Los rasgos de personalidad y las experiencias de vida que forjaron el liderazgo de los directores ejecutivos de grandes empresas tecnológicas como Apple, Netflix, Amazon o Facebook

Admirados, odiados y hasta temidos. Resulta difícil encasillar a los genios detrás de algunas de las compañías más rupturistas de la actualidad en el mundo. Sin embargo, todos ellos comparten una receta similar en el camino al éxito: trabajo duro y un profundo vínculo con la compañía que comandan.A continuación, un perfil del liderazgo creativo que distingue a los jefes máximos de los gigantes tecnológicos Apple, Amazon, Facebook, Netflix, Uber, Tesla, Airbnb y BuzzFeed.

Definido por The Guardian como una mezcla de programador, periodista y marketer, Peretti es el CEO del popular sitio de Internet BuzzFeed, avaluado en más de US$ 1.700 millones. Egresado del Laboratorio de Medios del MIT, y cofundador del sitio de noticias The Huffington Post, Peretti lanzó más tarde BuzzFeed, el portal que se convirtió en fenómeno gracias a la publicación de «The Dress», el meme del vestido que algunas personas veían blanco con dorado y otras negro con azul. Según analistas, bajo su mando, la firma ha redefinido el negocio de los medios, al dar con un modelo que mezcla altos ingresos con publicidad y contenidos.

Bezos es Amazon y Amazon es Bezos. Creador y creación han desarrollado una relación tan simbiótica como la que tenían Steve Jobs y Apple, al punto que sus cercanos creen que solo él podría destruir al gigante de la manzana. Se dice que quiso ser arqueólogo, luego astronauta, físico y, finalmente, ingeniero informático, carrera que terminó estudiando en Princeton. Aunque gasta US$ 1,6 millones al año en seguridad, a Bezos le gusta acompañar a su esposa, la escritora MacKenzie Bezos, a dejar a los niños en el colegio. Quienes lo conocen destacan su facilidad natural para encajar en cualquier ambiente. «Su carácter agresivo a la par que amable lo han convertido en una figura casi mística o diabólica, según a quién se pregunte, pero no se puede negar su ingenio y su capacidad para innovar», lo describe el escritor José Luis De Haro.

Con una fortuna de más de US$ 3.800 millones, el creador y CEO de Airbnb aún alquila en esa plataforma el apartamento que tenía cuando inició la firma. Es más, en sus viajes por el mundo, Chesky prefiere evitar los hoteles de lujo y seguir durmiendo en casas de Airbnb. Esto, dice, no es porque sea tacaño, sino porque cree en la idea de su empresa: viajar conociendo gente y culturas distintas que ayudan a que la experiencia sea más interesante. Una vez dijo a la revista Fortune que aprendió todo lo necesario para gestionar la compañía de dos maneras: primero, mediante prueba y error; y segundo, profundizando en los temas mediante un proceso que él llama «ir a la fuente» y que consiste en identificar y acudir a la persona más idónea para cada tema.

El fundador de Tesla quiere conquistar el espacio, también construir un tren que viaje a más de 1.200 kilómetros por hora, que sus autos se manejen solos y, por si fuera poco, que toda la energía que se use en el mundo sea solar. Y, entretanto, trabajar con Musk, que también fundó Paypal, no es fácil. Testimonios de empleados lo describen como intratable, arrogante, dictatorial y muy exigente. Según él mismo ha contado, de niño era algo peculiar y le gustaba hacer preguntas difíciles para poner a prueba a sus padres. Fanático de los cómics, la ciencia ficción y las enciclopedias, a los 10 años decidió que tenía que crear códigos informáticos. Diez años después, junto a su hermano Kimbal habían desarrollado y vendido un videojuego llamado Blaster.

Una vez a la semana, Zuckerberg se da tiempo para hablar (en persona o por videoconferencia) con sus empleados acerca de cualquier cosa que quieran saber sobre Facebook. También le gusta promover la horizontalidad jerárquica; así, un ingeniero novato en la firma está a solo cuatro rangos de él, que es el CEO. Dejó la universidad para dedicarse a su proyecto y solo después de varios años demostró una personalidad más social. Tras su casamiento con Priscilla Chan y el nacimiento de su hija Max, Zuckerberg comenzó a desarrollar una profunda faceta filantrópica. De hecho, se comprometió a donar el 99% de sus acciones en Facebook para que sean empleadas en causas benéficas durante las próximas décadas.

Pendiente del día a día de Netflix, su fundador y CEO conoce al dedillo, y antes que nadie, la evolución de series como «Orange is the new black» o «House of Cards», dos de los mayores hits de la empresa. Hasting no es el típico CEO de una firma tecnológica, se muestra como alguien cercano, alejado de cualquier parafernalia. Tanto así que tras reunirse con Barack Obama en la Casa Blanca, llamó a su mujer para contarle muy emocionado: «¡Es todo idéntico a House of Cards!».

En lenguaje de los fanáticos de la saga «Star Trek» se suele decir que Steve Jobs era como el capitán Kirk y que Tim Cook, su sucesor en Apple, es como Spock. Si el fundador de la compañía de la manzana era famoso por su espíritu innovador y también por sus exabruptos, Cook es básicamente lo opuesto. Según sus cercanos, se ha dedicado a manejar la empresa «con la precisión de un relojero suizo», poniendo mucho énfasis en las cifras. Gracias a ese pragmatismo logró, por caso, consolidar la posición de Apple como la empresa más valiosa del mundo por capitalización bursátil. Abiertamente homosexual, Cook es un fanático de los deportes: se levanta todos los días a las 4:30 de la mañana para realizar sus ejercicios. Asimismo, según sus conocidos, puede ser incluso más intimidante que Jobs. Cook reemplaza los gritos y alaridos por prolongados silencios, que incomodan a sus interlocutores. Tampoco le ha temblado la mano a la hora de modificar principios que antes parecían inalterables, como el tamaño del iPhone, y es también el responsable de la apertura de Apple a China.

Antes de Uber, su CEO y fundador pasó por tecnológicas que no trascendieron. En 2007 vendió la firma Red Swoosh en US$ 23 millones a la japonesa Akami y se dedicó a viajar, una experiencia que lo llevó a lanzar Uber un año después. «Travis es un empresario serial en su forma más pura, con sus ventajas y defectos. Es un luchador y se opone a las estructuras. Va siempre detrás de algo nuevo», lo definió Eric Schmidt, el CEO de Alphabet. Hoy, revela una personalidad segura, algo arrogante y combativa. El mejor ejemplo de eso es que a la sala de conferencias de la oficina principal de Uber le dicen «war room».

En base a EL MERCURIO / GDA

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