Salud

En plenas celebraciones podrás notar que luego de tomar bebidas alcohólicas, a algunas personas se les enrojece la cara. Si no es producto de la exposición al sol, es probable que el color tomate que adquieren esos rostros se deba a la ingesta de alcohol. 

El etanol, una sustancia presente en las bebidas alcohólicas, es un compuesto químico que interfiere con la acción de las neuronas, nuestras células cerebrales, inhibiendo o estimulando la actividad de este órgano.

Cada persona experimenta un comportamiento diferente después de ingerir bebidas alcohólicas. Entre las reacciones más comunes están los cambios en el ánimo y la capacidad de atención, sueño, dolor de cabeza, náuseas y daños en las habilidades motoras y el equilibrio.

Estos efectos pueden depender de varios factores, como el tipo y la cantidad de bebida ingerida, la dieta, el uso de medicamentos e incluso la genética.

¿Qué pasa con el enrojecimiento? La genética es uno de los principales factores responsables de enrojecer el rostro y otras partes del cuerpo cuando se toma alcohol. Según datos de Genera, el primer laboratorio de Latinoamérica especializado en genómica personal, unas 540 millones en todo el mundo hacen esta reacción.

Las personas con esta afección, generalmente tienen una deficiencia de una enzima específica, la aldehído deshidrogenasa (o ALDH2). Una de las funciones de esta enzima es eliminar los componentes tóxicos del cuerpo después de beber alcohol. Con su mal funcionamiento, las sustancias tóxicas que deben ser expulsadas, se acumulan en el organismo, provocando que los vasos sanguíneos se dilaten y que la piel, especialmente la cara y el cuello, se ponga roja.

Además del característico rubor, una deficiencia en la enzima ALDH2 puede hacer que la persona sea más susceptible a otros efectos de las bebidas alcohólicas, provocando frecuentes dolores de cabeza y previniendo el aumento de la resistencia al alcohol, incluso después de hábitos de consumo prolongados.

Estudios de genética poblacional indican que a quien más se les nota este enrojecimiento cutáneo es a los asiáticos, por eso en algunos lugares lo llaman “rubor asiático” o “color asiático”.

Los investigadores en genética también han estudiado que los individuos de ascendencia asiática oriental tienen más probabilidades de tener deficiencia de la enzima aldehído deshidrogenasa (o ALDH2): se estima que entre el 30% y el 50% de los chinos, coreanos y japoneses comparten esta condición. Asimismo, los estudios estiman que hasta el 50% de la población de Asia oriental puede ser más sensible al alcohol.

Sonrojarse después de beber alcohol es un excelente ejemplo de cómo algunas características genéticas pueden variar de una población a otra.

La mejor forma de contrarrestar el rubor asiático es no beber alcohol, pero para quienes desean brindar con bebidas espirituosas, algunas recomendaciones para aliviar los síntomas son:

- Beber moderadamente.
- Optar por bebidas con menor cantidad de alcohol.
- Comer bien antes de beber y acompañar la copa con algo de alimento.
- Beber mucha agua y otras bebidas sin alcohol.