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Coronavirus: Codicen suspende las vacaciones escolares de primavera

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Escolares con tapabocas por la pandemia del coronavirus. Foto: Francisco Flores

LA MARCHA DE LA PANDEMIA

En la cuarta semana de setiembre, fecha en la que estaban previstas las vacaciones de primavera, no habrá receso. Las autoridades educativas evalúan dos opciones.

El calendario escolar está suspendido. Así lo han dejado en claro las autoridades educativas desde la declaración de la emergencia sanitaria. Pero a medida que se acercan fechas claves, los jerarcas tienen que tomar definiciones. Y ahora es el turno de las vacaciones de primavera.

“Aunque falta la resolución firmada, es casi un hecho que se suspenderán las vacaciones de primavera”, dijo a El País el presidente del Codicen, Robert Silva. Al menos las vacaciones entendidas como una semana de receso.

Porque las autoridades manejan dos alternativas: que no haya siquiera un día de asueto o que se declare festivo el lunes 21 de setiembre (Día Internacional de los Estudiantes) y el martes 22 (Día del Maestro).

El Codicen ya resolvió que el miércoles 23 de setiembre -fecha del fallecimiento de José Gervasio Artigas, en Paraguay- será el acto de Jura y Promesa de la Bandera. Se trata de un episodio establecido en la ley de Instrucción Militar, hace 80 años, y que solía desarrollarse el 19 de junio -fecha del natalicio del jefe de los orientales-, pero que este año fue corrido por la pandemia del COVID-19.

La Jura de la Bandera no impide que ese sea un día lectivo como cualquiera. Y como los escolares tuvieron este año dos semanas de vacaciones de invierno en lugar de una, todo conduce a la suspensión definitiva del receso primaveral.

Las asociaciones de colegios privados están a la espera de la resolución oficial. Algunos institutos ya fueron avisándoles a los padres sobre la “probable” suspensión de las vacaciones de setiembre.

La cantidad de días lectivos -en un año en que el calendario se vio castigado- y la marcha sanitaria de la pandemia no son las únicas variables que el Codicen tiene sobre la mesa a la hora de evaluar la suspensión de clases: lo “meramente educativo”, dijo Silva, “está en juego”.

Ocurre que en la sesión ampliada del Codicen, en la tarde de hoy, la directora de Planificación Educativa de la ANEP, Adriana Aristimuño, presentará los resultados de la encuesta que le fuera realizada a los docentes antes del receso de invierno. El sondeo revela, entre otras cosas, que la quinta parte de los maestros escolares y un tercio de los profesores de liceo y UTU consideran que sus estudiantes aprendieron “poco” o “prácticamente nada” durante la primera mitad del año.

Los resultados de la encuesta a los que accedió El País reflejan un escenario más desalentador que el que ya reflejaba el seguimiento de los alumnos a través de las plataformas digitales. Tanto es así que los propios docentes advierten sobre el rezago educativo, más de la mitad manifestó la dificultad de la enseñanza sin contacto cara a cara y el 60% entiende que la no obligatoriedad de la asistencia les juega en contra.

Pero así como el calendario escolar está suspendido, también lo está la obligatoriedad de la asistencia. En ese sentido, el Codicen quiere aumentar la presencialidad dentro del “escaso margen” para ampliar el horario y los días lectivos, reconoció el presidente del ente rector de la educación.

Bajo la modalidad de educación a distancia -cuando la presencialidad estaba suspendida- solo la mitad de los escolares y un tercio de los alumnos de educación media habían participado activamente de las tareas en línea. Así lo evaluaron los docentes en las encuestas que les fueran realizadas entre el 25 de junio y el 14 de julio.

Ese combo de baja participación, problemas logísticos, de rezago y hasta emocionales (la mitad de los liceales tuvieron dificultades de aprendizaje por “escasa motivación”) hizo que los docentes sintieran que han avanzado en el programa de estudios menos de lo que preveían. Un tercio dijo que avanzó “poco” o “nada”… casi como un semestre perdido.

Prevén que bachillerato finalice en diciembre

Los extremos etarios son los que más preocupan a los consejeros de la enseñanza obligatoria. Los más chiquitos porque están en una “etapa clave” del desarrollo cognitivo y son los que más dificultades presentan en el manejo de la tecnología para las clases virtuales. Y los más grandes porque son los que cuentan con menos margen para recuperar “lo perdido” al año siguiente. Pero en estos últimos, los estudiantes de bachillerato, las autoridades ven una esperanza: ampliar el calendario lectivo.

El calendario dice que, en teoría, los estudiantes acaban los cursos a comienzos de noviembre. Pero como ese calendario está suspendido, las autoridades ya prevén que se “estire” hasta diciembre. De ser así, Secundaria y UTU tendrán que revisar el período de examen de aquellos estudiantes que no lograron exonerar las asignaturas. El presidente del Codicen, Robert Silva, dijo que es “difícil” ganarle días a fin de año para los escolares, pero que en bachillerato “ya habría que ir haciéndose la idea de que las clases no pueden acabar en noviembre”.

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