Retiran asignación familiar a 600 niños menores de 10 años por no ir a la escuela

Son más de 3.100 los menores que se quedan sin la prestación a partir de este mes; en campaña Orsi y Oddone cuestionaron la medida, pero esto se seguirá aplicando al menos hasta 2026.

Niños en la escuela.
Niños en la escuela.
Foto: Archivo El País.

Más de 3.100 niños y adolescentes de todo el país dejaron de percibir desde este mes la asignación familiar por no estar matriculados en ningún centro educativo. La suspensión, que se informó hace un mes y se hizo efectiva ahora, incluye a 600, de varios puntos del país, menores de 10 años.

Desde hace más de una década, acudir a clases es una exigencia para recibir la llamada Asignación Familiar-Plan de Equidad (AFAM-PE), una prestación económica de unos $ 2.400, en promedio, orientada a los más vulnerables. La Ley 18.227, que activó esta asistencia se aprobó en el primer gobierno de Tabaré Vázquez, pero se comenzó a aplicar en 2013, en la gestión de José Mujica.

La exigencia de ir a clases para recibir la AFAM-PE volvió a generar debate en la última campaña electoral, cuando el entonces candidato presidencial Yamandú Orsi y el actual ministro de Economía, Gabriel Oddone, se posicionaron a favor de quitar este requisito.

El decreto 239/015, que reglamentó hace una década la Ley 18.227, prevé dos cortes anuales de la AFAM-PE. En julio se hace el primero para quienes no se hayan inscrito a ningún centro educativo hasta entonces, y en octubre ocurre el segundo, para quienes acumulen determinada cantidad de faltas durante el año.

Las autoridades detectaron en esta primera etapa unos 5.500 jóvenes, de todo el país, que no estaban matriculados en ningún centro educativo. En otras palabras, se trata de niños y adolescentes, de los quintiles socioeconómicos más bajos, que no tuvieron ni un día de clases hasta la mitad del año.

Con esta imagen de desvinculación escolar, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) impulsó una búsqueda “caso a caso” de los jóvenes, junto a varios organismos públicos. El gobierno informó en agosto la revinculación de 2.246, pero restan 3.136 -de los cuales a unos 2.000 no se logró ubicar- a quienes se les quedará suspendida la AFAM-PE a partir de este mes.

Menores de edad que no fueron revinculados

En el universo de esos 3.136 jóvenes que no accedieron a clases durante el primer semestre del año, 600 de ellos son menores de 10 años, según datos del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), a los que obtuvo El País a través de un pedido de acceso a la información pública.

Del total de menores de edad que no lograron ser revinculados, las autoridades reportaron no tener información -expresado en las planillas como “sin datos”- de su anterior pasaje por el sistema educativo a diciembre de 2024 en 770 de los 3.136 casos.

Si bien la mayoría de los jóvenes que no fueron inscriptos a un centro hasta el primer corte son en su mayoría adolescentes de 17 años (1.091), 16 años (669) y 15 años (389), en cuarto lugar se ubican los niños de cinco años (231), lo que marca su fuerte incidencia. En Uruguay, la educación es obligatoria a partir de los cuatro años, según la Ley 18.437.

En concreto, los niños de cinco años (231), seis años (134), siete años (67), ocho años (53), nueve años (64) y 10 años (51), suman 600 jóvenes que no solo se perdieron los cursos académicos hasta la mitad de año, sino una etapa clave de socialización para su formación personal posterior.

Un escolar con su túnica y moña frente a la escuela.
Un escolar con su túnica y moña frente a la escuela.
Foto: Archivo El País

Entre los “candidatos efectivamente suspendidos” de la asignación familiar, a partir del 1° de agosto, según reportó el Mides, también hay jóvenes de 11 años (56), 12 años (63), 13 años (106) y 14 años (162), en diferentes departamentos.

La cantidad de suspensiones de la AFAM-PE aumenta en zonas de mayor población. Sin embargo, en todos los departamentos se registra al menos un caso de desvinculación escolar.

Montevideo concentra más desvinculados (1.753), seguido de Canelones (442), Maldonado (191), Rivera (89) y Paysandú (79). Flores registra la menor cifra de casos del país (6, todos mayores de 15 años).

A su vez, en los territorios con mayor población (Montevideo, Canelones y Maldonado) se reportaron desvinculaciones de todos las edades. A diferencia de otros departamentos, que tienen menos casos, y no en todas las edades.

En tanto, entre los departamentos que registran casos en varias franjas etarias, se acumulan más desvinculaciones entre los más chicos (5 años) y en el otro extremo, adolescentes (15 a 17 años)

Cartel escolar. Foto: Archivo El País
Cartel escolar.

Más de la mitad de los 231 niños de cinco años que no asistieron a clases en el primer semestre viven en Montevideo (144); en 132 de ellos, el Estado no conoce su última vinculación a un centro educativo.

La mayor cantidad de episodios de desvinculación escolar a los cinco años se registraron, además de en Montevideo, en Canelones (34), Maldonado (10), Rocha y Rivera (con nueve casos cada uno). Se reportaron casos en esta edad en todos los departamentos, menos en Durazno, Flores, Florida y Treinta y Tres.

En el otro extremo, en los jóvenes de 17 años (1.091), más de la mitad también viven en Montevideo (573). Aunque la diferencia con los niños de cinco años es que las autoridades saben que casi la totalidad (523) asistió en el pasado a algún curso de la ANEP.

Caggiani insiste: “No se puede faltar”

“Mientras falte un pibe, tiene que haber dispositivos que lo estén buscando. Hay que instalar eso de que no se puede faltar a clases; de que si no está, pasan cosas, y que si no puede ir por las razones que sean, vamos a mover cosas para que estén”, enfatizó el titular de ANEP, Pablo Caggiani, consultado por El País sobre la cifra de desvinculaciones.

Hace un mes, el jerarca sostuvo en entrevista con El País que su principal preocupación era “los 3.000 que no están” yendo a clases. Caggiani indicó que la búsqueda de estos jóvenes continuará “todo el año”. Durante agosto, revincularon a unos 200 menores, según sostuvo el jerarca.

El núcleo duro de quienes no están matriculados se concentra en los adolescentes, que plantean reiteradamente “¿para qué voy a ir?”, o que están trabajando y la asignación familiar “no compite con el laburo” por la distancia entre lo que perciben si trabajan, agregó Caggiani.

Entre los más chicos, una dificultad detectada por las autoridades es que hay casos de niños con enfermedades, o que bien las padecen sus familiares.

“Ahí hay un problema de políticas, porque si no hay un maestro comunitario, no hay nadie que pueda ir a generar una propuesta para el gurí”, agregó el presidente de la ANEP.

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