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El amor después de la mapaternidad y la importancia de validarse en el nuevo lugar que habitan

En su columna Guía de maternidad, Natalia Villanueva acerca algunos lineamientos de cómo sobreponerse como pareja a la llegada de un hijo y todos los cambios que eso conlleva

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Las relaciones sexuales son más complejas que lo que ciertos mitos dan a entender.
Foto: Rawpixel.com.

Se termina febrero, el mes que muchos conocemos como "el mes del amor" porque se celebra el día de los enamorados y eso me trae a esta reflexión sobre el amor después de la mapaternidad. Si existe un espacio para el amor después de la mapaternidad sé que muchas parejas podríamos decir que es casi un privilegio.

Como he mencionado en notas anteriores, la maternidad trae consigo muchos cambios en el cuerpo de la mujer, también en su cerebro, en sus emociones y en sus prioridades, todo cambia para ella, hasta puedo decir que la maternidad significa un cambio identitario muy profundo.

Así también ocurre para el papá, que aunque sea menos visible, también se ve movilizado por la paternidad, es un nuevo rol que ocupar en la familia y también está comprobado que su cerebro se ve modificado por su implicancia en la crianza.

Entonces, el nacimiento de un hijo conlleva un periodo de grandes cambios para la mamá y también para el papá, en su propia identidad, en las relaciones con amigos, familia, relaciones laborales, el entorno; en las actividades cotidianas e indefectiblemente en la relación de pareja.

Las necesidades del bebé pasan a ser prioridad y la rutina está pautada por el ritmo en que el bebé se adapta a este nuevo mundo, sus tiempos de sueño, de alimentación y demás cuidados. Así a los nuevos padres les es difícil detectar sus propias necesidades y las de su pareja, pues muchas veces no pueden identificarlas y esto genera posibles desencuentros.

En esos momentos será de gran relevancia tener una buena comunicación en la pareja donde puedan generar el espacio para intercambiar y expresar lo que siente cada uno y de esta forma comenzar a reconocerse y validarse en ese nuevo lugar que ahora habitan.

El lenguaje del amor en la mapaternidad

En su libro Los cinco lenguajes del amor, Chapman dice que existen cinco maneras de dar y recibir amor, o formas en las que las personas percibimos que somos amadas. En la crianza el amor se ve atravesado por todo lo que significa cuidar a un bebé. El día a día de la pareja se puede basar en el afán de resolver los quehaceres, las compras, la economía del hogar, las necesidades del nuevo bebé y el amor puede quedar tapado por los mandatos y el deber ser de la mapaternidad o puede quedar a un lado, transformándose casi en un privilegio para cuando tenemos tiempo.

Chapman define a esos lenguajes del amor en: Palabras (expresar cariño amor hacia el otro), Tiempo de calidad, Regalos, Actos de servicio y Contacto físico. Si pensamos estos cinco lenguajes relacionados con esos momentos de la crianza más demandantes, como es el puerperio o etapa de desbordes emocionales como los "berrinches", esos momentos que nos dejan más vulnerables, ¿cómo sería?

Para concluir esta reflexión voy a intentar contarte cómo los veo y los siento yo. Creo que en esos momentos de la crianza para la pareja es fundamental tener una red de contención que los acompañe sin juzgar, ni opinar de más, para que no se vean abrumados por los mandatos y puedan descubrirse en ese nuevo rol como mapadres.

Una red que haga más liviana la crianza, los cuidados y los quehaceres de la casa. Entonces siguiendo los lenguajes de Chapman, me atrevo a darte mi versión:

Palabras: encuentra un espacio en el cual poner en palabras lo que sientes, todo lo que necesitas como madre o padre; planea momentos de encuentro contigo y de autocuidado que te reconforten y te hagan la crianza más liviana.

En pareja es importante que busquen momentos en los que conversar sobre sus necesidades y reencontrarse a través del diálogo.

Tiempo de calidad: intenten tomarse tiempos en familia, para conocer a su nuevo bebé y reconocerse como mapadres. Ese tiempo desconectados de las obligaciones y dar lugar a lo que están viviendo, porque el puerperio es así va mucho más lento que otras etapas de la vida y la evolución de las emociones que nos atraviesan en ese momento no es lineal. En la crianza es muy importante dar lugar a lo que está pasando, porque el tiempo de cada niño o niña es diferente y necesitamos verlo con detención para poder acompañarlo y también atendernos a nosotros mismos y como pareja.

Regalos: saquémonos el prejuicio de que los regalos en el amor están relacionados a la sociedad de consumo, los regalos muchas veces no tienen por qué ser costosos, sino que signifiquen un lindo gesto con esa persona a quien queremos. Por ejemplo traerle su té favorito o hacerle una manualidad. Es una forma de celebrar el cariño a través de una sorpresa.

Actos de servicio: en este punto creo que es donde la crianza se ve más reflejada, los actos de cuidado son muy necesarios, no solo para el bebé, también para los mapadres y como pareja lo más importante creo es que intentemos sobrellevarla de una manera corresponsable y lo más equitativa posible, para que ninguno se sienta sobrecargado. Y busquemos espacios o una red de cuidado propia que nos contenga para respaldar a nuestra pareja. Cuidar de quien cuida es muy importante.

Contacto físico: el vínculo entre el bebé y los mapadres se va construyendo a través del contacto físico, el cual es muy necesario para que ese bebé se desarrolle saludablemente y tenga un apego seguro con sus cuidadores. Para la pareja también es importante y más que nada para la mamá que pasó por un embarazo, nacimiento y lactancia, reconocerse y abrazarse en ese nuevo cuerpo es primordial y poder así reencontrarse con su pareja lleva tiempo y paciencia. Es fundamental aprender a mirarse en este nuevo rol y en estos nuevos cuerpos siendo pareja y mapadres para abrazarse con todo lo que significa.

Y lo más importante de todo esto es que no sea una obligación, ni una cosa más que sume en la lista de la carga mental. Hay cuestiones básicas como el autocuidado, pero hay otras cosas más elaboradas y lo importante es siempre bajar la autoexigencia, elevar la autocompasión y el mirar con cariño y paciencia al otro, pedir ayuda si lo necesitan y armarse de esa red para sentirse acompañados.

Conocé a nuestra columnista

Natalia Villanueva

Natalia Villanueva
Natalia Villanueva

Nati, mamá de Martina y Salvador, creadora de Puérpera mía, donde ayudo a las mamás a prepararse para su post parto. Gestora de la guía para la maternidad, una comunidad de emprendimientos y profesionales que acompañan a las mamás y a las familias en Uruguay.

Podés seguirla a través de las cuentas de Instagram @puerpera_mia y @guiamaternidad.uy

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