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Carlo Enrico: "La tarjeta es imbatible, seguirá siendo la preferida para pagar"

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Carlo Enrico, presidente de Mastercard para América Latina y el Caribe. Foto: Gentileza Mastercard.

ENTREVISTA

El presidente de Mastercard para Latinoamérica y el Caribe dialogó con El Empresario sobre los desafíos para incluir a más personas en Uruguay en el mundo de los pagos electrónicos

Es italiano, tiene 47 años y hace un año que Carlo Enrico lidera las operaciones para la región. Antes, ocupó ese rol en Europa por cuatro años, una región donde los pagos contactless (sin contacto, con solo acercar la tarjeta al POS) crecieron fuertemente. Asegura que el año próximo todos los comercios que operan con Mastercard aceptarán esa tecnología en Uruguay y resaltó la importancia de mejorar la seguridad y la experiencia de compra para fomentar la inclusión financiera. Confía en que el uso de este medio de pago crecerá por la gran demanda de «inclusión digital» para adquirir servicios de transporte y entretenimiento. Comparte su tiempo con sus cuatro hijos, navega, esquía y juega al tenis.

—¿Cómo está el mercado latinoamericano en pagos digitales?

Es la región que más crece en pagos digitales a nivel mundial y la que crece más rápido en e-commerce. Eso es solo el comienzo, la punta del iceberg. Creemos que si bien estuvimos creciendo como industria en pagos en los últimos cinco o seis años a una tasa muy, muy fuerte, continuaremos creciendo a una tasa muy alta porque el crecimiento al final del día depende de la calidad de la demanda y de los datos demográficos. América Latina tiene una gran población, de 650 millones, altamente urbanizada (casi 80% vive en ciudades grandes) y cerca de 50% de los adultos en la región no tiene una cuenta corriente. Y más de 30% son millennials que demandan inclusión digital. Más gente quiere pagar por Uber, Spotify, Netflix… Esto es lo que está impulsando el crecimiento digital en la región y Uruguay no es la excepción.

—Mastercard está impulsando los pagos contactless de forma bastante agresiva. ¿Cómo piensan lograr que el 100% de los POS y las transacciones sean con esa forma de pago?

—Si queremos ser una industria exitosa en el plano digital, tenemos que atender tres prioridades primordiales. Una, es dar acceso. La segunda es la seguridad y por eso invertimos un montón en actualizar nuestra red y nos aseguramos de que todos los bancos están adoptando nuestras soluciones para garantizar cada transacción. Invertimos en la «tokenización» y autenticación, para que la información que fluye no sea relevante para los hackers (que no puedan obtener el número de tarjetas) y que no haya fraudes de identidad. La tercera es mejorar la experiencia del consumidor. Y en el mundo físico la mejor experiencia es contactless, porque es más ágil. Viví muchos años en Londres y solía usar mi tarjeta contactless en el subterráneo por la mañana o para comprar el café. Solo acercaba la tarjeta y escuchaba un «bip» que confirmaba la transacción. No tenía que pensar, ni ocupar mi memoria en recordar un PIN ni, aún peor, firmar. Nadie se despierta en la mañana y piensa: «¡Hoy realmente quiero pagar!». La experiencia de pago tiene que ser fácil, simple. Contactless es la experiencia de consumo imbatible. Nos aseguramos de que cada comerciante instale POS contactless. Eso empezó el año pasado.

"En la región veo reguladores muy serios facilitando la inclusión"

Carlo Enrico, presidente de Mastercard para Latinoamérica y el Caribe. Foto: Gentileza Mastercard.
Carlo EnricoPresidente de Mastercard para América Latina y el Caribe

—¿A qué ritmo prevén lograr consolidar esto en Uruguay?

—Creo que el año que viene se logrará llegar al 100%. Todos los POS instalados en Canadá, Australia, Europa y próximamente EE.UU. tienen tecnología contactless. América Latina seguirá ese camino. Al mismo tiempo, el 85% de sus bancos está emitiendo tarjetas con esa tecnología. En Canadá, Europa, Australia, que están más avanzados, más de 50% de las transacciones en las tiendas (físicas, cara a cara) son contactless. Las mejores prácticas están en Europa Central y Oriental, donde 90% lo son. En América Latina crecemos tremendamente, a triple dígito, y en Colombia, Costa Rica y Chile más de 30% de las transacciones en las tiendas son contactless. Es un éxito del que comerciantes, bancos y consumidores se están beneficiando. Para los retailers es muy pequeña la inversión, porque todos los POS están conectados online, entonces en la mayoría de los casos solo se actualiza el software centralmente.

—¿En dónde considera que hay más chance de aumentar esas transacciones digitales?

—Somos una compañía B to B to C. Servimos a los consumidores a través de los bancos y tenemos que hacer que esta tecnología tenga sentido para nuestros socios. Al final del día, el contactless ayuda a manejar el ticket de bajo monto, de transacciones pequeñas como el ómnibus, el café, el diario. Esto tiene muchas implicancias. La tarjeta ya no es para compras importantes, sino para pagos diarios. Segundo, simplificamos la experiencia de compra para todas esas personas que están adoptando tarjetas por primera vez, porque contactless es más fácil. Y también es una solución para el transporte urbano. Tenemos 12 proyectos en ciudades de la región que quieren ofrecer contactless en servicios de taxi, ómnibus, tren, subte. Al ser una tecnología global, podría ofrecerse la misma experiencia en San Pablo, Montevideo, Londres, Shanghái.

—En México planean bajar los pagos en efectivo de 85% del total a 50%. ¿Qué metas tienen para Uruguay o la región?

—En la región tenemos 24% de todo el gasto en consumo personal en tarjetas. Hace cinco años era 18% y en cinco años creemos que será 32%. En la región veo reguladores muy serios, bajando barreras de entrada, bajando los costos de transacción, facilitando nuevas tecnologías y la inclusión financiera, creando condiciones constructivas para la penetración de los bancos digitales. Y el gobierno uruguayo tiene implementada la estructura más holística.

TENDENCIAS

«'Dar más opciones' sería el nombre de este juego»

—Para pagar se puede usar tarjetas, pero también wearables, smartphones, huella digital y el iris. ¿Qué modalidad cree usted que prevalecerá?

—Vamos a usar todo, desafortunadamente. Digo desafortunadamente porque requiere más educación, más tecnología, pero «dar más opciones» (a los consumidores) sería el nombre de este juego. Tenemos que asegurarnos de que cada pago y experiencia de compra sea «agnóstica» en cuanto a plástico, huella o reconocimiento facial. La forma de la interacción no nos importa, tenemos que asegurarnos de que nuestra tecnología funcione con todos esos métodos. Dicho eso, creo que las tarjetas serán el principal método de pago, por una simple razón: porque es más rápido, hay una capa menos de tecnología. No hay que hacer clic en el teléfono. No quiero caer en el eslogan «el futuro es sin plástico». No lo creo, en especial en América Latina. Habrá otros métodos de pago, en general relacionados con teléfonos móviles, que funcionarán con distintos aspectos biométricos, pero creo que una experiencia de consumo como la tarjeta es imbatible en muchos sentidos y seguirá siendo la preferida para pagar.

—¿Cuánto invierte la compañía en mejorar la seguridad de sus transacciones?

—No puedo decírselo, pero proteger nuestra tecnología es primordial. Hemos desarrollado un conocimiento tan profundo y consolidado que ahora estamos compartiéndolo con gobiernos, bancos, infraestructuras, cámara de compensaciones, etcétera, para asegurarnos de que sus plataformas están protegidas también. En seguridad digital incluso estamos expandiéndonos más. En Australia estamos lanzando por primera vez la primera plataforma de identificación digital, que no tiene nada que ver con los pagos, pero distribuimos tecnología para que el usuario pueda ser identificado de una forma muy segura. Es muy relevante, porque Mastercard se está transformando de una compañía de tarjetas a una tecnológica.

—¿Podría ejemplificar para qué sirve esa plataforma?

—Imagine que usted compra un vino italiano muy bueno y solicita recibirlo en su casa. Al entregárselo, el repartidor de DHL necesita saber que usted es mayor de 18 años, así que le saca una foto de su cédula de identidad y la tiene que mandar a una central. Pero como la cédula puede ser de su hermana, entonces tiene que sacarle una foto a usted también. De repente, él tiene su foto y su identidad completa con su dirección, su número de identificación civil y con esa información se puede hacer cualquier cosa, se puede abrir una cuenta corriente. Entonces, al final usted ha dado su identidad para recibir una botella de vino italiano. Para prevenir eso, hemos creado un directorio masivo que a través de APIs (interfaces) puede interrogar a las personas e instituciones de forma muy segura para informar a DHL que no son menores pero sin dar sus identidades. Básicamente, estarán dando su número de teléfono para confirmar a DHL que hay un tercero, Mastercard, que valida que son mayores de edad sin compartir más que ese dato específico.

"Trabajamos con el alcalde de Nueva Orleans con fines sociales"

Carlo Enrico, presidente de Mastercard para Latinoamérica y el Caribe. Foto: Gentileza Mastercard.
Carlo EnricoPresidente de Mastercard para América Latina y el Caribe

—¿Cómo analizan datos para entender las necesidades y comportamientos del usuario final y así mejorar el servicio?

—No queremos ser dueños de la información sobre la identidad del cliente, así que tenemos una estrategia muy diferente de la de Google o Amazon. El enfoque que tenemos en datos tiene mucho potencial, pero es limitado ,porque gracias a Dios estamos colectando una enorme cantidad de datos pero nunca tenemos la identidad de los consumidores. Sabemos el patrón de consumo de un determinado número de tarjeta, pero no quién es su titular. Así que tenemos una tremenda cantidad de data globalmente como tiempos, comerciantes, tickets, todo eso, que lo podemos usar de dos formas: o se lo devolvemos a nuestros clientes comerciales que saben las identidades, o podemos procesar esos datos de una forma muy agregada sin violar la privacidad. Por ejemplo, en Nueva Orleans una parte de la ciudad se estaba convirtiendo en un pueblo fantasma. Empezamos a trabajar con datos y con el alcalde para entender la demografía, los patrones de gasto. Nos dimos cuenta que en esa zona no había suficientes tiendas ni bares y la gente se estaba yendo a otra parte para disfrutar. Entonces, el alcalde decidió dar incentivos a comerciantes y bares para repoblar esta parte de la ciudad, para crear un mejor ambiente local. Es un caso típico de cómo podemos usar la data para fines sociales.

—Cada vez hay más actores relevantes en el sector financiero, como Apple y Amazon. ¿Los bancos ya no son su aliado estratégico primordial?

—Siempre fuimos una red, así que conectamos a quien quiera entrar en el mercado de pagos, pero ese mercado está cambiando. Hace 50 años, cuando Mastercard se creó, los creadores de esta tecnología eran los bancos americanos. Ahora estamos conectando también a fintechs y gigantes digitales como Apple, Google. Tratamos de dar escala a nuestra innovación y democratizar las soluciones, sea vía Google o una fintech. Invertimos mucho en seguridad y cuanto más acceso podamos dar, mejor. No tenemos una preferencia, no vamos a jugar en contra de nadie. Hemos incluido 400 millones de consumidores y tenemos un objetivo de incluir 500 millones más para el año que viene.

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