Son nietos e hijo de una leyenda, traen frescor a la música brasileña y llegan por primera vez a Uruguay

Gilsons, el trío conformado por los descendientes directos de Gilberto Gil, tocará el 4 de mayo en la Sala del Museo. Antes de la fecha, Francisco, José y João Gil charlaron en exclusiva con Domingo sobre su herencia musical, el éxito "Várias Queixas" y ser tildados de “nepo babies”.

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Gilsons
José, João e Francisco, respectivamente hijo y nietos de Gilberto Gil.
Foto: difusión

José, João y Francisco nacieron en una de las cunas más musicales de Brasil. De chicos, con frecuencia se cruzaban por los pasillos con Maria Bethânia, Caetano Veloso o Chico Buarque, algunas de las personalidades que frecuentaban la casa de Gilberto Gil, padre del primero y abuelo de los otros dos. Contra todo pronóstico, hasta intentaron huir de la música, José (33) estudió administración, João (34) diseño y Francisco (30) cine. Pero no hubo forma. En un momento, eso que corre en las venas de la familia Gil habló más alto.

Como respuesta a este impulso, en 2015 formaron Sinara, banda que también estaba conformada por Luthuli Ayodele en las voces y Magno Brito en el bajo, y que apostaba más al reggae y al rock. El grupo llegó a lanzar Sol, un EP con cuatro cortes y el disco Menos é mais (2017).

Lo que empezó como un juego fue volviéndose cada vez más serio y en 2018 decidieron quedarse en familia. Formaron Gilsons, un trío que fue conquistando al público con una mezcla entre lo ancestral —que se encuentra en los sonidos de matriz africana de la música brasileña—, y las influencias contemporáneas de la generación a la cual pertenecen. El nombre es un juego entre el apellido familiar y “son”, hijo en inglés, y fue dado por Preta Gil, cantante, madre de Francisco e hija de Gilberto Gil.

En 2019 grabaron el EP Várias Queixas, y luego con Pra Gente Acordar (2022), su primer álbum, mostraron una paleta sonora amplia en canciones cálidas que combinan la percusión con ritmos electrónicos y guitarra clásica. Hoy acumulan casi cuatro millones de escuchas mensuales en Spotify.

El trío exponente de la nueva generación de la música brasileña llegará por primera vez a Uruguay el 4 de mayo. Tocará en la Sala del Museo y las entradas se consiguen en Redtickets. Desde Río de Janeiro, Francisco, João y José hablaron con Domingo de su herencia musical, ser tildados de “nepo babies”, y de su primera visita a Montevideo.

— Várias Queixas, que da nombre al primer EP, tiene más de 233 millones de reproducciones en Spotify. Fue un verdadero fenómeno y, en realidad, es una canción de 2012, del grupo Olodum. ¿Porque eligieron grabarla y cómo marcó los comienzos del grupo?

—Francisco: En el primer show que armamos como trío habían músicas de mi madre (Preta Gil), de Jorge Ben, de los Novos Baianos, y había una versión de esa música, que tiene una historia fuerte para nosotros, porque siempre la escuchábamos en el carnaval de Salvador. Me acuerdo que un día José me la mostró en YouTube, y era una versión solo de tambores y voz, pero me llegó mucho. Cuando la cantamos en este primer concierto, nuestra productora nos incentivó a grabarla, y cuando se lanzó en Spotify fue un acontecimiento.

—José: Era una música que no tenía ni registro, y eso es una curiosidad. Tuvimos que buscar a los autores para registrarla, lo que fue algo bueno porque hizo que los conociéramos y nos aproximáramos. Hoy tenemos un vínculo personal con ellos.

— La tapa del EP son ustedes tres con instrumentos, cuando aún eran niños. Es bastante simbólica. ¿Hay una historia detrás de ella?

—João: Es uno de estos registros familiares, de infancia, de momentos de ocio en grupo, de juego. Alguien fue muy sagaz de captar el momento y la foto quedó guardada en estos álbumes que de vez en cuando revisitamos.

—Francisco: Yo la encontré, estaba en un baúl de fotos de mi madre, había varias y las digitalizamos. En esa teníamos 7 y 6 años. Y lo lindo es que ella ya representa mucho de lo que hacemos con la música juntos, porque allí estábamos con instrumentos jugando. La música siempre tuvo ese carácter de diversión. José está con la remera de Flamengo, que es una cosa que también nos atraviesa a los tres, el fútbol. Aprendimos a hacer música en serio juntos y esa foto muestra justamente esa esencia.

Foto de Tapa EP "Várias Queixas".
Tapa del EP "Várias Queixas".
Foto: Difusión

— Cuando empezaron este proyecto, o incluso antes, ¿sintieron alguna presión por estar entrando en la música siendo hijo y nietos de Gilberto Gil?

—José: Es difícil. Por un lado, está lo que somos y, por otro, lo que nos atribuyen. Soy su hijo, cuando hago algo, no le muestro con la visión de que es Gilberto Gil, sino con la mirada de que es mi padre. Puedo separar incluso cuando él está hablando como padre y cuando está hablando como Gilberto Gil. Pero hay mucho de esa cosa de las expectativas que tienen en nosotros, de la comparación con hijos de otros artistas. Acabamos siendo un grupo de “nepo babies”, una gran clasificación. Escuchamos con respeto las opiniones que llegan, pero no nos dejamos afectar con eso. Si fuéramos a vivir con esa presión sería insoportable la relación entre padre e hijo, abuelo y nietos.

—João: Somos muy agradecidos a Preta Gil, a mi tío Bem, a mi madre Nara, que son de una generación anterior a la nuestra, y que ya desmitificaron un poco esta historia de legado. Esa presión para nosotros terminó llegando más diluida, ya conseguimos llegar abrazando la música porque queríamos elegirla, no necesariamente por ser un camino natural.

Conseguimos llegar abrazando la música porque queríamos elegirla, no necesariamente por ser un camino natural

Más allá de la herencia musical, que se nota en lo que hacen, ¿cómo pertenecer a esa familia los formó profesional y filosóficamente?

—Francisco: Practicamos un respeto muy grande, de honrar los espacios y la música justamente por la referencia que tenemos. Hay una cosa genial y energética, pero existe por detrás también una relación muy profesional, muy seria, con disciplina y responsabilidad y mucha entrega. Y eso nos formó. Por eso tenemos como característica, toda mi familia, el llegar despacio, caminar muy atentos y con cuidado, ese es nuestro legado.

—João: También hay algo de no deslumbramiento, de entender que la cosa no se hace de la nada. Existe mucho trabajo, sabemos lo que cuesta, no es solo tener una música, o cantar bien y que necesariamente eso se va a convertir en éxito. Hay todo un proceso y siempre tuvimos eso claro.

Practicamos un respeto muy grande, de honrar los espacios y la música justamente por la referencia que tenemos
Gilsons
Gilsons llega por primera vez a Uruguay.
Foto: Difusión

Los tres crecieron juntos y eligieron seguir juntos también en el trabajo. ¿Cómo es esta mezcla de relación familiar y profesional?, ¿cómo fue cambiando la relación de tío y primos para una relación de compañeros de trabajo?

—João: Con terapia.

(Se ríen).

—José: Siento que el desafío más grande es que cuando convivís mucho en el trabajo, hacer encuentros fuera de él se vuelve más difícil. Entonces si pienso en algo difícil de administrar es justamente promover estos momentos que teníamos antes de armar el grupo. Hoy es muy raro que eso pase. El convívio es más burocrático, pero nos divertimos mucho juntos. Dentro de esa burocracia vamos intentando hacer el mantenimiento de la relación y vivir como amigos, y familiares que somos inevitablemente, pero, sobre todo, amigos.

—João: Esta mezcla también es linda. Porque si existe algún nivel de sensibilidad, de fuerza genuina en lo que hacemos, no podemos negar que viene de este lugar. Gilsons es esa suma de lo que nosotros tres somos, de este encuentro, de lo que hacemos juntos, y venimos madurando eso, porque cada vez los desafíos van aumentando y vamos teniendo nuevas cuestiones para lidiar. Estamos activos hasta hoy porque supimos llevar eso de forma amorosa.

—Ustedes reivindican mucho el concepto de “baianidade”, que tiene que ver con el lugar donde nació su familia. Pero, ¿cómo explicarlo?

—João: Creo que la cuestión rítmica es la base. Es casi un calderón sonoro. Nosotros crecimos en esa época donde la música de Bahía y el Axé estaban explotando, entonces acompañamos el surgimiento de Timbalada, o cuando Michael Jackson vino a Brasil a grabar con Olodum, el surgimiento de Ivete (Sangalo), también Daniela Mercuri y aquel show histórico que hizo en San Pablo en los años 90. Vimos todo eso siendo niños. Para mí, la baianidade es todo eso.

—José: Cuando hablamos de baianidade creo que tiene eso propio de la música brasilera como un todo, que está muy vinculada a cuestiones religiosas, porque la percusividad viene de las religiones africanas, que en Brasil encontraron un terreno muy fértil para desarrollarse con el sincretismo; musicalmente derivó a lugares increíbles a niveles de creatividad y de sensibilidad. Creo que en el condimento de la baianidade está esa sensibilidad para la vida, en la espiritualidad y en conexiones reales.

Creo que el condimento de la baianidade está esa sensibilidad para la vida, en la espiritualidad y en conexiones reales

Va a ser la primera vez que tocan acá. ¿Qué expectativas tienen para este encuentro con el público uruguayo?

—José: Aunque estemos tan cerca, demoró mucho darse este encuentro. Estamos muy felices de llevar nuestra música a hermanos tan cercanos.

—João: Estoy superanimado, porque Uruguay para mí fue una gran revelación cuando estuve ahí y conocí el candombe. Fue muy interesante ver a la gente encendiendo hogueras y saliendo con los tambores por las calles, ver que hay una fuerza de matriz africana ahí también. Vi eso y pensé que podría ser perfectamente el interior de Bahía. También conocí la música de Ruben Rada, compré el disco de Tótem, y para mí es una de las cosas más increíbles que ya producimos en las Américas. Es increíble ir y llevar estos elementos importantes en nuestra construcción musical. Va a ser una oportunidad para profundizar un poco más.

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