Un nuevo instrumento financiero para canalizar el ahorro hacia inversiones productivas a través de renta variable

Hay un nicho muy interesante para recorrer con el sector público, con las inversiones en infraestructura de Antel, UTE u OSE, con el objetivo de liberar capital.

Santiago Cat, CEO de INFRAM
Santiago Cat, CEO de INFRAM
LEO MAINE

En medio del proceso electoral, posterior transición e inicio de un nuevo gobierno, “se estructuró y sacó al mercado un producto financiero presentado como el primer instrumento que aborda la infraestructura a nivel de renta variable”, describió Santiago Cat, CEO de Infram, la sociedad administradora del citado fideicomiso. Cat destacó la alta demanda por el producto entre los inversores institucionales y las conversaciones que se llevan adelante para destinar esos recursos a diversas obras de infraestructura y energía. “Ya existen vehículos financieros en estos sectores, pero destinados al segmento de deuda”, admitió. Pero en este caso, el objetivo es el tramo de capital aportado por constructoras e inversionistas desde el momento cero. “La idea es desapalancar esos proyectos, liberar recursos de las constructoras y dotar de mayor dinamismo el sector”, explicó. Cat retornó a Uruguay luego de un largo período en el BID y adelantó que apuntan a extender el uso de este instrumento hacia las grandes obras de infraestructura de las empresas públicas. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Cómo califican la primera emisión del Fideicomiso de Infraestructura y Energía?

—Muy buena. La demanda superó casi tres veces a la oferta. Buscábamos 100 millones de dólares para invertir en infraestructura en Uruguay y la demanda fue de más de 270 millones de parte de los fondos institucionales, lo cual refleja una gran confianza en el producto. Es el primer fideicomiso, que aborda la infraestructura y energía a nivel de renta variable.

—El producto se difundió como una nueva forma de canalizar el ahorro interno hacia la inversión productiva; ¿qué es lo novedoso?

— Hasta ahora, esta canalización del ahorro se ha hecho a nivel de deuda, pero no en inversiones en renta variable.
Presentamos un vehículo que prevé una salida a quienes hoy están posicionados en muchas de las inversiones en infraestructura en el capital; una salida que hasta hoy no existe. No entramos en la infraestructura en proyectos greenfield, que son los que incurren en riesgo de construcción, sino en proyectos brownfield, en etapa de operación, para permitir que estas empresas, muchas de ellas constructoras, roten su capital, lo movilicen hacia nuevos proyectos de infraestructura de cero, o a desapalancar sus balances corporativos, ya que muchas empresas en Uruguay, para llegar a ese capital, se endeudaron a nivel corporativo.

—O sea que, a través de este instrumento, las empresas constructoras u otros inversores del inicio del proyecto podrán mejorar sus condiciones financieras…

— Son esos actores que invierten en infraestructura a largo plazo los que necesitan movilizar su capital y eso les permitirá invertir en nuevos proyectos.
Pensemos que la infraestructura que se ha construido últimamente a través de PPP y antes en los PPA de energías renovables, a través de UTE, todo ha venido de la mano de empresas privadas. Esas empresas constructoras, muchas veces se asocian con otras empresas en consorcios para acceder al capital en proyectos desde cero y donde se asume el riesgo de construcción. Pero eso lo pueden hacer en forma limitada, tiene un costo-oportunidad e implica endeudarse corporativamente. Este instrumento les permite salir de esa posición, donde estarían 20-30 años, y proyectarse hacia otra inversión.

Santiago Cat
Santiago Cat
Leonardo Maine/Archivo El Pais

—¿Hacia dónde se va a destinar este primer fondo?

—Seguramente tenga entre 8 y 10 inversiones. Muchos de los proyectos de infraestructura y energía en Uruguay tienen un 75%-80% de deuda. Nosotros vamos al restante 20%-25 %. A su vez, podemos invertir hasta el 40% de ese capital. O sea que el ticket de este fondo estará en los 10 millones de dólares, pensando en proyectos de infraestructura promedio en el país. Por tanto, vamos a diversificar nuestras inversiones. Es importante que este fideicomiso permita a los inversores institucionales diversificar el riesgo, porque vamos a hacer inversiones en el sector vial, pero también en el sector educativo, en energías renovables y otros segmentos que estamos analizando, como vivienda.

—¿Apuntan específicamente a adquirir posiciones de empresas privadas?

—Ese es el foco, pero creo que hay un nicho muy interesante para recorrer con el sector público. Las inversiones en infraestructura de Antel, UTE u OSE, por ejemplo, con el mismo objetivo; liberar capital.
Tenemos una conversación pendiente con el Ministerio de Economía y Finanzas, para ver dónde este fondo puede tener mejor lugar, de acuerdo a lo que el gobierno entienda más razonable. Las opciones pueden ser muchas, y a través de ese vehículo propiciar una liberación de recursos en diversos proyectos, para encarar otros. El país necesita mayor dinamismo en infraestructuras y podemos colaborar en ello.
Además, este fideicomiso puede invertir en nuevos fideicomisos. Podría comprar certificado de participación de otros fideicomisos que se armen para infraestructuras específicamente. Porque el activo subyacente siempre tiene que ser infraestructura o energía.

—¿Podría darse la integración de algún proyecto público en esta primera emisión?

—Recién estamos construyendo un conjunto de proyectos elegibles, no cerramos ninguna inversión. Ahora que tenemos la emisión hecha, vamos a ver si podemos identificar otras opciones. Dependerá también del interés del gobierno en este vehículo.

—¿Esta alternativa ha generado expectativas entre las empresas que participan del capital en los proyectos elegibles?

—Creo que sí. Hay empresas interesadas, que han manifestado interés en salir de ciertas posiciones de capital. Hay otras que, en la medida que aún no tienen claro un plan de infraestructura nacional, por ahora es una buena posición en la que están y prefieren quedarse. Y por otro lado, hay otras empresas incluso estratégicas de algunos sectores, como el sector vial, que manifestaron interés en participar junto con el fondo en alguna inversión. Ya que el fideicomiso prevé ir hasta el 40%, como decíamos antes, hay otro 60% que, eventualmente, si del otro lado hay interés de vender un 100%, nosotros podemos tener co-inversores. Allí podemos sumar, además de los institucionales que se integren a través del fideicomiso, otro tipo de inversores financieros o inversiones estratégicas.

—¿Qué camino debía seguir hasta ahora una empresa que quería hacer líquido el capital que tenía inmovilizado?

— Hasta hoy no hay instrumentos similares. Lo que existe es CAF-AM un fondo de CAF, pero que es de deuda. En varios de esos proyectos a los que apuntamos, en el segmento deuda esta CAF-AM. Pero no en el restante 20-25%.

—Los inversores son, en concreto, las AFAP…

—Exacto. Invirtieron los cuatro fondos de pensión y el Banco de Seguros del Estado. Nos sorprendió que todas las AFAP fueron hasta el máximo permitido de la emisión. Considerando que es un vehículo nuevo y en renta variable, es una buena señal.

—¿Hay espacio en un mercado con tan pocos jugadores para seguir generando este tipo de instrumentos?

—En la medida que ese proceso sea exitoso, va a haber posibilidad de armar otros fondos, por supuesto. Pero además, veo la posibilidad de otros inversores.

—¿Cómo cuáles?

—Vengo del mundo de la banca multilateral y creo que allí hay oportunidades de incorporar a organismos como el BID, la CAF o el Banco Mundial. He hablado con ellos y quizá podamos contar con interés para futuras inversiones.

—En esta oportunidad hubo un tramo minorista que quedó desierto. ¿Por qué cree que no hubo demanda?

—El minorista está acostumbrado a ciertos productos tangibles y con renta quizás fija, concreta. Esto era renta variable e inversiones a futuro, porque las integraciones son diferidas en la medida que se concretan las inversiones. Me parece que no está el mercado maduro como para ese tipo de inversores minoristas en este producto. En la medida que este fondo sea exitoso, demuestre los retornos que imaginamos, se puede generar un mayor interés minorista.

—Lo que está faltando es un mercado secundario, para el caso que quienes participen en esta etapa quieran deshacerse de esos valores…

—La movilidad es muy limitada y eso es una limitante en el mercado. En otros países existe, pero no creo que pase acá.

—Usted ha retornado recientemente al país luego de muchos años en el exterior; ¿cómo observa el mercado y las oportunidades para invertir en Uruguay?

—Desde el punto de vista de instrumentos, creo que hay un camino por desarrollar y este gestor, del cual yo formo parte, fue conformado por dos gestores internacionales, CMB en Chile y Newfoundland de Brasil. Estamos hablando de dos mercados donde los instrumentos financieros que existen son mucho más sofisticados. Donde la posibilidad de inversores institucionales son bastante más amplias y donde el mercado de capitales y mercado de valores está mucho más desarrollado. Más allá de los problemas de escala de este mercado, hay que encontrar los lugares, los momentos, pero creo que hay apetito por Uruguay.
Este instrumento financiero viene a contribuir con el objetivo del gobierno del pilar crecimiento económico. El crecimiento económico básicamente viene en la mano de inversiones en infraestructura. Este fondo viene justamente a apoyar eso, la movilización y rotación de capital.

 —¿Qué tipo de instrumentos tienen otros mercados que podrían desarrollarse acá?

—Hay mercados con un leasing muy desarrollado, lo mismo en factoring, como es el caso de Chile. El instrumento de renta variable está mucho más desarrollado que en Uruguay, tanto en Chile como en Brasil. E incluso, sin necesidad de tener el grado de inversor, como es este caso, porque los inversores institucionales que tenemos en Uruguay te exigen invertir, siempre y cuando sea un vehículo de grado inversor. En estos países, no necesariamente estos instrumentos de renta variable tienen que ser de grado inversor, con lo cual te permite armar incluso los proyectos de cero, o sea, con riesgo de construcción, que en este caso hoy nosotros no podemos. Hay otros mecanismos que están más desarrollados,
Hay otro fondeo mucho más amplio del ahorro interno, que permite cumplir un rol clave, canalizando ese ahorro hacia el sector productivo.

—¿En algún momento percibieron cautela o dudas de los inversores dado el tiempo político-económico del país?

—Lo interesante es que la estructuración de este fondo empezó en setiembre del año pasado. En mayo se presentó al Banco Central, que en julio la aprobó y el 28 de agosto fue la emisión. Todo eso se hizo con cambio de gobierno en el medio. Instrumento nuevo, rápido diligenciamiento y un éxito la colocación. Un buen ejemplo de la estabilidad en Uruguay.

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