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En Uruguay hay 500.000 personas con algún tipo de discapacidad, un sector  de la sociedad que tiene un gran potencial de consumo. Este es uno de los argumentos que esboza María del Campo, cofundadora de la consultora uruguaya Umuntu, especializada en inclusión de la discapacidad, para explicar el valor que tiene para una compañía abordar esta temática, además del impacto que genera para la sociedad. Otro es que las empresas sostenibles que trabajan la inclusión logran mejor reputación y esto las torna más atractivas para el nuevo consumidor.

Para fomentar empresas más inclusivas es que hace tres años formó la consultora junto a Mariana Goday e Inés Gurgitano, que ahora representa el sello español Bequal, una certificación internacional que se otorga a empresas u organizaciones que demuestran avances sustantivos en inclusión de la discapacidad, explicó Del Campo.

El sello surgió en 2012 dentro del Grupo Social Once (también español) para certificar avances para personas ciegas, pero rápidamente se amplió a otras discapacidades y está comprometido con la Agenda 2030. Tras 10 años de trabajo, más de 150 empresas y organizaciones en Europa de diferentes rubros y tamaños tanto públicas como privadas están certificadas con sello Bequal. El largo listado reúne a Accenture, PwC, Fundación La Caixa, Otis, Universidad Carlos III, Gas Natural, Instituto Nacional de Administración Pública y Ministerio de Hacienda (España).

La asociación entre la consultora uruguaya y la fundación perteneciente al Grupo Social se hará pública el próximo miércoles y cuenta con el apoyo del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.

Para obtener el sello, explicó Del Campo, se deben cumplir siete categorías, 19 indicadores y 69 fuentes de verificación. «Primero, cómo se trabaja en estrategia de liderazgo. Por ejemplo, que la declaración de la misión y visión de la empresa integre de manera implícita la inclusión de discapacidad. También que las personas con discapacidad tengan un nivel de atención similar que el resto, tanto en web como en el entorno físico. Otro punto es la comunicación interna y externa y las compras. Por ejemplo, incluir proveedores con discapacidad o accesibilidad en los procesos de compra», ejemplificó.

Además, si bien también «puntúa» el accionar social de la empresa, no es el aspecto más importante porque si cumple este ítem pero desatienden otros no se obtiene el sello. «Debe ser un trabajo 360°, una mirada integral de políticas y procesos inclusivos a la interna y hacia afuera de la compañía», remarcó Del Campo.

Lograr la certificación tiene un costo que depende de tres variables: cantidad de funcionarios, oficinas a analizar desde el punto de vista de la accesibilidad física y de sitios web institucionales a auditar.

El sello tiene tres niveles, Bequal, Bequal Plus y Bequal Premium. Para la cofundadora de Umuntu, es un modelo que permite mostrar el horizonte y dirección. «Bequal es un punto de partida para una mejora continua. Se otorga por tres años con revisiones y monitoreo anuales auditados por UNIT», destacó.