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China hoy: el desafío de ser, más que parecer

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Foto: Getty Images

OPINIÓN

China parece estar aún lejos de aquella visión 2035; para ello, deberá modificar con mayor profundidad sus estructuras productivas y convivencia social.

No es novedad para nadie la relevancia comercial y económica que ha recuperado China en el escenario internacional desde principios de siglo XXI, disrupción total en el orden mundial. Es el mayor exportador de mercaderías del mundo. Además de ser nuestro principal socio comercial de bienes desde hace un tiempo, y estar sobre la mesa un potencial tratado de libre comercio, es un actor estratégico para nuestro país. Por ello, analizar qué está sucediendo por esos lares es clave para entender con quién nos vinculamos. La semana pasada hubo tres hechos que a mi modo de ver sobresalen y despiertan el interés de abordarlos.

La visión de país

El Partido Comunista de China ha delineado los objetivos generales para el país con un horizonte 2035, de acuerdo con el informe presentado en el XX Congreso Nacional. La visión desde un punto de vista estratégico es el futuro que queremos crear. Una declaración de visión debe comunicar una nueva realidad inspiradora y fijar un punto final definido para su consecución. John F. Kennedy expresó en 1961: "Creo que esta nación debe asumir como meta lograr que un hombre vaya a la Luna y regrese a salvo a la Tierra antes del fin de esta década". Por ello, cuando hay tal declaración en países con la dimensiones de EE.UU. o China hay que tomar nota. ¿Harán el trabajo necesario para construir ese futuro definido? En tal sentido, China se propone dar un salto sustancial en su poderío económico-científico-tecnológico y su fortaleza nacional integral, con incremento PIB per cápita alcanzando el nivel de los países desarrollados. Además, plantea el objetivo de fortalecer su independencia, con un sistema económico moderno, sustentable, en sintonia con el medio ambiente, con una sociedad regida por la ley y un pueblo disfrutando de una vida feliz. Es claro que China pretende profundizar su crecimiento económico, y esta visión es un mensaje para su sociedad, pero también es un mensaje para el resto de los países del mundo, está subido y no renuncia a un juego donde intervienen muy pocos.

La consistencia

Luego de una declaración de construcción de futuro tan contundente, un pilar a cuidar es la seriedad estadística como política pública, que entre otras cosas va midiendo el desempeño de los diferentes aspectos socioeconómicos y cómo se alcanzan los objetivos del camino definido. A pesar que, en el calendario de divulgación oficial, estaba prevista la publicación de información relevante incluyendo la evolución del PIB del trimestre, ha sido inusualmente postergada, sin una nueva fecha prevista. La versión oficial es que el calendario ha coincidido con el desarrollo del Congreso del Partido Comunista de China, donde está el centro y el esfuerzo estatal. Sin embargo, ha levantado suspicacias sobre la posibilidad de que los números no sean tan positivos o favorables para la imagen de las autoridades del país, en un momento crítico para su futuro. No es posible construir un futuro sostenible y creíble, como se ha declarado, sin una política de estadística nacional independiente, precisa, transparente y oportuna.

El escándalo de no ser

Una escandalosa investigación publicada días pasados y documentada por el Canal 4 Británico sobre el gigante textil chino Shein, líder de la industria llamada “fast fashion”, ha constatado condiciones laborales hiper-precarias en sus fábricas proveedoras en China. Jornadas laborales de 18 horas, un solo día de descanso al mes y salarios variables por prenda que no alcanzan ni lo mínimos legales (deben confeccionar 500 prendas por día para alcanzar un salario de US$ 570 al mes). Además, el informe cuestiona algunos modelos de vestimenta que podrían ser plagios de las empresas internacionales competidoras. Shein (o como debe pronunciarse She In), vende online a más de 150 países y está valorada en 100.000 millones de dólares, según Bloomberg. En 2021, sus ventas aumentaron un 60% y obtuvo ganancias por 17.000 millones de dólares. ¿Cómo es posible tal desajuste entre desarrollo económico y su modelo de negocios?
Si bien podría llegar a ser una situación puntual, o incluso un escenario que lamentablemente puede repetirse en otras geografías, habla de instituciones locales muy poco funcionales, con poca capacidad de reacción y previsión. Cuando el mercado falla (si bien no estamos en este caso en una economía de mercado, aunque si con sus lógicas), acentuando desigualdad con vínculos abusivos, las instituciones entran en acción para intentar revertir. A modo de ejemplo, cuando esto ocurre, hay un Ministerio de Trabajo inspeccionando y sancionando, hay una organización sindical, o una cámara empresarial calibrando a quien compite en aquellas condiciones abusivas. Nada de esto parece ocurrir, y en pleno SXXI, se produce con lógicas cuasi esclavistas, a los ojos de la comunidad internacional. China es miembro de la OMC y exporta desde allí en estas condiciones. ¿Los consumidores pondrán algún limite moral?

China parece estar aún lejos de aquella visión 2035, deberá modificar con mayor profundidad sus estructuras productivas y convivencia social. Deberá trascender lo declarativo. Se trata más de ser que de parecer.

(*) Decano de UCU Business (Universidad Católica del Uruguay).

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