El gobierno vincula a narcos con desaparición de personas

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Efectivos policiales buscan cuerpos de dos adolescentes desaparecidos. Foto: M. Bonjour
Operativo policial por hallazgo de cuerpos de jovenes desaparecidos en El Cerro, homicidio de Jorge Cotelo y Emiliano Gonzalez en el barrio El Tobogan, Mvdeo., ND 20160518, foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

La Policía investigó a dos chancherías clandestinas vinculados a traficantes.

Un criadero clandestino de cerdos situado en Cachimba del Piojo (barrio La Teja) y una chacra del Marconi fueron investigados por policías como supuestos lugares utilizados por traficantes de drogas para hacer desaparecer a deudores o a individuos que perdieron cargamentos a manos de la Policía.

En tanto, un testigo protegido informó a policías de la Zona IV que un aljibe, situado dentro de una propiedad en Verdisol, también era usado por narcos para ocultar cadáveres.

Ef ectivos de la Unidad de Análisis de Hechos Complejos investigaron si la desaparición de dos jóvenes en el barrio Tobogán —restos humanos fueron encontrados hace poco en excavaciones— también estaba vinculada al uso de chanchos. En el predio de al lado de donde se encontraron restos de personas, había un criadero clandestino de cerdos. Sin embargo, los investigadores todavía no lograron reunir pruebas sobre si los cuerpos fueron utilizados como alimentos de los animales, dijeron a El País fuentes del caso.

El jueves 2, al ser entrevistado por el programa En la Mira de VTV, el subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez, dijo que en 2005 ya había datos sobre que una decena de personas habían desaparecidas por conflictos con narcotraficantes, cuyos cuerpos fueron tirados a una "piara de cerdos para que los coman".

La Policía investigó por lo menos tres lugares donde informantes señalaron que habían utilizado cerdos para hacer desaparecer los cadáveres.

"Cualquier cerdo de más de 100 kilos roe hasta los huesos de una persona", dijo a El País un jerarca policial que investigó delitos vinculados al crimen organizado.

En 2014, cuatro personas fueron detenidas en la Seccional 19° (La Teja) tras ser vinculadas a un criadero de chanchos clandestino ubicado en una chacra del barrio Marconi.

Luego de extenuantes interrogatorios, los sospechosos no brindaron ninguna información que pudiera incriminar a los propietarios del inmueble. Lo máximo que uno de ellos dijo a un subcomisario fue: "Me hago cargo de cualquier delito. Pero no voy a entregar (informa) a la chacra. No quiero ser comido por los chanchos".

Los tres detenidos quedaron en libertad. Sin embargo, los policías no se amilanaron. Solicitaron órdenes de allanamiento a la Justicia Penal y se dirigieron a la chacra del Marconi. Observaron que había rastros de un chiquero. Pero allí no quedaba ningún cerdo.

Los dos propietarios de la chacra fueron detenidos e interrogados en la seccional. Cada vez que los policías les preguntaban por los cerdos y cómo eran alimentados, los dos detenidos se reían en forma irónica.

Fueron procesados por los autos robados que eran desguazados en el inmueble. Las investigaciones determinaron que los dueños de la chacra eran los jefes de una banda que se dedicaba a realizar rapiñas y a robar autos.

Según las fuentes, estas personas ocupaban cargos medios de una organización de traficantes de drogas . Su función, además de recaudar dinero con las rapiñas y desguaces de autos robados, era hacer desaparecer los cuerpos de personas asesinadas por orden de los narcos, señalaron las fuentes. "Los familiares de los desaparecidos no hacían denuncias por temor a represalias", agregó un investigador.

Otro criadero clandestino de cerdos investigado por la Policía se encuentra en Cachimba del Piojo, una zona marginal ubicada en La Teja, contra el arroyo Pantanoso y la ruta 1. Del otro lado de la ruta 1 se encuentra El Tobogán, donde se sospecha que la banda del Casabó hacía desaparecer a sus rivales.

Según fuentes policiales, el propietario del criadero era un hombre con antecedentes penales que "hacía trabajos" para narcos de la zona. En ningún caso se precisa una gran logística para hacer desaparecer a una persona, señalaron los investigadores. Basta con secuestrarlo en la calle, llevarlo a un rancho y matarlo. Luego pagan con drogas a un adicto algo sádico para que haga el "trabajo sucio": desmembrar el cuerpo.

El aljibe.

A pocos kilómetros de El Tobogán, en una propiedad ubicada en la zona de Verdisol, traficantes de drogas hacían desaparecer personas tirando sus cuerpos en un aljibe profundo, según datos recibidos por la Policía por testigos protegidos. El caso todavía no fue derivado a la Justicia Penal.

Forense analiza restos de personas.

Los policías de la Unidad de Análisis de Hechos Complejos comenzaron a escavar con palas en la búsqueda de los restos de dos adolescentes en un predio ubicado cerca del arroyo Pantanoso. Poco después, un oficial de ese departamento se le acercó a la jueza María Noel Rodríguez y le dijo que la tarea iba a demorar horas. Luego el oficial llamó a la IMM y solicitó una máquina excavadora. Poco después aparecieron los restos humanos quemados. Pertenecían a un ex recluso de 34 años. Los peritos siguen analizando otros huesos hallados.

"Algunas de las desapariciones se realizaron de manera terrible".

En la entrevista concedida al programa En la Mira de VTV, el subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez afirmó que, desde los primeros años de gobierno del Frente Amplio, ya había informaciones sobre personas desaparecidas. "Ya teníamos algunos índices y datos que nos decían que en algunos lugares ya había desaparecido gente por el tema del narcotráfico", dijo. Y agregó: "Algunas de ellas de manera terrible, que han desaparecido de tal manera que no van a dejar rastros". Consultado sobre a qué se refería con decir que desaparecían "de manera terrible" dijo que, "por ejemplo", en algunos casos pueden haber tirado los cuerpos "a una piara de cerdos para que se los coman". Agregó que desde el 2005 en adelante desde la cartera "consideran" que debe haber unas 10 personas que están desaparecidas y que supuestamente fueron torturadas, ejecutadas y enterradas por los narcos.

Vázquez dijo que en Uruguay se desestructuró la sociedad y que luego llegó la droga.

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Efectivos policiales buscan cuerpos de dos adolescentes desaparecidos. Foto: M. Bonjour

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