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Trucos para prender la estufa a leña y no morir en el intento

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Estufa a leña. Foto: Pixabay

HOGAR

Tener los ductos limpios, disponer correctamente la leña fina y agregar las astillas más grandes en el lugar adecuado son claves para un buen resultado.

Los días fríos llegaron para quedarse, pero a veces encender la estufa no resulta tan sencillo. Para que inicies el fuego sin complicarte demasiado, van algunos trucos.

Primer paso: disposición de la leña

Es importante que el ducto de la estufa esté limpio porque el hollín acumulado, aunque sea poco, reduce el efecto de calor. Tras asegurarte que esté limpio, manos a la obra y a prender fuego

El cómo se dispone la leña en la estufa es el primer paso rumbo al éxito. Pensá que estás armando una especie de pirámide y recordá colocar en en la base diarios, alguna piña y por encima -en forma cruzada- ramas finas. El cruzarlas será clave para que entre ellas circule el aire, elemento vital para iniciar el fuego (siempre se enciende por abajo).

“Cuando la leña está seca, dos o tres piñas y un poco de diario alcanzará para iniciarlo”, aseguró el ingeniero agrónomo Santiago Platero, principal de Platero leña que enfatizó que el índice de humedad ideal de la leña es de un 20%. “Para lograr una llama rápida, recomiendo el uso de astillas chicas o rolos cortos”, aconsejó el profesional que recalcó que es importante que el combustible y el oxigeno convivan bien.

Segundo paso: sumar leña gruesa

Una vez obtenidas las primeras llamas, es momento de sumar leña más gruesa. “Las astillas o palos más grandes se agregan por el costado”, aconsejó Platero. Uno de los errores más comunes es colocarlas arriba del fuego que se inicia, pero esto sólo logrará ahogarlo.

A la hora de elegir leña, la astilla de eucalipto colorado es una tradición local. Sin embargo, también puede optarse por alguna variedad de eucalipto blanco. “Los diferentes tipos de leña liberan distinto tipo de calor, la de monte hace más brasa, la astilla colorada seca brinda calor más rápido, la blanca es más barata pero requiere más astillas para dar el mismo calor”, explicó el experto.

Aunque en el mercado ya vienen productos armados para encender la estufa (son como unas barritas de madera compensada que se mantienen encendidas hasta que se prendan los leños), también hay algunos trucos caseros. 

Poner un poco de ceniza dentro de una lata y mojarla en querosene es uno de ellos. Este recipiente (una lata del tamaño de una de atún es perfecta) se coloca en la base de la pirámide. Otro elemento de utilidad es tirar alguna cuchara de azúcar entre los troncos. Un trocito de grasa también puede auxiliar en el encendido.

Estos tips no deben emplearse en estufas de alto rendimiento, porque además estos artefactos brindan la posibilidad de regular la entrada de aire para iniciar el fuego.

Encender el fuego es cuestión de práctica, ¡no desistas ante el primer intento!

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