El pasado 25 de noviembre se conmemoró el día internacional en contra de la violencia hacia las mujeres. Un día más en el año en donde se reivindica la necesidad de que el Estado, las políticas públicas, las instituciones y la sociedad toda trabaje en conjunto para terminar con este tipo de violencia que no sólo daña a las propias mujeres, sino a las infancias y adolescencias.
Con respecto a esto último, este año Unicef lanzó la campaña “no creas” para visibilizar que la violencia hacia las mujeres afecta a niños, niñas y adolescentes, y que ellos y ellas no son testigos, sino víctimas directas.
Es importante hablar de esto. Es importante que nuestras casas se conviertan en lugares seguros, para nosotras y para nuestros/as hijos/as. Pero es claro que no depende sólo de nosotras.
Terminar con la violencia depende de muchísimos factores, y no es posible hacerlo desde uno de ellos sin ver todos los demás. La crianza es uno, por ejemplo, las políticas públicas y destinar dinero a que las mismas funcionen es otro, la educación, la formación de quienes reciben las denuncias, el sistema médico, el sistema económico, entre otros.
Siempre hay que tener en cuenta que la violencia no abarca solo los golpes o lo físico, sino que también se enmarca dentro de ella la violencia psicológica, sexual, económica, obstétrica
Los días conmemorativos sirven para visibilizar, pero la verdad es que la lucha debe ser todos los días y en todos los ámbitos.
Marha Scanu
Lic. en Comunicación, Educadora en primera infancia, Doula, Educadora perinatal.
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