"Hay docentes con salarios abajo de la línea de pobreza", dijo Héctor Cancela, nuevo rector de la Udelar

El máximo jerarca de la universidad pública hasta octubre de 2026 buscará mayor presupuesto. Además, expresó que "hay mucho menos hábito de lectura" en nuevas generaciones de ingreso a la unviersidad.

Héctor Cancela, nuevo rector de Udelar hasta octubre de 2026, habló con El País a horas de asumir en el cargo.
Héctor Cancela en la Asamblea General del Claustro tras la elección de rector de Udelar.
Foto: Universidad de la República.

Este lunes asumirá el nuevo rector de la Universidad de la República (Udelar), que fue electo esta semana en la tercera sesión de la Asamblea General del Claustro. A horas de tomar las riendas de la universidad pública, el exdecano de la Facultad de Ingeniería y extitular del gremio docente universitario (ADUR) Héctor Cancela habló en entrevista con El País de los desafíos que tendrá por delante en las negociaciones con el arco político para aterrizar las propuestas contenidas en el plan estratégico de desarrollo que se trazó Udelar. También se refirió a las condiciones laborales docentes y cómo llegan las nuevas generaciones a los estudios terciarios.

—¿Cuál es la primer medida que tomará al asumir?

—La primera medida es algo que Udelar ya estaba pidiendo, que es mantener reuniones con distintos actores de gobierno, políticos, en torno al presupuesto universitario.

—Su próximo paso será buscar un presupuesto 52% mayor para el final del quinquenio, unos US$ 340 millones. ¿Por qué es importante obtener esos fondos extra?

—Hay un conjunto de coyunturas que hacen importante que la universidad siga creciendo. Tanto el gobierno, como las instituciones sociales, las empresas, y otras, golpean la puerta y nos piden que generemos conocimiento pertinente para el país. Entendemos que la universidad tiene la visión de contribuir a un país que dentro de cinco años tenga mayor bienestar, pero eso requiere inversión. Los trabajadores han asumido una matrícula creciente y un conjunto de actividades más grandes con un salario que se ha deteriorado, y con una cantidad de personal que es constante o ha disminuido.

—¿Cuál sería el punto donde usted pondrá más foco?

—En lograr mejores condiciones de estudio y trabajo. Para cumplir mejor la tarea en su globalidad necesitamos que los estudiantes tengan salones adecuados, las becas necesarias, los materiales de estudio, consultar a los docentes. Y que docentes y funcionarios tengan un salario digno, y haya suficientes personas trabajando para atender tareas.

—¿Dónde identifica las mayores dificultades?

—Los problemas son bastante transversales en todo el país. El crecimiento de matrícula ha sido enorme en el interior y Montevideo. Tenemos más de 160.000 estudiantes. Una de cada 20 personas en Uruguay está estudiando en Udelar. El plantel docente ha quedado muy concentrado en los cargos iniciales, grados 1 y 2, que tienen muchas veces una carga horaria muy baja y salarios que pueden ser menores, a $ 20.000 o $ 18.000. Ahí hay una dificultad muy grande porque parte esencial de la tarea está descansando sobre personas que están en un proceso formativo, o se formaron pero no tuvieron oportunidad de pasar a los grados superiores, con salarios abajo de la línea de pobreza, y no tienen muchas veces suficientes oportunidades de carrera. Los funcionarios y docentes tienen los salarios más bajos dentro de toda la educación pública.

—¿Se van a duplicar más horarios en las facultades para quienes hoy trabajaban?

—Es una preocupación general y depende en gran medida de tener presupuesto que permita crear más cargos. Hay un cuerpo docente que está muchas veces saturado y no tiene posibilidad de generar más horarios, pero también hay dificultades locativas. Como docente, hay asignaturas que dicto a las 08.00 porque aunque me encantaría que fuera a las 18.00 no hay salones suficientes.

—¿Cómo piensa afrontar la masividad, con cursos que tienen muchos estudiantes y pocos profesores?

—Este es uno de los puntos esenciales por los cuales entendemos que es urgente y muy clara la necesidad de incrementar el presupuesto. Más allá de todo lo que se hace en generar materiales, que haya herramientas de autoestudio, de tener cursos y materiales accesibles, materiales en video, clases en paralelo, buscar acuerdos con otras instituciones, pero requiere sí o sí un incremento presupuestal para justamente poder incrementar la cantidad de docentes y de horas docentes para atender esos cursos.

—¿Con qué nivel académico están llegando los nuevos alumnos de Udelar?

—Hay muchos fenómenos que coadyuvan en la diversidad de formaciones, y muchas veces hay una dificultad de los estudiantes de insertarse en una modalidad muy distinta, de estudio universitario, a lo que es en Secundaria. Hay una proporción muy importante de ingresos que provienen de hogares de porcentajes de ingresos más bajos y que muchas veces son primera generación. También ha habido cambios a nivel de reformas de planes de estudio en estos años pasados no fueron coordinados con la universidad.

—¿Observa una caída en el nivel frente a otros años?

—Sí, hay cambios significativos en las habilidades y los enfoques que los estudiantes traen al estudio. Pero la palabra nivel no me gusta porque parece que fuera un número medible y sabemos que lo que las personas saben, cómo se plantan frente a los estudios y cómo pueden avanzar no es una magnitud. Si vemos también otros cambios culturales. Es una generación mucho más audiovisual y evidentemente tiene mucho menos hábito de lectura, y eso es una dificultad. Las personas en nuestra sociedad estamos atravesadas por la inmediatez, el estímulo rápido, la satisfacción inmediata. El uso del celular o las redes sociales muchas veces están diseñados para buscar generarnos un estímulo rápido y una recompensa inmediata y el estudio universitario no tiene esas características sino lo contrario. Se requiere persistencia, perseverancia, y saber que se hace un esfuerzo durante años para tener una recompensa al final, que es el haber logrado un título. Entonces si entendemos que hay a veces un desajuste, que también nos cuestiona, nos impulsa a trabajar más y mejor en coordinación con ANEP para lo que es el tránsito, revisar nuestras prácticas docentes que también lo tenemos que hacer, y cuestionar estos cambios sociales que es parte de lo que Udelar tiene que hacer.

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