pasfer. Incluso él, personalmente, llegó a prestarle "giros chicos" a Rodríguez, pero siempre se le fue devuelto.

El segundo socio, que entró después al negocio, conoció a Rodríguez cuando empezó a venderle ganado para otro frigorífico. Cuando le ofreció sumarse a Pasfer, le dijo que no tenía que poner capital y aún así obtendría una parte equitativa en las acciones. Su "pago" sería aportar su conocimiento técnico, dado que es ingeniero agrónomo. "Apenas entro, ya lo (que me había dicho de que) no había que poner dinero, no fue así", aseguró. Dijo que Rodríguez le dijo que se había "demorado" una venta y precisaban capital. Así, este socio le pidió dinero a su padre para colaborar con la empresa.

A medida pasaba el tiempo, siempre le insistió en que precisaban más dinero para poder recuperar el total, por eso, algún tiempo después —dijo el segundo socio— quiso salir del negocio. Ahí "dejó de ir" a los campos y solo se preocupó por cobrar el dinero de su familia. Pese a eso —remarcó la Fiscalía— no cedió el porcentaje de sus acciones. Con la esperanza de recuperar lo invertido, aseguró, fue que firmó para obtener los dos fideicomisos (BROU y Santander).

Ambos socios afirman que nunca cobraron nada como ganancia por Pasfer. "Él siempre nos persuadía o nos decía 'va a salir, se va a arreglar el negocio'", declaró uno de ellos.

Rodríguez exculpó a sus socios

En su propia declaración, Rodríguez indicó: "No hay un punto de quiebre donde se pasa de ser una cosa a ser tomados para nosotros. De hecho no fue una decisión consensuada con los socios porque por eso me metí en el tema de los contratos, porque fue una situación que me vi puesto en ese lugar después de darme cuenta de la cantidad de contratos que tenía firmado".

Consultado puntualmente por el fiscal sobre si sus socios sabían de los "adelantos" que Basso le daba —que la "mayoría" venían de cuentas de Conexión Ganadera—, dijo que uno de ellos —el segundo— "seguro que no" y él primero está "casi seguro que no sabía". Agregó que no sintió "necesario" informárselos porque ellos no tenían "nada que ver" con el "llevar a cabo la empresa".

Los "adelantos" podían ser por entre US$100 mil y US$200 mil dólares cada vez, surge del audio que divulgó El Observador. Pasfer lo precisaba, explicó, para cubrir sus costos que, anualmente, eran US$ 800.000.

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