Claude, una plataforma de inteligencia artificial desarrollada por la empresa Anthropic que compite directamente con ChatGPT, se presenta como «la IA para solucionadores de problemas». En la experiencia de Daniela Amodei, la cofundadora y presidenta de la compañía, la herramienta «fue de gran ayuda para enseñarle a mi hijo a ir al baño», según confesó recientemente en un evento organizado por la firma Canva.
Hoy, la empresaria estadounidense de 38 años lidera esta startup que pasó de 300 a 1.000 empleados en el último año y cuya valoración asciende a US$ 61.500 millones. Su fortuna personal, estimada en US$ 1.200 millones, es también superlativa.
El camino hasta este presente exitoso comienza en San Francisco, California. En esa ciudad, epicentro del emprendedurismo tecnológico, nacieron Daniela y su hermano y socio, Dario. La familia Amodei, encabezada por el padre, Riccardo -un artesano italiano del cuero-, y la madre, Elena -una directora de proyectos en bibliotecas-, se afincó en la costa oeste de EE.UU. en los 70.
Aunque estudió música, es Licenciada en Literatura Inglesa por la Universidad de California y tuvo un paso en comunicación política, la trayectoria profesional de Amodei tomó un rumbo decididamente tecnológico.
Tuvo varios trabajos en compañías de ese sector, antes de convertirse en empresaria: fue gerente de Riesgos en la plataforma de pagos Stripe y luego ingresó en OpenAI. Allí se desempeñó como gerenta de Ingeniería en los equipos de procesamiento de lenguaje natural y generación musical, y más tarde dirigió el equipo especializado en «interpretabilidad». Esa experiencia le permitió ascender en menos de dos años al puesto de vicepresidenta de Seguridad y Políticas de la compañía. En ese rol trabajó para garantizar el uso ético de las tecnologías desarrolladas en base a IA, una premisa que guía su trabajo hasta hoy.
Una IA responsable
Fue OpenAI -donde también trabajó su hermano- el lugar en el que conoció al grupo de personas con quienes creó Anthropic en diciembre de 2020. La startup se especializa en «construir herramientas para el beneficio de los humanos». Un ejemplo es Claude, su asistente de IA conversacional, adoptado por corporaciones como Zoom, Snowflake y Pfizer. Amazon también lo integró recientemente a su asistente virtual Alexa, creando Alexa+, una herramienta con la que busca ofrecer respuestas más precisas y personalizadas.
Además, Anthropic ofrece IA capaz de realizar análisis de imágenes y gráficos y lectura, así como resúmenes de documentos y archivos de texto.
Uno de los focos de la startup es la seguridad de la IA; por eso trabaja en base a lo que sus creadores llaman «IA constitucional». El desarrollo de productos se guía por principios presentes en documentos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con el fin de alinear el comportamiento de sus modelos de IA con los valores humanos y reducir tanto los sesgos como los riesgos que pueda generar esta tecnología.
Imán de Inversiones
Desde que salió al mercado, Anthropic ha sido objeto de inversiones de privados y fondos de capital de riesgo, así como de alianzas con grandes tecnológicas como Google Cloud, Alphabet y Amazon Web Services.
Google posee una participación del 14% en Anthropic. En 2023, invirtió US$ 400 millones y se comprometió a alcanzar los US$ 2.000 millones; este año confirmó una capitalización adicional de US$ 1.000 millones. Por su parte, Amazon -uno de los mayores inversores de la empresa- aportó US$ 4.000 millones en 2024 y comprometió un total de US$ 8.000 millones.
En marzo de este año, Anthropic recaudó US$ 3.500 millones en una ronda liderada por Lightspeed Venture Partners, lo que le permitirá continuar avanzando en el desarrollo de su IA y acelerar su expansión internacional, según informó la empresa en su página web.
La confianza de los inversores ha llevado a la startup a una valor de US$ 61.500 millones.
El negocio promete seguir creciendo a medida que las empresas incorporan la IA para escalar su productividad. Según Amodei, esto no representa una amenaza para las personas, sino una oportunidad: «La IA ayuda a las personas a mejorar las cosas que ya hacen, en particular el trabajo creativo. La IA es un increíble multiplicador de fuerza que les ayuda a pensar: ‘¿Qué es lo que realmente quiero desarrollar y construir?’», concluyó en el evento de Canva.
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