Heredó la máquina de coser de su abuela, aprendió a usarla y de un hobby creó su propia empresa

Tatiana Camargo es la dueña de las marcas Sofía Uniformes, Dolce Bambina y Sweet Dreams, con las que vende uniformes escolares, muñecas de tela y artículos para bebé confeccionados a mano

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Tatiana Camargo
Tatiana Camargo en la primera tienda de Sofía Uniformes.
Leonardo Mainé

Una máquina de coser, y un oficio heredado de una abuela que se convirtió en hobby llevaron a que Tatiana Camargo entrara en el mundo del emprendedurismo y se convirtiera en su propia jefa.
Nació en Rivera y a los 17 años se mudó a Montevideo para estudiar Gerencia Comercial en la Universidad ORT. De niña, varias veces su abuela quiso enseñarle a coser en una máquina Singer a pedal, y su respuesta siempre fue la misma: «no». Ya le había enseñado a coser a mano y a usar un poco la máquina, pero no le llamaba tanto la atención esa tarea artesanal ni el mundo de la costura. No pensaba que entre hilos y telas, años después encontraría tres unidades de negocio, un local propio en el barrio Pocitos, en Montevideo bajó el paraguas de sus propias marcas: Dolce Bambina, Sofía Uniformes y Sweet Dreams.

Tras el fallecimiento de su abuela heredó aquella máquina a pedal y al tiempo, y de forma autodidacta, aprendió a usarla a modo de hobby. Cuando su hija Sofía nació quiso confeccionarle algunas muñecas de tela para adornar su cuarto, algo que no había encontrado en el mercado local.

Y lo que comenzó como un regalo personal para su hija se transformó en negocio.

Sus amigas comenzaron a pedirle muñecas para regalar y eso dio paso a su primer emprendimiento, Dolce Bambina, (dulce niña en italiano).

Muñecas de Dolce Bambina
Muñecas de Dolce Bambina
Gentileza: Tatiana Camargo

En 2017 comenzó a vender sus productos por Internet. Abrió su propia página web y comenzó a producir por encargue. Al mismo tiempo, comenzó a sumar más modelos. Lu, Sofía y su gata o Frida son algunas de las que se pueden ver hoy en el sitio.

Su portafolio de productos creció y algunas de sus muñecas se vendieron para clientes en el exterior. Incluso, más recientemente, en 2024, comenzó a tener como clientes a terapeutas que las utilizan cuando trabajan con pacientes «en su niño interior», reveló. Para ello, las personaliza con características que le solicitan que refieren a la niñez del paciente, con detalles como su mismo color de pelo u ojos o ropa similar a la que utilizaba cuando era pequeño.

En 2022 Camargo le sumó a la marca más productos, y así lanzó una línea de artículos y accesorios para bebés que bautizó Sweet dreams.

Con local propio

Dolce Bambina no fue la única inspiración de la hija de Camargo. En 2018 impulsó la marca Sofía Uniformes, un negocio que comenzó con foco en uniformes escolares y que al presente incluye uniformes de trabajo.

Según explicó, sus primeros productos fueron uniformes para nivel inicial de instituciones públicas, los que vendía a través de Mercado Libre e Instagram. Su servicio personalizado y la opción de comprar prendas hechas a medida en cualquier momento del año, hizo que su negocio creciera, y de inicial pasó a sumar la túnica blanca que tanto identifica a la educación uruguaya, recordó. En 2024 dio un paso importante, el jardín de infantes I Love My Kinder, Jardín Rainbow, la contrató para hacer sus uniformes, y eso la llevó a que otras instituciones buscaran sus servicios. Actualmente negocia con jardines de infantes de Pocitos y Parque Batlle.

Tiempo después sumó a su catálogo los uniformes para empresas, y hoy ofrece productos personalizados.

Tatiana Camargo
Tatiana Camargo.
Leonardo Mainé

Carmargo trabaja con un grupo de mujeres que cosen, y el bordado lo terceriza con emprendimientos especializados en el tema. «Cuando emprendés, podés colaborar para que otros emprendimientos más chicos también puedan salir a luz, y eso está bueno», comentó.

Este proyecto creció tanto, que dejó de trabajar en la mesa de su living para abrir su primer local en febrero en Pocitos.

Para Camargo, emprender ha sido todo un desafío, principalmente porque al inicios «las inversiones son en su mayoría sus ahorros», dijo, y conseguir fondos, incluso los concursables, supone un reto. «A veces largarse a emprender da miedo, pero no hay que desanimarse. Si bien lleva tiempo posicionarte en el mercado, está bueno animarse», comentó.

Tatiana Camargo en la tienda de Sofía Uniformes.
Tatiana Camargo en la tienda de Sofía Uniformes.
Leonardo Mainé
Dolce Bambina de Uruguay al mundo

Dolce Bambina fue el primer emprendimiento de Camargo y hasta el momento la emprendedora ha confeccionado más de un centenar de muñecas. Lo que nació como una confección para su hija se convirtió después en un negocio, cuando la emprendedora empezó a vender sus muñecas. Las Dolce Bambina se hacen por encargo y se venden a través de internet.

Según contó la emprendedora, sus creaciones se comercializan tanto dentro como fuera del país, y muchas de sus muñecas han recorrido el mundo, ya que varios uruguayos que han emigrado a diferentes países le han comprado para llevar a lugares como Suiza o Italia. Otro de sus público son uruguayos que se van de viaje y quieren llevar un regalo creado por manos uruguayas. Comentó además que junto a otros artesanos locales ha estudiado la idea de hacer muñecas con trajes o características típicas uruguayas.

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