Trumpnomics: ¿peligra el predominio del dólar a nivel mundial?

La debilidad del dólar es por ahora en su cotización, y mucho menos en su rol mundial de moneda de preferencia por los agentes. Pero que sea menos, no quiere decir que sea cero.

Dolares
Dolares
Foto: Canva

La administración Trump ha intensificado su agenda arancelaria. El 12 de julio, se anunció una nueva ola bajo el marco de "aranceles recíprocos", que entrará en vigor —supuestamente— el 1° de agosto. Estos incluyen un 30 % para productos de la UE y México, un 35 % para Canadá, un 50 % para Brasil y un 25 % para Japón, Corea del Sur y Malasia. Si bien las cifras que aparecen en los titulares son significativas, el mercado las ha asimilado con calma, probablemente interpretando estas medidas como parte de una estrategia de negociación más amplia, especialmente después de que el presidente Trump manifestara su disposición a mantener abiertas las conversaciones (Bloomberg, 7 de julio de 2025). Dicho esto, persiste el riesgo de que estos aranceles se implanten, o al menos temporalmente.

¿El mercado le cree a Trump? ¿Por qué si seguimos hablando de aranceles muy altos en algunos casos, los mercados de acciones están alcanzando máximos históricos? En realidad hay algo de esto, las propuestas y contrapropuestas, las amenazas y aranceles hasta el momento no implementados, y utilizados como una ¿estrategia? de negociación, han debilitado la credibilidad del presidente de EE.UU. Pero no es sólo la falta de implementación de los anuncios, existen algunas cuestiones más estructurales que están impactando y que, de alguna forma terminan beneficiando a las empresas estadounidenses. Esto es, la evolución de tipo de cambio, el dólar que se ha debilitado y alcanza el mínimo nominal de los últimos 3 años versus sus principales socios comerciales, tal como se percibe a través del conocido como “dollar index”.

.

Esta depreciación del dólar versus sus principales socios comerciales ha determinado que las empresas exporten más, y es esto lo que ha llevado a perspectivas que se infieren a través de los precios de las acciones sin un deterioro, sino más bien con continuos avances que no parecen que fueran a terminar en el muy corto plazo, de hecho los principales analistas de acciones a nivel mundial continúan positivos.

.

Subyacen detrás de esta situación algunos puntos clave, como el dólar que se mantiene siendo la moneda de preferencia a nivel global para el ahorro, la inversión y el comercio, más allá que al mismo tiempo, la debilidad en su cotización se presenta evidente, y también se percibe por estos lares. Los fatalistas sobre el dólar deberán revisar sus posiciones y recordar que una cosa es la pérdida de valor relativo circunstancial y otra es lo extendido que está su uso a nivel mundial, lo que no se revertirá en un horizonte temporal relevante para la toma de decisiones económicas. No existe un fin sencillo o rápido a la predominancia del dólar como moneda de reserva mundial, aunque sí es cierto que existen señales que no se habían visto en el pasado reciente en este sentido. Entre las novedades está el comportamiento de los bonos del Tesoro de los EE.UU., habitualmente utilizados como “activos refugio”. En 2011, cuando Standard & Poor´s le bajó la calificación a la deuda de EE.UU., los precios subieron (bajaron los rendimientos) al interpretar este hecho como un disparador de riesgo para el mercado. Un comportamiento a priori inconsistente, pero típico de un activo refugio. Este año, cuando Moody´s redujo la calificación de la deuda de EEUU, los precios bajaron, (subieron los rendimientos) sobre todo los largos, comportándose como habitualmente lo haría un crédito de nuestra región. Las implicancias son sobre todo de largo plazo, complejas, pero señalan una relativa preocupación en el mercado por el volumen de deuda que mantiene EEUU, bien por encima del 100% de su PIB.

.

El punto clave es que EE.UU. ha construido un sistema y una fortaleza tal de su moneda que está más allá de debilidad circunstancial y se necesita mucho más tiempo para que el dólar deje de ser la referencia global, sobre todo teniendo en cuenta que no existe aún una alternativa que esté tan difundida como el dólar. Ni el euro ni ninguna otra moneda, tiene aún las características que hacen única a la moneda de los EE.UU.

La debilidad del dólar es entonces por ahora en su cotización, y mucho menos en su rol mundial de moneda de preferencia por los agentes. Pero que sea menos, no quiere decir que sea cero. En este punto confluyen temas económicos y algunos geopolíticos

Volviendo a los mercados de acciones, una objeción común a este tipo de momentos son las valuaciones; es decir, los mercados están caros y ya incorporan las buenas noticias. El indicador habitual que se utiliza para verificar si una acción está “cara” es el “precio a ganancias”, es decir cuánto estoy pagando por ganancias estimadas futuras, comparado con su comportamiento histórico. Sin embargo, no siempre es útil guiarse por las valuaciones. En primer lugar ésta es una guía no muy fiable para la evolución de corto plazo. En segundo lugar, si bien los mercados de acciones mundiales lucen “caros” desde esta perspectiva en comparación con el promedio desde 2010, no están en niveles extremos. En Estados Unidos, las empresas suelen tener mayores ganancias y menores costos de financiación, lo que justifica que sus acciones valgan más. Aunque esto podría cambiar con el tiempo si las empresas deben trasladar producción al país, aunque no sería algo inmediato.

Dentro de EE.UU., algunas áreas del mercado no están tan caras. Por ejemplo, las grandes tecnológicas conocidas como el "Magnificent 7" tienen un precio acorde a su promedio de los últimos años.

.

Fuera de EE.UU., los mercados emergentes parecen más baratos. El índice FTSE de estos países se cotiza con un 30% de descuento respecto a los mercados desarrollados, más de lo normal. Sin embargo, países más ricos como India y Taiwán están pesando más en este índice, lo que hace que los precios parezcan más altos. Si se ajusta ese efecto, el valor real de los mercados emergentes es aún más bajo de lo que indica el promedio histórico.

En definitiva, algo podría estar empezando a cambiar, pero este cambio si es que ocurre tomará años. Mientras tanto, el mercado de acciones de EEUU se mantiene atractivo gracias a su dinamismo y profundidad.

En Uruguay, prácticamente no se esperan transformaciones reales ni tampoco cambios demasiado relevantes, lo que es bueno en este mundo volátil, pero también es malo, teniendo en cuenta el rezago que tenemos con economías que eran menos desarrolladas que nosotros como algunas asiáticas; en este contexto el rezago sólo se profundizará. Para el inversor financiero local, la alternativa uruguaya siguen siendo los títulos soberanos, tanto en dólares como pesos nominales, dado que son los únicos con una liquidez adecuada y un riesgo retorno atractivo. Con la realidad actual y con un Banco Central exitoso en su estrategia de contención de la inflación, no lucen atractivos los instrumentos en UI, y la prima en los títulos nominales como las letras de tesorería y bonos es notoria.

Desafortunadamente, una de las claves para el desarrollo de la economía, sigue siendo el históricamente pendiente mercado de capitales. A esta altura no se puede si no coincidir con el economista Aldo Lema quien algunos días atrás concluía en su columna de El País: “¿Puede haber uno alternativo mejor de crecimiento potencial mayor a 3% como ha planteado el gobierno? Por supuesto que sí, pero requeriría que la tasa de inversión superara el 20% del PIB, una mejora rápida y significativa en educación o al menos un gran flujo inmigratorio, e incrementos sustantivos de eficiencia. Requeriría medidas y políticas de gran impacto para subir la rentabilidad del capital físico y humano, así como para reducir generalizadamente los costos e impulsar la productividad. Eso nunca puede descartarse, pero parece poco probable. Habrá acciones en esa dirección, aunque difícilmente en las magnitudes requeridas

- Carlos Saccone, Head Wealth HSBC Uruguay

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar