Más allá del título: postgrados que impulsan creatividad e innovación para la supervivencia profesional

La Universidad ORT Uruguay entiende que la creatividad facilita la adaptación a un mundo laboral aceleradamente cambiante. Postgrados como el Master en Diseño Estratégico e Innovación y el Master en Creatividad, Innovación y Comunicación buscan hackear la linealidad del sistema educativo tradicional, activar nuevas áreas cognitivas y ampliar las posibilidades de estudiantes que vienen de caminos profesionales diversos.

La secretaria docente de la Escuela de Postgrados y Actualización en Comunicación y Diseño, Sabrina Bianchi, conversó con El País acerca de cómo estas carreras impulsan los perfiles profesionales, enseñan metacompetencias y ayudan a poner en marcha insights innovadores que tienen el potencial de cambiar el mundo.

— ¿Por qué es importante la formación continua hoy?
— Las demandas del mundo laboral se han transformado drásticamente y siguen haciéndolo a gran velocidad. Antes, el logro era ser bachiller; ahora, los profesionales buscan tener varios postgrados para mantenerse al nivel de las nuevas exigencias. Lo que cambió es la fecha de caducidad del conocimiento: necesitamos una actualización mucho más ágil para resolver desafíos complejos con las herramientas que nos propone, especialmente, el desarrollo tecnológico.

Además, los postgrados son espacios de desarrollo creativo y un punto de encuentro para profesionales de múltiples disciplinas. Los estudiantes son ingenieros, arquitectos, psicólogos, sociólogos, creativos publicitarios, diseñadores… ¡Incluso hay una médica psiquiatra! Cuando estas mentes tan diversas se juntan a pensar soluciones a problemas complejos, los resultados creativos son exponencialmente mejores.

Otro aspecto clave tiene que ver con desarrollar talentos para diferenciarse de la inteligencia artificial y adquirir herramientas para descubrir hasta dónde se puede llegar en una era donde uno puede trabajar tanto para una empresa a la vuelta de la esquina como para cualquier parte del mundo.

Foto: Freepik.

— ¿Cómo logran planes de estudio que apunten a caminos profesionales tan diferentes?
— Principalmente, con docentes que tienen cerebros extraños, habilidades hard y soft, y trayectorias exóticas. Un ingeniero que estudió psicología y teatro, una comunicadora que trabaja en blockchain, un biólogo dedicado a la innovación social, una diseñadora que busca transformar negocios para un futuro más sostenible. No son mentes tradicionales. Y los estudiantes que llegan a este tipo de postgrados lo hacen porque quieren transformar su manera de pensar y generar cambios en la sociedad. Son perfiles bastante senior trabajando con algunos más junior que no necesariamente quieren un cargo nuevo en la empresa, sino que llegan con insights potentes: vienen, por ejemplo, a transformar la arquitectura sostenible de Uruguay o a cambiar con tecnología la calidad de vida de niños del mundo.

— Si lo que cambia hoy es la fecha de caducidad del conocimiento, ¿cómo impacta eso en los planes de estudio?
— En primer lugar, buscamos que los profesionales desarrollen metacompetencias, es decir, competencias que les permitan adquirir nuevas. Es el camino de aprender a aprender, que es el objetivo de este tipo de postgrados. En segundo lugar, estas carreras son únicas en la región —recibimos estudiantes de toda Latinoamérica: bolivianos, colombianos, argentinos, chilenos— y representan un ejercicio de creatividad e innovación per se porque actualizamos las propuestas académicas con agilidad. Los planes actuales, por ejemplo, son de 2025. Adaptamos los contenidos al avance de la inteligencia artificial y a los tiempos de trabajo de los profesionales de hoy, con mejoras significativas en los procesos de aprendizaje.

El mundo presenta problemas complejos y requiere de profesionales que se animen a estudiar y desarrollarse en espacios nuevos. Tenemos que ser creativos hasta en la forma de construir nuestro conocimiento. Solo así podremos tener capacidades diferentes y lograr, justamente, soluciones transformadoras para hacer la diferencia.

Foto: Freepik.