“TENDRÍAMOS QUE IR MÁS RÁPIDO”
“Es tan imperiosa la necesidad de un cambio que se tendrá la participación que sea posible”, aseguró Carmen Sanguinetti, legisladora del Partido Colorado.
Cuando la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) inició su hoja de ruta para la reforma educativa, le encomendó a la consultora Opción la realización de una encuesta en que se demostró que dos tercios de los uruguayos veían necesarios algunos cambios en el sistema de enseñanza. A comienzos de mayo, otra encuestadora, Cifra, publicó que más de la mitad de los entrevistados veían necesarios “muchos cambios” en las escuelas y liceos. Y ayer, en un encuentro para discutir el documento base de la transformación curricular, los partidos políticos con representación parlamentaria (salvo el PERI, que no asistió), las cámaras empresariales, las cooperativas y sindicatos coincidieron con el diagnóstico: se necesita el cambio y con celeridad.
El salón de actos del edificio principal de la ANEP se convirtió ayer, al menos por una hora y cuarenta minutos, en el epicentro de un acuerdo. Porque los representantes de las colectividades políticas y productivas coincidieron en la necesidad de un marco curricular actualizado (ese documento que explica qué es lo que un país quiere para la educación de su sociedad, o “los cimientos del que se edifica el sistema educativo”, según la definición de la directora de Políticas Educativas, Adriana Aristimuño), concordaron con que ese marco tiene que ser en base a competencias (aunque con matices en cuanto a qué se entiende por ello) y que ese documento debe revisarse con periodicidad gobierne quien gobierne.
Las pocas tensiones del encuentro se resumen a la celeridad (o no) de esta reforma, a cuán involucrados están los distintos actores (incluyendo a los estudiantes), y en qué medida puede achacársele a la educación algunos problemas que son del conjunto de la sociedad.
“Existe una tensión entre la mayor participación y el énfasis en una mayor celeridad, (pero) es tan imperiosa la necesidad de un cambio que se tendrá la participación que sea posible. Siempre habrá voces que pidan más. Pero estamos antes un incendio, y ante un incendio hay que agarrar la manguera lo antes posible”, dijo Carmen Sanguinetti, legisladora del Partido Colorado.
Su mención fue en referencia a que el representante de las cámaras empresariales, Leonardo Loureiro, manifestó a su turno que “la velocidad (de la reforma) no es la adecuada (y que) tendríamos que ir más rápido”. Como ejemplo, mencionó el empresario, “el sector tecnológico ya hoy tiene una carencia de formación de unas 5.000 personas”.
Pero otros actores, a su vez, pidieron que en la consulta del documento debería involucrarse más a otros actores. Pablo Caggiani, del Frente Amplio, sugirió que se sume “más a los estudiantes y a las familias, darle otra relevancia al docente, y escuchar a las regiones (las distintas particularidades según las zonas del país)”.
En esa misma línea, Patricia Ravelo (del Partido de la Gente) pidió “escuchar al docente” y recomendó que este documento se “baje a tierra” con un léxico y una infografía que lo haga más amigable para los potenciales lectores.
También se expresó el representante de las cooperativas, Julio Cabrera (Cudecoop): “casi uno de cada tres uruguayos participa de alguna manera en una cooperativa y es necesario incluir al cooperativismo en la enseñanza obligatoria”.
Miguel Venturiello, del Pit-Cnt, agregó que los sindicatos de la educación fueron “muy manoseados públicamente”. Lo dijo luego de que Caggiani (frenteamplista) se refiriera a la “persecución” a los profesores de un liceo de San José (donde trabajaba el sindicalista Marcel Slamovitz, que justificó 250 faltas en dos años) y a la comisión investigadora en el Parlamento justamente por la falta de docentes de Secundaria.
Caggiani también criticó que el documento actual “no es consistente con el documento previo” que había aprobado la anterior administración (el Marco Curricular de Referencia Nacional).
Pero a su turno, el presidente del Codicen, Robert Silva, pidió que la transformación no sea vista como obra de una u otra administración y señaló que hay que desterrar los discursos fundacionales. De hecho, celebró el documento anterior como antesala del actual
En tanto, Pablo Villar, de las microempresas nucleadas en Anmype, dijo que hay que “reclamarle al sistema político que se pongan de acuerdo en cosas mínimas” para que se dé, cuanto antes, la transformación. “No puede ser que mis nietos estudien lo mismo que estudié yo; el mundo cambió”.
Énfasis que faltan en el documento
Nancy Núñez, del Partido Nacional, trabajó 32 años en la educación pública. A su entender, hubiese sido necesario “mucho antes, que la ANEP presentase un marco curricular como este”. Y parte del pedido de ella y sus colegas de otros partidos fue que se bajen a tierra los conceptos para que los maestros y profesores puedan apropiarse del cambio. Pero Javier Lasida, del Partido Independiente, fue un paso más conocer el documento y dijo que como el marco es una “meta del país”, sería bueno que todos entendieran el desafío de romper con el asignaturismo. Reconoció que es algo polémico y que genera resistencias, pero que “es necesario abrir el debate, al menos en las asignaturas que forman a los docentes”. También pidió más énfasis en segundas lenguas y pensamiento computacional.