¿Cómo aumentar el tamaño de la torta de ingresos, sin morir en el intento? (I)

En 10 años es posible aumentar en modo significativo el ingreso mediano por habitante en modo equilibrado, mientras son mejorados servicios públicos, siempre que se actúe en modo consensuado durante varios ciclos electorales.

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Jaime Ferrer, columnista invitado.  (*)

La pugna política en el país podría describirse con la metáfora de Borges sobre el conflicto de las Malvinas: “dos calvos peleándose por un peine”. Por encima de las discrepancias en otros ámbitos de legítimo desacuerdo, no hay motivos para que ambos bloques pospongan cuatro desafíos profundos. En dos notas separadas, Intentaremos aportar algunas pinceladas para un debate desapasionado, en base a datos oficiales.

Cómo desactivar las bombas

Opinamos que en 10 años es posible aumentar en modo significativo el ingreso mediano por habitante en modo equilibrado (no como promedio simple, eliminando bolsas de pobreza y semi pobreza del 19%, según INE   ), mientras son mejorados servicios públicos que nos distinguen del resto de América Latina, siempre que se actúe en modo consensuado durante varios ciclos electorales, sin alterar el rumbo, dejando la pugna para otros temas.

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1er Reto: Sólo con la productividad no bastará; nos faltará mano de obra

Del reciente informe del INE (julio 2025) es fácil deducir que el ingreso promedio no aumentará si al mismo ritmo que mejora la productividad se va reduciendo el ratio de población económicamente activa (15 a 64 años), debido a la baja natalidad (1,27 hijos/mujer) y a la mejoría en la esperanza de vida. A dicho fenómeno hay que sumar la persistente sangría de población joven formada (pérdida de 452.000 ciudadanos entre 1960 y 2024, 168.000 desde 2000 (Database Earth, MIDES Perfil del Emigrante) y un par de miles al año recientemente (Banco Mundial)

Se trata por lo tanto, de aumentar la población en edad de trabajar (PET) y la económicamente activa (PEA15-64) invirtiendo a su vez el saldo migratorio, atrayendo gente de países (sobre todo vecinos) con los perfiles adecuados, al tiempo que se lanzan programas de mejora de la natalidad y se sigue invirtiendo en capacitación profesional (UTU). El aumento de la actividad femenina (52% vs. 68% en varones), la reducción del paro (7%) y del subempleo 16%), permitirían aumentar la PEA en 33%. Para dar una idea de la urgencia,  si se mantuviera el ratio actual de PEA a PET (82%), el ratio de la PEA sobre la población total, bajaría del 54% hasta 46% en 2070.

Hoy hay alrededor de 81% de jóvenes en la franja 15-22 años (España 89%, UE > 90%) enrolados en programas UTU o universitarios, compatibles con el trabajo a tiempo parcial (la PET>18<65 =62%). Otra meta es que el 100% de jóvenes sigan programas formativos compatibles con el trabajo remunerado, alineando UTU y universidades a las nuevas tecnologías y profesiones creativas, por ejemplo diseño, alta gastronomía, etc., mediante contratos duales trabajo - estudio.

Mejorar la natalidad exige actuar en varios frentes a la vez……

En general los países que han logrado mejorarla, han adoptado un conjunto coherente de medidas durante tiempo. Entre éstas; los permisos parentales, las redes de guarderías infantiles públicas, los programas de vivienda de alquiler limitado para parejas jóvenes y las desgravaciones impositivas por hijo. Ver las mejoras conseguidas: (1) Japón: de 1,25 a 1,45; Alemania: de 1,33 a 1,59; Rep. Checa: de 1,13 a 1,80; Hungría: de 1,23 a 1,59. En el caso uruguayo se suma otro factor a corregir; el elevado coste de la vida para las capas de ingresos medianos y reducidos.

2o Reto: El fruto del medio ambiente ya no se puede exprimir más

Los desafíos ambientales de Uruguay se dividen en específicos (por falta de inversión durante décadas) y globales. Entre los primeros: la contaminación del agua (superficie y acuíferos) y del suelo por agroquímicos; el bajo tratamiento de aguas residuales y de residuos urbanos y agrarios, la degradación de humedales (con sus efectos sobre la erosión), la urbanización incontrolada (amenaza para el capital turístico), la deforestación nativa y la calidad del agua en la cuenca del Santa Lucía (fuente principal de agua potable en Montevideo (2).

Entre los retos globales; las sequías e inundaciones cada vez más frecuentes (impacto en el sector agropecuario), la sobrexplotación de recursos naturales (el caso de la pesca es doblemente dramático porque nos la esquilman otros) así como el bajo índice de valorización de residuos (5%, Reciclaje Contemar) . No aprovechamos uno de los índices de residuos agrarios por habitante más altos del planeta (aunque hay proyectos de biogas en marcha).

Más allá de grandes éxitos en materia de energías renovables y de gestión del suelo agrario, y a planes oficiales (ej. Plan Nacional de Gestión de Residuos, Plan de Prevención y Reducción de Pérdidas Alimentarias, Planes de Economía Circular, Estrategia nacional de desarrollo sostenible) son escasos los estímulos a la inversión privada, no ofreciendo suficiente apalancamiento multiplicador para alcanzar efectos de escala.

Hasta la fecha han sido simbólicos los recursos asignados al Area Programática de medio ambiente y recursos naturales (MEF; 2024: 0,03% del PIB vs. UE: 0,8%, recomendaciones ONU: 2%) pese algunas inversiones ejemplares (ej. programa Biovalor.)

Por lo tanto, convengamos en que el momento para empezar a invertir en MA es “ayer”.

Las oportunidades verdes no son sólo “ecológicas”. Por ejemplo, la reducción de pérdidas en las cadenas de valor agroalimentarias indican que al alrededor del 20-30% de la producción se pierde o desperdicia (estudios FAO, WWF “Driven to Waste”) lo que nos permitiría exportar más con la misma superficie cultivada si apostáramos decididamente por su valorización (ej. nuevos materiales, 3D, metanol, biogas, keroseno…) mediante los estímulos y exoneraciones transitorias a proyectos empresariales.

3er Reto: Con crecimiento sin aumento de productividad, el almuerzo no mejora

¿De dónde partimos en materia de composición sectorial? Uruguay hoy presenta una economía mucho más diversificada que en el pasado, alcanzando grandes logros en rubros de elevado VA. Los sectores TIC, profesionales técnicos, financieros, y de logística han crecido 2,5 más rápido que el resto entre 2016 y 2021 - BCU - , aportando al VA exportado muy por encima de las cifras absolutas (bienes; 59%, total servicios; 30%, trading; 11%).  Los servicios modernos aportan el 32% del VA total incorporado a las exportaciones (próximo a igualar al primario y la agroindustria que suman 34%) (fuente: www.uruguayxxi.gub.uy). A su vez ha aumentado el peso de la transformación de productos del agro (ej maderas tratadas, lácteos) y las exportaciones industriales concretas (ej farmacéuticos, vehículos, maquinaria agrícola, etc.) partiendo de abajo.

Estudios recientes (informe ANDE) revelan que entre 2006 y 2023, la productividad de las empresas aumentó en media 3% aunque la cifra es sesgada hacia las grandes (la mediana sólo del 0,89% anual). Dicha información no acaba de mostrar la foto agregada de la productividad promedio por hora trabajada debido a que gran parte de la población ocupada no aparece (ej. 21% de informales, 16% en administración, suma de subocupados y desocupados; 16%).

Excavando un poco más con la pala, los datos de productividad de 10 agregaciones de sectores (BCU 2016-2022),  muestran crecimientos anuales de la productividad aparente (VOB/ocupado) en 0,7% (en 5 años) y de 1,8% (3 años anteriores a la pandemia), con caídas de productividad aparente (VAB/ocupado) en 2023 y 2024. A falta de datos BCU de los sectores para 2022-2024, se observan en los años previos a la pandemia (2016-2019) crecimientos notables en la productividad en energía (5,8%), industria (4%), transporte + TIC (3,8%) y servicios técnicos profesionales (2,1%).

¿Cuál es el marco de aspiraciones de cara al futuro?  ¿Qué escenarios se podrían contemplar?   A título ilustrativo (sin pretensiones predictivas), compartimos simulaciones partiendo de la estructura productiva del país (tabla insumo-producto de 108 sectores MIP2016, BCU) con distintas hipótesis de crecimiento (+ 10 años) de la demanda final y productividad. Permiten arrojar luz sobre 3 variables objetivo (demanda de mano de obra vs. PEA, VA/ocupado, Mejoras Retribución /Ocupado), manteniendo vs. modificando la composición sectorial de la economía (aumentando peso de sectores de +VA). 

Las tecnologías 4.0 (ej. 3D, digitalización IA, IoT, robótica)  permiten industrializar un país con buenas capacidades técnicas reteniendo talento, costes inferiores a países desarrollados y reducido mercado interno; ampliando el potencial de mejora de productividad a todos los sectores (incluyendo la administración) así como lanzar nuevas actividades (3) como se detalle en “Waste to wonder to explore possibilities  with recycled materials in 3D printing technologies”, en las que las economías de escala pesan mucho menos que en la industria tradicional.

En resumen, escenarios de crecimiento en demanda final neta (de 3% a 4,5%) vs. aumento de productividad (de 1,3% a 2,5%); con valores diferenciados por sector (ej. grupo de sectores “tractores” con impacto en exportación y VA), permitirían crecimientos en remuneraciones por ocupado, entre el 11% y  23%, en sólo 10 años.  A modo de ejemplo, cabe citar que si las peluquerías suizas o españolas remuneran mejor a sus profesionales que las de Montevideo no es porque las primeras sean más productivas ni creativas, sino porque la media de clientela tiene mayor capacidad de gasto debido a que gana dinero en sectores “tractores” de mayor VA/ocupado. Sin embargo ninguno de los escenarios de crecimiento a 10 años, es compatible con las previsiones demográficas del INE, siendo indispensables aumentos en %PEA15-64 (lo que obliga a importar mano de obra debido a que las muy necesarias políticas de natalidad sólo tendrían efecto en PEA, a >18 años vista).

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En una siguiente nota, intentaremos argumentar cómo se pueden alcanzar dichos objetivos sin desbaratar las cuentas públicas.

(*) El autor, Jaime Ferrer, es empresario en sectores alimentario, tecnologías industrializadas de construcción y tecnologías del agua, profesor de EADA Business School - Barcelona -, coordinador del proyecto Economía Circular España; ex socio de Accenture, responsable de Supply Chain en Europa.  MSC Investigación Operativa (London School of Economics), Lic. C. Económicas y Empresariales.  (Universidad de Barcelona), DEA Análisis de Sistemas (U. Aix-en Provence, Francia).

1) Aumento fertilidad países europeos https://phys.org/news/2025-01-fertility-trends-nations-unexpected-reversals.html#:~:text=Myrskyl%C3%A4%20coined%20the%20term%20%22J,fertility%20in%20the%20long%20run.
2) https://www.ecologiaverde.com/problemas-ambientales-en-uruguay-4522.html
3) “Waste to Wonder” https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0048969723057364

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