En tiempos en el que respetados historiadores afirman que el 25 de agosto de 1825 no debería ser recordado como el día de la Declaratoria de la Independencia, subsiste una nebulosa en torno al nacimiento del Uruguay como país. No son pocos los que sostienen que fue impuesto por poderes extranjeros como Estado “tapón” entre dos grandes potencias como lo eran Argentina y Brasil. Y que en ese proceso tuvo injerencia un lord británico llamado John Ponsonby.
Este exintegrante de la Cámara de los Comunes de Inglaterra fue enviado a sucesivas misiones diplomáticas por el rey Jorge IV. Dicen las malas lenguas que así lo resolvió el monarca para alejarlo de una de sus amantes, a la que pretendía. En el Parque Batlle de Montevideo hay una calle con su nombre (el apellido está mal escrito en el cartel del nomenclátor). Pero seguramente pocos uruguayos sepan quién fue lord Ponsonby. Lo mismo ocurre en Bélgica, a donde el diplomático británico fue enviado para cambiar los destinos de ese país, promoviendo el ascenso de Leopoldo I al trono del reino.
¿Son Uruguay y Bélgica dos países hermanos, hijos del mismo padre no reconocido? ¿Qué factores comunes había entre estos territorios para justificar la misma solución? ¿Cuáles de estas similitudes persisten hoy en día? ¿Cómo se vive en un Estado tapón, en medio de vecinos más grandes y relevantes?
Estas son algunas de las preguntas que se hace un equipo de jóvenes realizadores, encabezado por el uruguayo Ramiro Cabrera (Montevideo, 1989), para hacer un documental binacional sobre la vida del afamado lord inglés, que llevará por nombre Ponsonbyland. Ya han sido entrevistados conocidos historiadores uruguayos como Ana Ribeiro, Carlos Demasi y Guillermo Vázquez Franco. Y se encuentran en una etapa de recolección de fondos a través de un novedoso sistema que permite recibir aportes de todos los rincones del planeta (ver nota abajo).
Cabrera es técnico en Comunicación Social y se desempeña como realizador audiovisual desde 2009, con especial dedicación a la labor de montajista. Ha trabajado como editor-postproductor en casi todos los canales de televisión de Uruguay y desde hace más de una década ejerce esta función en Canal 5 (Televisión Nacional). Es fundador y director de La Zanja Producciones, productora audiovisual en actividad desde 2012. Y ha sido director de múltiples piezas, especialmente videoclips y documentales. Entre ellas destacan los videoclips Soy todo lo que recuerdo del cantautor argentino Gabo Ferro; Forty years ago de la legendaria banda Los Mockers; Libertango de Albert Tártaro y Santiago Baritussio, y el largometraje documental Toca rápido o muere del año 2015.
Dos naciones “hermanas”
Todo comenzó en un tren. Ramiro Cabrera viajaba solo de París a Bruselas. Venía cansado, durmió un poco y al despertar vio en Google Maps que ya estaba en territorio belga. Miró por la ventana y vio una penillanura levemente ondulada con algunas vacas. “¡Wow, parece Uruguay!”, se dijo. Y comenzó a reír.
“Era el paisaje más parecido a mi país de todo lo que llevaba visto en el continente europeo. Siempre me ha interesado el tema de la identidad. De las identidades nacionales. De los discursos y relatos, de los mitos que constituyen a las idiosincrasias. En relación a esto, la figura de Lord Ponsonby me parece fascinante. Y siempre me pareció increíblemente graciosa la idea de pensar a los belgas como ‘hermanos por parte de un padre no reconocido’. Fui al viaje ya con ese sesgo, lo admito”, dice Cabrera.
Todos aquellos días en Bélgica, cuando iba conociendo gente por el camino, les preguntaba si sabían quién era Lord Ponsonby, si sabían que 1830 era un año clave en la conformación de ambos países, si conocían belgas y uruguayos que “somos hermanos”. Fue exactamente ahí cuando se le ocurrió la idea de hacer un documental sobre “esta línea lejana e invisible que nos une a miles de kilómetros de distancia”. Fue en ese preciso momento cuando lo vio todo.
Pero para eso necesitaba a alguien de Bélgica que, al igual que él, quisiera contar esta historia. Y fue entonces que se puso en contacto con Eva Moeraert, de Het Audio Atelier, una conocida productora de podcast de Flandes, que también estaba en un vagón cuando recibió su correo electrónico. Ambos viajan juntos ahora, en otro tren.
“Una locura o no, decidimos ponernos manos a la obra. Compré un pasaje a Montevideo y nos lanzamos a la aventura de comenzar a filmar sin aún solicitar fondos, sin tener sponsors confirmados ni apoyos institucionales”, dice esta belga que habla neerlandés, inglés, francés y español. Y que desde que llegó a Uruguay comenzó a tomar mate.
Las tramas de la Historia
Pese a que la figura de Lord Ponsonby alcanza distintos estatus de acuerdo al cristal con el que se la mire, ningún historiador uruguayo le quita relevancia. La independencia de la República Oriental del Uruguay se consiguió tras suscribirse la Convención Preliminar de Paz en agosto de 1828, como consecuencia de las arduas negociaciones llevadas a cabo entre el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata bajo la mediación del diplomático británico.
“La Historia es varias cosas, pero en principio diría que es un intento de entender el presente a través de conocer el pasado”, dice el historiador Carlos Demasi, al ser entrevistado en un salón de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Y agrega Ana Ribeiro: “La historiografía es el mejor antídoto contra la idea de que la Historia puede ser una verdad absoluta, nunca puede ser un saber objetivo. Busca la objetividad, pero no tiene capacidad de alcanzarla”.
Con su particular estilo, dispara Guillermo Vázquez Franco: “Ahí está la maniobra: los que la escriben lo hacen de tal manera que le presentan a las nuevas generaciones lo que quieren que haya sido esa Historia que están comentando. La literatura habla de los intereses ingleses y de Lord Ponsonby. Y de Ponsonbylandia”.
Cabrera, en tanto, explica que la coyuntura política, social y religiosa con la que se encontró Ponsonby en Bélgica era más compleja que la que enfrentó en este rincón del mundo. “Uruguay fue el experimento y en Bélgica patenta la fórmula. La revolución belga de 1830, que estalla un 25 de agosto, precisamente, es mucho más compleja que nuestro proceso independentista. Es un conflicto franco-holandés que toma su inspiración de la Revolución Francesa. En este caso es una revolución burguesa y liberal, básicamente”, señala. Y añade: “Había un conflicto lingüístico: la Bélgica francófona no aceptaba la imposición curricular de la lengua neerlandesa. La burguesía hablaba francés y el ejército y el pueblo hablaban neerlandés. También había un enfrentamiento religioso, entre católicos y protestantes. Y como siempre, había un conflicto económico de fondo: el sur era una región en proceso de industrialización y el norte estaba orientado al comercio marítimo tradicional”.
Tras los fondos para completar el proyecto
El proyecto Ponsonbyland lanzó una campaña de crowdfunding con el fin de cubrir los costos de desarrollo y poder avanzar con la investigación. El crowdfunding es una herramienta de financiación utilizada por miles de usuarios y compañías en todo el mundo. En este caso, las colaboraciones se reciben a través del sitio Kickstarter, que conecta a creadores con patrocinadores. El creador solo cobra la contribución en caso que el proyecto alcance la meta de financiamiento antes de que se cumpla el plazo de la campaña. “No es una donación, es una nueva manera de micromecenazgo para participar de proyectos en los que las personas pasan a ser microproductores. Kickstarter es la plataforma más importante del mundo para este tipo de modalidad. Incluso te evalúa el proyecto antes de subirlo. Tenés 60 días y es a todo o nada. O llegás a la suma o se le devuelve la plata a la gente. A su vez, si ganás una campaña Kickstarter no solamente te hacés del dinero necesario, sino que tu proyecto queda con una ‘estrellita’. En 12 días llegamos al 30% del financiamiento”, explica Ramiro Cabrera.
Todo el que quiera sumarse puede hacerlo en el siguiente link: www.kickstarter.com/projects/ponsonbyland/ponsonbyland.Quienes no cuenten con tarjeta internacional pueden participar depositando en la cuenta BROU 001266158-00001.