Luis Custodio

Banco Itaú va ampliar en 2023 sus operaciones de crédito en el país, y con ese objetivo emitió deuda por 200 millones de dólares. Proyectan un año de importante crecimiento de la actividad, luego de dos años considerados récord en la operativa de esta institución en Uruguay. André Gailey, CEO Regional de Argentina, Paraguay y Uruguay en Itaú, asegura que la franquicia de dicho banco en Uruguay destaca en la región por sus resultados. Sostiene que han ampliado la base de clientes e incrementado la cartera de créditos y depósitos, “en un contexto de fuerte crecimiento económico del país, que proseguirá en 2023”. El banco actualizó recientemente sus proyecciones macroeconómicas para Uruguay, ajustando al alza sus previsiones en cuanto al PIB para 2022 y 2023. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Qué balance hace Itaú del año 2022?

—Fue un buen año. Según nuestras estimaciones, la economía en conjunto va a crecer 5,4%. Eso surge de nuestra última y reciente revisión, donde ajustamos al alza desde 5,2%. Fue un año con actividad económica pujante, buen ritmo de inversiones en el sector privado y un volumen importante de créditos a las personas físicas en el sistema financiero. En ese contexto, para nuestro banco ha sido un año de crecimiento récord de su base de clientes, de su cartera de créditos y depósitos, también en materia de servicios, pero especialmente, en materia de innovación. Ha sido un año extraordinario para Itaú.

—¿Cuáles son las fundamentos para esos resultados en 2022?

—Fundamentalmente, hay dos razones. La elección de los clientes que optaron por centralizar sus negocios en Itaú y por otro, el escenario macroeconómico muy favorable del que hablábamos.
Un año donde la economía se expandió y al mismo tiempo, tuvimos una alza de las tasas de interés locales e internacionales, y esto favorece el crecimiento de las carteras de créditos y depósitos, que se vio acompañado por un incremento del volumen de servicios y al mismo tiempo, una mejor rentabilidad debido al alza de tasas. Es muy raro que ocurra esto, generalmente un alza de tasas lleva una reducción de la actividad económica, pero este fue un año donde tuvimos los dos vientos a favor.

—¿Cómo observan las acciones llevadas adelante por el Banco Central en materia de política monetaria?

—Hemos visto un banco central que actuó con la intensidad necesaria para contener la inflación. Ya percibimos un impacto relevante en los dos últimos meses, en cuanto a la reducción de la inflación. El incremento de tasas de diciembre era esperado; confiamos en los resultados que tendrán esas políticas en 2023, donde la inflación se va a alinear más con los objetivos del banco.

—Previo a este ciclo de suba de tasas, podíamos pensar en un contexto favorable para la toma de créditos. Ahora, en términos reales, ¿siguen siendo tan atractivas?

—La tasa de interés real, o sea, la tasa de interés nominal menos la inflación, por primera vez podemos decir que es positiva. Es la principal razón por la cual empezamos a tener una baja de las expectativas de inflación. Y como la actividad sigue fuerte creemos que el crédito seguirá creciendo, a pesar de la alza de tasas.

—La contracara de esta historia ha sido el tipo de cambio; ¿encuentran que hay un correlato con este valor de la moneda dado el flujo de dólares que ha existido?

—La presión sobre el tipo de cambio responde a diversos factores. Primero, una muy buena producción agrícola durante el pasado año, que acompañó una suba de los precios de las commodities, lo que derivó en un mayor flujo de entrada de dólares por las exportaciones. El segundo aspecto muy importante es la atracción de inversión extranjera que Uruguay obtuvo a lo largo de 2022, como consecuencia de un país muy bien posicionado a partir de la política macroeconómica llevada adelante y de su reconocida estabilidad. Eso ocurre además en medio de un deterioro de la situación en América Latina y en el mundo en general, lo que tornó a Uruguay aún más atractivo para la inversión foránea.
En Itaú hemos revisado también nuestras proyecciones sobre el valor del dólar frente al peso uruguayo. Esperábamos para 2023 un dólar a 44 Pesos y lo hemos revisado recientemente a $ 42,50 para finales de este año, en base a que creemos que el país seguirá con buenos niveles de exportación e ingreso de inversión extranjera durante este año.

—En materia de inflación, ¿han hecho alguna corrección?

—Mantenemos nuestra estimación de 7,5% para el año. En el modelo que nuestro equipo planteó teníamos algún riesgo al alza, debido que será un año con ajustes de salarios; sin embargo, como el punto de partida será más bajo de lo que en una primera instancia pensábamos, mantenemos nuestra proyección.

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—Los buenos resultados económicos pronosticados para el cierre de 2022 y también para 2023, ¿consideran las dificultades por las que va a atravesar la economía global, donde los países líderes pueden pasar por una recesión en algún caso y notoria desaceleración en otros?

—Somos privilegiados en Uruguay. Estamos muy bien ubicados en el mundo. Esperamos una recesión, sí; más fuerte en Europa y más liviana en Estados Unidos, y aún no sabemos cuál será el impacto del COVID en la economía china. Entendemos que la guerra en Ucrania, lamentablemente seguirá durante todo 2023 y eso mantendrá los precios de las commodities seguirán a buenos niveles históricos. Con una inercia de expansión económica importante de 2022 y buenos niveles de inversión, el país tendrá una gran oportunidad de seguir en la senda de crecimiento, tanto por el lado de la producción como del consumo. Para este año 2023, nuestra perspectiva de crecimiento económico la hemos ajustado también al alza, de 2,2% a 2,5% del PIB.

—Anteriormente hizo referencia al área de innovación y los progresos de Itaú durante 2022. ¿Cuáles son esos avances?

—Para 2023 proyectamos seguir con nuestra nueva cuenta pocket, que ha sido un suceso, una cuenta digital sin costo muy bien percibida por los clientes y que nos permitió seguir creciendo.
Hemos avanzado en una integración omnicanal de los clientes, donde lo digital y lo físico van de la mano para dar respuestas a los clientes. Eso ha generado una percepción muy positiva de calidad de atención. Tenemos ahora la chance de integrar una nueva empresa, como es el caso de Prex, a nuestro ecosistema facilitando transferencias y la interacción entre los clientes de Prex y los clientes del banco así como lo estamos haciendo también con los clientes de Oca.
Hoy tenemos un nivel de digitalización por encima del 90% para las transacciones de los clientes, lo que permite que los oficiales estén realmente dedicados a la atención de los temas de más valor. Son tasas de digitalización que destacan notablemente entre las operaciones de Itaú en los países de la región.
Para nosotros avanzar en digitalización y abrirse paso hacia el área fintech es clave. Y el ambiente en Uruguay para esto es muy favorable.

—Usted ha planteado con anterioridad, que era necesario avanzar en algunos  aspectos regulatorios en Uruguay, para poder realmente avanzar en materia de innovación en la banca. ¿Considera que ha habido avances en ese sentido?

—Tuvimos avances en 2022. Uno externo, referido a la regulación de banca en la nube, donde el Banco Centrado empieza a permitir que parte de la infraestructura de los bancos se suba a cloud, en un plan piloto muy bien percibido por el mercado. Por otro lado hicimos una transformación muy profunda de la manera de trabajar en Itaú, cambiando el modelo organizacional, de un trabajo en áreas para un trabajo en comunidades, integradas y digitales. Si queremos que el banco sea digital para afuera, necesitamos serlo hacia dentro también. Esperamos va a generar un impacto muy positivo en la capacidad de innovación y de crecimiento del banco en Uruguay.

—Esos cambios en la operativa, ¿mejorarán las condiciones de oferta de crédito?

—El banco siempre trabaja para otorgar las mejores condiciones posibles, pero el desafío más grande hoy no es de oferta, sino de demanda de crédito. El gran desafío es fomentar la inversión privada; Para ello, se debe avanzar en condiciones impositivas, en flexibilidad laboral, son temas en los que sabemos que trabaja el gobierno para generar un ambiente más favorable, que se traduce luego en demanda de créditos.
El sector privado es la locomotora de la economía, y el gobierno está trabajando para que le privado pueda invertir cada vez más. Vemos una agenda muy importante del gobierno en esa línea; la reforma dela seguridad social, que ayudará a mejorar las cuentas fiscales, la apertura de negociaciones con otros mercados, que abrirá oportunidades a las empresas locales. Ese es el camino a recorrer, va en la dirección correcta.

—La emisión de deuda que hizo Itaú Uruguay en el exterior por 200 millones de dólares al cierre de 2022, ¿qué objetivos persigue?

—El banco percibió una oportunidad de crecimiento y por tanto, debe garantizar que va a tener el capital necesario para seguir creciendo.
Para poder incrementar la cartera de crédito, se necesita un determinado nivel de patrimonio en línea con ese crecimiento proyectado. Para ello, una de las vías es un aumento de capital y otra una emisión de deudas subordinada, que fue la opción tomada en ese momento.
Estamos creciendo en todas las áreas de negocio. Servicios, industria, una buena expansión en el sector agropecuario y en especial, en personas físicas. Venimos de niveles récord en los dos últimos años y como esperamos seguir creciendo, optamos por dar ese paso. Debemos considerar que Itaú Uruguay es un destaque dentro de las franquicias del banco en la región. Por el alto nivel de satisfacción con los clientes, por su crecimiento en los dos últimos años y por las buenas perspectivas para seguir creciendo.