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La misión del líder: gestionar el resultado hasta el pitazo final

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Claves. Es necesario ponerse en acción, sostenerlo cada día hasta consolidar el resultado y saber que el juego no termina hasta que pita el juez

LIDERAZGO

Cómo convertir la acción individual en logro colectivo

Muchas veces en el transcurso de un proyecto, al igual que sucede en el deporte, cuando los resultados parecen auspiciosos las personas tienden a relajarse. Por el contrario, es el momento de comprender que tienen la oportunidad de alcanzar el objetivo y consolidarlo, para lo cual es necesario redoblar el esfuerzo final.

Desde el 13 de marzo, cuando el gobierno anunció las primeras medidas que llevaron al uso responsable de la libertad individual frente al coronavirus, fuimos caso de estudio a nivel internacional por los resultados obtenidos. Los uruguayos demostramos un liderazgo basado en el ejemplo; empático y responsable. El comité científico (GACH), no obstante, más de una vez invitó a no cantar victoria.

En el ámbito empresarial, la casuística fue amplia: compañías que quedaron por el camino, personas que quedaron sin empleo o con el sueldo reducido y otras que siguieron trabajando de forma «segura», gracias a que sus empresas pudieron rearmarse. Clientes que se habituaron a comprar de otra forma, haciendo uso (muchos por primera vez) de la tecnología.

Sin embargo, pasada la primera oleada, hubo un afloje ante el «éxito» obtenido y el número de contagios comenzó a elevarse. ¿Fue por exceso de confianza?, ¿por no tomar nota de las lecciones aprendidas? ¿Qué sucedió?
Si hay algo que la pandemia nos muestra es que cada uno puede liderar desde el lugar que ocupa, a través de las acciones individuales que explican el resultado colectivo.

Todo resultado depende de dos factores: el entorno y las acciones que lo generan.

Si el resultado no es el esperado, es necesario modificar la acción que lo generó.

Liderar desde el ejemplo no solo está reservado para gobernantes, gerentes o jefes, sino también para los ciudadanos. Es importante comprender la relevancia de ir profundo en aquello que nos mueve como seres humanos y como sociedad y empoderarnos para que las acciones individuales tengan impacto positivo en los resultados colectivos.

Te invito a que puedas responderte, ¿Qué aprendí durante la pandemia? ¿Qué es aquello que realmente me importa cuidar? ¿Qué necesito hacer diferente en mi día a día para que las cosas funcionen e impacten positivamente en mí y en los que me rodean? Cuando tengas las respuestas, es necesario ponerte en acción, sostenerlo un día a la vez, hasta consolidar el resultado y saber que el juego termina cuando pita el juez.

Para tomar ese camino, te comparto algunos de mis aprendizajes sobre liderazgo en procesos de coaching ejecutivo:

Liderazgo cercano: Las pantallas no alejan a las personas. Se puede lograr cercanía, compromiso y calidad en el trabajo. Requiere ordenarse con las prioridades, confiar en el equipo, empatizarcon las situaciones individuales y estar al servicio de un bien mayor. Tener claro cuáles son los objetivos a alcanzar y diseñarlos.

Sentido de urgencia: Quedó demostrado que, ante lo urgente e importante, podemos obviar las excusas y la burocracia extrema para avanzar rápidamente en el camino de las soluciones.

Conversaciones difíciles: Acompañar a desmitificar el poder decir lo que se piensa y/o se siente cuando es para construir algo en común. Solo hay que preparar la conversación.

Flexibilidad: Reforzar que lo único constante es el cambio. La «seguridad» es una ilusión del egoque necesita creer que tiene todo bajo su control. La adaptabilidad es fundamental.

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Graciela Foggia

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