Juan Alzugaray conoció a Ari y Alen Polakof en San Francisco, EE.UU. Los tres comparten varias características: son uruguayos, ingenieros y deseaban emprender. Esa última premisa los unió y los llevó a ser seleccionados por la aceleradora Y Combinator para desarrollar Flai, una startup que ofrece un servicio de asistentes de voz con inteligencia artificial (IA).
El proyecto nació hace tres meses, cuando los jóvenes decidieron aplicar a la aceleradora. Con experiencia en desarrollo de asistentes de voz, estudiaron el mercado y crearon una solución que apunta a evitar la pérdida de hasta US$ 1 millón en ventas por año por sucursal en el sector de las automotoras. Según sus estudios, en EE.UU. el 60% de los interesados en comprar autos llaman a las concesionarias fuera del horario de atención, y el 70% de quienes acceden al correo de voz terminan comprando en otro lugar. Las llamadas sin respuesta se traducen en pérdidas económicas, y Flai apunta a resolver ese problema, permitiendo que los ejecutivos de las concesionarias se enfoquen más en la venta presencial y menos en la atención telefónica.
«Como usuarios, es frustrante querer agendar un servicio y tener que esperar 30 minutos para que alguien te atienda, o ir presionando teclas para que te manden al departamento correcto, para que igual te tengan esperando», apuntó Ari. Flai, en cambio, ofrece una plataforma que automatiza la comunicación entre la empresa y sus clientes, desde llamadas entrantes para consultas generales, servicios o agendas de test drives, hasta comunicaciones salientes para recordar chequeos de vehículos o promociones.
Despegue
Tras recibir el apoyo y la mentoría de la aceleradora -que ha respaldado a startups como Airbnb, Coinbase, DoorDash y Dropbox, entre muchas otras-, Flai lanzó sus servicios al mercado la semana pasada y ya consiguió varios clientes en San Francisco y Los Ángeles.
Si bien el negocio comenzó en EE.UU., los emprendedores están en conversaciones con empresas de Europa y Latinoamérica para proveerles su tecnología.
Flai permite realizar llamadas en cualquier idioma y adaptar el acento o dialecto a cada mercado, lo que genera una atención personalizada y facilita la oportunidad de internacionalizar el servicio. Los emprendedores comentaron que empresas uruguayas y argentinas ya mostraron interés en la herramienta.
Cuando recibieron la llamada que les confirmó que habían sido seleccionados por Y Combinator, los socios se sorprendieron, porque si bien tenían la idea de conformar una startup, aún no contaban con clientes definidos.
«Cada uno traía un recorrido muy fuerte y muy complementario; eso nos convirtió en un equipo sólido y pensamos que fue lo que hizo la diferencia», dijo Alzugaray.
Este apoyo implica «dos cosas obvias»: marca e inversión. «Y Combinator es la aceleradora más reconocida del mundo y es muy selectiva. En nuestro batch (cohorte), la tasa de aceptación fue de 0,4%. Entrar nos abre muchísimas puertas, tanto con potenciales clientes como con inversores», resaltó. Además, Y Combinator se convirtió en inversor de la startup.
En la meca tecnológica
Hoy Ari se desempeña como CEO de Flai, mientras su hermano Alen es director de Tecnología y Juan, director de Operaciones. Pero antes de emprender, Juan trabajaba en Netflix, Ari lo hacía en una reconocida startup de Silicon Valley especializada en asistentes de voz con IA, y Alen desempeñaba tareas en Uber.
Aunque meditaron su decisión, para los tres «fue fácil» renunciar a sus trabajos para desarrollar su propio proyecto, admitió Alen.
«Sentíamos que era lo correcto y nunca lo vivimos como una ‘apuesta’. Sí, renunciamos a una estabilidad laboral importante, pero también sabíamos que, por nuestra etapa de la vida y dónde estamos, este era el momento ideal para emprender», expresó. «Más que un objetivo puntual, nos movió el sueño de emprender en la meca de la tecnología y las startups, en un momento súper interesante por todos los avances en inteligencia artificial», agregó Juan.
Emprender en EE.UU. es una experiencia «increíble», dijo Ari. «Nos encanta el desafío, tratar de hacer lo que parece imposible y meterle 24/7. No hay mejor sensación que construir algo de cero y tratar de hacerlo realidad. Cuando aplicamos a Y Combinator dijimos que nos emocionaba la oportunidad de mostrar que los uruguayos podemos competir con los mejores del mundo, y sin lugar a dudas esa sigue siendo la apuesta y una de las motivaciones más grandes», reflexionó.
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