Implicancias para los precios del crudo y las acciones de energía tras conflicto Israel - Irán

Escenarios posibles derivados del impacto del aumento de las tensiones geopolíticas en Medio Oriente sobre los precios del petróleo y las acciones del sector energético, y cómo deberían pensar los inversores respecto a su efecto a largo plazo.

Ormuz. En los últimos años este pasaje que une el Golpe Pérsico con el Golfo de Omán ha estado en permanente amenaza de bloqueo.
Ormuz. En los últimos años este pasaje que une el Golpe Pérsico con el Golfo de Omán ha estado en permanente amenaza de bloqueo.
Foto: EFE.

El ataque de Israel a objetivos nucleares y militares clave en Irán ha generado una presión alcista sobre los precios mundiales del petróleo y ha impulsado las acciones del sector energético, al tiempo que hizo caer los principales índices bursátiles debido a la preocupación por las implicancias de los riesgos geopolíticos en Medio Oriente. Irán es un importante productor de petróleo y se encuentra en una ubicación estratégica junto al Estrecho de Ormuz, por donde se transportan millones de barriles de crudo por día. Como resultado, el Brent y el West Texas Intermediate (WTI), el índice de referencia para los precios del petróleo estadounidense, llegaron a dispararse hasta un 13% en las operaciones previas a la apertura tras el ataque.

Crece el riesgo alcista para los precios del petróleo

Si bien los precios del crudo recortaron parcialmente sus ganancias, tanto el Brent como el WTI se negocian ahora por encima de los 70 dólares por barril, muy por encima de los mínimos de alrededor de 58 dólares alcanzados a comienzos de este año. Las acciones energéticas también registraron subas, lideradas —como era de esperarse— por las compañías de exploración y producción con alta exposición al petróleo. Las empresas con operaciones en América del Norte también estuvieron entre las principales beneficiadas, ya que los inversores apuestan a que los precios más altos del crudo podrían impulsar una mayor actividad de producción de ciclo corto (principalmente en tierra dentro de EE.UU.), favoreciendo a las compañías vinculadas a perforación, completamiento y/o volúmenes de producción.

Aunque el repunte del crudo ha sido significativo, se espera que pierda fuerza a menos que surjan pruebas concretas de interrupciones en la oferta. Por el momento, Irán ha informado que sus refinerías de petróleo y tanques de almacenamiento no han sido dañados.

Sin embargo, dadas las declaraciones tanto de Irán como de Israel, este conflicto parece estar lejos de resolverse, lo que aumenta la probabilidad de ataques dirigidos a infraestructura petrolera. Además, en represalia, Irán podría cerrar el Estrecho de Ormuz, lo que interrumpiría aproximadamente el 25% de los envíos globales de petróleo y el 20% de los envíos de gas natural licuado que transitan por el estrecho cada día, lo que empujaría los precios aún más al alza.

Implicancias para las acciones del sector energético

Desde nuestra perspectiva, los puntos clave a seguir en adelante son: cualquier indicio de interrupción en la producción de petróleo, y cualquier señal de interrupción en los flujos de petróleo o gas.

Si ninguna de estas situaciones se materializa, creemos que los precios del crudo podrían retroceder, ya que se espera que el panorama de oferta en la segunda mitad de 2025 esté cada vez más influido por un aumento en la producción por parte de la OPEP y sus aliados (OPEP+). En un cambio de política significativo, algunos miembros de la OPEP+ comenzaron a incrementar su producción en abril, tras varios años de mantenerla restringida en alrededor de 2,2 millones de barriles por día.

En ese sentido, las compañías energéticas con menor exposición relativa a Medio Oriente podrían estar bien posicionadas hacia adelante, dados los riesgos crecientes en la región.

- El autor de este análisis, Noah Barrett, es analista de investigación de Janus Henderson Investor.

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