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Se ha frenado el crédito al sector privado

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Foto: archivo El País

Tema de análisis

Cae el financiamiento de las administradoras y los bancos para el consumo de las familias.

Cuando el lector se enfrente a esta columna, ya conocerá el desempeño de la economía uruguaya durante el segundo trimestre del presente año, dato que desconocemos al escribirla.

De todas formas, podemos adelantar sin riesgo a equivocarnos que los últimos números hablarán de una economía con escaso dinamismo, que ya está sintiendo los cimbronazos de la situación argentina, pero que también arrastra problemas propios. La pérdida de competitividad en buena parte del aparato productivo, con impactos en el mercado laboral inciden en su desempeño y se ven reflejados en el comportamiento del crédito que otorga el sistema financiero al sector privado, que no puede ser ajeno a esta realidad.

El análisis del crédito es importante ya que arroja luz sobre la predisposición de los empresarios a asumir riesgos e invertir, como así también sobre el financiamiento del gasto de los hogares. Pero así como el aumento del crédito está relacionado con un mayor gasto y por consiguiente con un mayor dinamismo económico, un crecimiento desmedido impacta en los precios. De ahí la importancia del seguimiento de esta variable.

Al mes de julio, el saldo de los préstamos otorgados por el sistema bancario a los privados residentes ascendió a US$ 14.907 millones. Por su parte, el saldo de los préstamos otorgados por las administradoras de crédito se ubica en US$ 1.084 millones.

Si se compara con los datos registrados un año atrás, los valores son similares. De hecho, el saldo de los préstamos otorgados por el sistema financiero al sector privado medidos en dólares ha estado fluctuando en torno a estos valores desde comienzos del pasado año.

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Visto así, esta evolución es una primera señal que indica el escaso dinamismo de la economía. Pero este análisis no es del todo correcto, ya que una parte importante de los préstamos son concedidos en moneda nacional, aproximadamente la mitad en el caso de los bancos y prácticamente la totalidad en el caso de las administradoras de crédito.

Esta es una aclaración importante, ya que las cifras que estamos manejando son en dólares, por lo que la conversión de los préstamos en pesos a la divisa estadounidense sufre los vaivenes de su cotización. Cuando el valor del dólar disminuye, sube el saldo en esa moneda y cuando aumenta, como en los últimos meses, el saldo disminuye.

Para salvar esta distorsión, el análisis debe hacerse separado por monedas, y en el caso de los préstamos en pesos, ajustarlos por la variación del IPC y el dólar. Queda así un análisis en pesos constantes que en líneas generales está asociado a los préstamos a las familias, y otro en dólares vinculado mayoritariamente a las empresas.

En las dos gráficas alargadas que aparecen en el cuadro que ilustra la nota, se muestra la variación trimestral del saldo del crédito bancario al sector privado en pesos constantes de enero del presente año y en dólares corrientes.

Las dos gráficas cuentan historias parecidas, aunque con algunas particularidades cada una de ellas. El crédito en pesos se frenó bruscamente en el último trimestre de 2016, disminuyendo desde entonces. En el caso de los préstamos en dólares, la tendencia también es a la baja, aunque más suavizada a lo largo del tiempo. A su vez los valores negativos comenzaron antes.

El freno en el crédito en pesos está asociado a las dificultades que comenzaron a mostrar los destinatarios. La caída en los puestos de trabajo afectó la confianza de los consumidores, que se volvieron más cautelosos. A su vez, los problemas en el mercado laboral comenzaron a verse tímidamente reflejados en la morosidad, que superó al 3% de los créditos concedidos hacia fines de 2016.

A las tasas que brindan los instrumentos financieros se le debe descontar la inflación. Foto: M. Bonjour
Foto: M. Bonjour

En particular a nivel de los préstamos al consumo la morosidad superó el 5% de los préstamos concedidos por el sistema bancario y llegó al 20% en el caso de los otorgados por las empresas administradoras de crédito.

Debido a ello se contrajo el crédito al consumo, tal cual se muestra en el gráfico que aparece abajo a la izquierda del cuadro. Allí se muestra el desempeño de los préstamos otorgados por el sistema bancario y las administradoras. Estas últimas tienen un peso relevante en el financiamiento del consumo privado, ya que prácticamente todo lo que otorgan tiene ese fin. A julio, los bancos habían prestado aproximadamente $ 3.000 millones con este destino y las administradoras unos US$ 1.000. A lo largo del último año y medio las participaciones relativas se mantuvieron.

La caída del crédito al consumo fue parcialmente contrarrestada por aquellos préstamos otorgados para compra o refacción de vivienda. Estos préstamos, que se conceden básicamente en UI, están creciendo a un ritmo del 2,5% real anual. Esta tasa de expansión es la mitad de la observada hasta mediados de 2016, lo que también habla de mayores precauciones adoptadas por el sistema financiero al otorgar estos préstamos, en virtud del desempeño del mercado laboral.

El crédito en dólares se contrae de la mano de las dificultades que enfrenta el sector productivo. Trimestre a trimestre el saldo registrado es inferior respecto al del mismo período del año anterior. A nivel del sector agropecuario, el comercio y la construcción, el descenso en los saldos trimestrales viene desde el año 2016. En el caso de la industria manufacturera y los servicios, es más reciente, desde el año 2017.

Una línea de crédito en dólares pero que está dirigida a las familias, es la vinculada a la compra de un vehículo. En el gráfico que aparece a la derecha en la parte baja del cuadro se muestra su evolución. Se ve allí que el saldo se duplicó a lo largo del último año, frenándose en los últimos meses.

Al igual de lo que aconteció con las restantes líneas de crédito al consumo, la morosidad también aumentó en el caso de estos préstamos. Ello debe haber incidido en el freno que se observa en los últimos meses. Pero el factor fundamental es el propio mercado, ya que las ventas de automóviles 0km están cayendo en los últimos meses.

El aumento de la tasa consular a partir del pasado 1° de enero adelantó compras a lo largo de 2017. Ello habría enlentecido las compras a lo largo del presente año. Si agregamos el aumentó que está experimentando el tipo de cambio, explicamos el descenso en las compras de los 0km que se observan. La suba del dólar afecta otros consumos, lo que refuerza el enlentecimiento de esta variable, por lo que no cabe esperar mayores cambios en el comportamiento del crédito a las familias en los próximos meses.

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