Aunque divididas por dos monedas, dos banderas, dos lenguas y una línea imaginaria, Rivera y Santana do Livramento son un mismo entramado urbano, social y cultural. Unidas por vínculos históricos, lingüísticos y afectivos, comparten mucho más que una frontera. Allí, donde la vida transcurre en portuñol y los cruces se dan a diario, la cultura encuentra una expresión propia.
Del 6 al 9 de agosto, esa vereda compartida se convertirá en una gran explanada para la palabra y el encuentro. La II Feria Binacional del Libro volverá a ocupar el Parque Internacional con una propuesta ambiciosa: reunir literatura, pensamiento y comunidad en una celebración que refuerza la identidad fronteriza y descentraliza el mapa cultural del Uruguay y del sur de Brasil.
El evento, que forma parte de la novena edición del Festival Binacional de Enogastronomía Frontera, será escenario de 17 lanzamientos de libros, presentaciones artísticas, ferias de editoriales y librerías, talleres, ciclos de cine y charlas con escritores, poetas, historiadores y docentes. La programación (ver recuadro) busca fortalecer un ecosistema cultural que, aunque poco visible en los circuitos centrales, tiene raíces profundas de ambos lados.
“Esta feria representa no solo un evento cultural. Representa un sentimiento. Somos dos países, dos ciudades, pero un mismo pueblo”, dice Sérgio Oliveira, presidente del Sindicato do Comércio Varejista de Livramento (Sindilojas), una de las entidades organizadoras. Sérgio es, además, librero y lleva más de dos décadas trabajando en el rubro en Santana do Livramento. “Una de las cosas que más me emociona a diario en la librería es ser testigo del primer encuentro de los más chicos con el libro físico. Y la feria ofrece eso: el encuentro con la lectura, con otras historias posibles”, manifiesta.
Un esperado regreso
Desde 2023 la feria del libro recuperó el formato binacional que había perdido hacía más de una década. Eduardo Palermo, director del Centro Cultural Artigas de la Intendencia de Rivera, historiador y padrino de la primera edición reciente, recuerda que el último gran evento de estas características ocurrió en el 2012. “Ocupó buena parte del espacio de la Plaza Internacional. Participaron la Prefectura de Livramento, la Intendencia de Rivera e instituciones educativas. Fue realmente un momento muy importante desde el punto de vista cultural. Después, por distintos motivos, la iniciativa se fragmentó y perdió fuerza”, contextualiza.
El giro llegó cuando el Festival Frontera incorporó al libro como protagonista cultural, lo que impulsó la participación de más de 100.000 personas de distintas localidades de ambos países en la edición de 2023. En 2024, el evento no se realizó debido a las inundaciones que afectaron el sur de Brasil.
Este 2025 la apuesta es mayor: el espacio se duplicó, se agregó una sala de cine con películas que abordan temáticas fronterizas y se sumó un área para ponencias académicas, con participación de historiadores, poetas, músicos, antropólogos y especialistas en políticas culturales. “Es un momento en el cual la frontera se transforma en un punto central y atractivo para ambos países. Se vuelve una instancia fermental para todos los que escriben y publican”, resume Palermo.
Para él, la Feria del Libro no solo visibiliza el tejido invisible que une a ambas ciudades, sino que lo pone en valor: “Cuando se logra articular un evento binacional con esta fuerza, lo que estamos haciendo es reconocer una realidad histórica que antecede a cualquier frontera política”.
Ese valor y esta realidad también se reflejan en los contenidos. Muchos de los títulos que se presentarán en esta edición tienen como eje temático productos típicos o relatos situados en el territorio. Además, tanto la Academia Santanense de Letras como la Asociación de Escritores de Rivera tendrán presencia activa en el evento.
María Regina Prado, de 82 años, es titular de la cátedra Nº 14 de la Academia Santanense de Letras y la patrona del lado uruguayo. Riverense, vivió muchos años en Portugal, luego en Londres y Australia, y dice que el tiempo en el extranjero le hizo valorar aún más su tierra natal: “Esta frontera es única, no hay otro lugar en donde se dé lo que se da acá”, afirma, y celebra la descentralización cultural que la feria posibilita: “La cultura necesita circular más allá de Montevideo o Porto Alegre. Esta feria reafirma que en el interior se produce, se piensa y se crea”.
Una visión similar comparte Rodrigo Keller, escritor y fundador de la editorial Gaúcha, que también será parte del encuentro con una propuesta innovadora: una serie de historietas que abordan parlendas —pequeñas poesías de tradición oral—. Las publicaciones nacieron del trabajo conjunto con la Secretaría de Educación Municipal de Santana do Livramento e involucraron a estudiantes de escuelas públicas en un concurso que buscó contribuir al aprendizaje de la lectura en contextos marcados por los efectos rezagados de la pandemia.
El proceso fue tan lúdico como riguroso: primero, cada grupo de alumnos creó sus propios versos con la guía de docentes; luego, las producciones pasaron por una doble selección —escolar y municipal— hasta que 84 parlendas fueron elegidas para integrar los libros. A partir de esos textos, la editorial elaboró las historietas, ilustrando los poemas de los niños con escenas que reflejan sus entornos, barrios y referencias cotidianas.
“Es un proyecto innovador porque los alumnos van a trabajar en clase con materiales que ellos mismos crearon. Van a ver en los libros cosas de su región, lo que tiene un valor enorme de representatividad local”, explica sobre el trabajo que, ahora, con la feria, también podrá darse a conocer en Uruguay.
Sobre la relevancia del evento, considera: “No hay muchos lugares en el mundo que puedan hacer una feria del libro así, en una frontera terrestre. Organizada desde el norte de Uruguay y desde el sur de Brasil, tiene un valor simbólico muy fuerte. Es, definitivamente, un hecho cultural único”.
Celebrar la identidad y la integración
Desde 2014, Frontera, el Festival Binacional de Enogastronomía, se realiza cada año entre Rivera y Santana do Livramento con el objetivo de fortalecer los vínculos entre ambas ciudades a través de una programación conjunta en torno al turismo, la cultura, la educación y la producción local. En su 9° edición se prevén más de 100 actividades con la participación de más de 50 instituciones públicas y privadas de ambos países.
El evento incluye ferias temáticas (de vino, aceite de oliva, miel, carne, agricultura familiar, economía popular, libros y artesanías), espectáculos artísticos, talleres, muestras, actividades educativas, foros de debate y propuestas gastronómicas. Uno de los espacios centrales será el Primer Foro Binacional de Cultura, que reunirá autoridades de Brasil y Uruguay para discutir políticas culturales y oportunidades de cooperación regional. Su objetivo, según la organización, es compartir experiencias, identificar desafíos comunes y avanzar hacia modelos de cooperación adaptados a las particularidades de la frontera. Uno de los ejes centrales será la presentación del Sistema Nacional de Cultura de Brasil, un modelo participativo que articula gobiernos federales, estaduales y municipales junto a la sociedad civil. Este enfoque será puesto en diálogo con otras experiencias, como la del Museo del Hip Hop, el primero de América Latina dedicado a esta cultura. El foro también abordará la necesidad de construir mecanismos binacionales de fomento, desde convocatorias conjuntas hasta protocolos de intercambio artístico. Se debatirá el rol activo de la sociedad civil en la creación de políticas culturales, así como los obstáculos compartidos, como el financiamiento y la preservación de las identidades locales.
La cultura necesita circular más allá de Montevideo o Porto Alegre. Esta feria reafirma que en el interior se produce, se piensa y se crea.
“La frontera que compartimos con Uruguay es un territorio estratégico para pensar nuevas formas de integración cultural y este foro sienta las bases para futuras acciones que incluso podrían servir como modelo dentro del Mercosur”, afirma Cassius Rosa, secretario ejecutivo del Ministerio de Cultura de Brasil, en charla con Domingo.
Cerca de 300 personas trabajan directamente en la producción de este festival y toda la lógica organizativa se caracteriza por el trabajo conjunto entre actores brasileños y uruguayos. Según su curadora, Jussara Dutra, “no hay comisión ni actividad que sea conformada por representantes de solo de un país”, algo que, sostiene, es un gran desafío lograr y contribuye a consolidar una integración real en la planificación y ejecución del evento.
Uno de los objetivos generales es diversificar la matriz turística de la frontera. “Además del turismo de compras, que ya está instalado acá, hay otras posibilidades como el enoturismo, el olivoturismo o el turismo gastronómico y vivencial”, explica Dutra. En ese sentido, desde la organización se plantea posicionar al festival como el principal evento cultural de integración entre Brasil y Uruguay.
“El 9 de agosto tendremos la presencia del ministro de Turismo y la ministra interina de Educación y Cultura de Uruguay. También vendrán representantes del Ministerio de Planificación, del de Integración y Desarrollo Regional, de Cultura y también de Turismo de Brasil”, adelanta Miguela Alvez, representante del Centro Cultural Artigas junto a la organización del evento. Y analiza: “Para un país continental como Brasil, que cuatro ministerios se desplacen a esta región es muy significativo. Nos llena de alegría, y muestra que el futuro del festival está lleno de posibilidades”.
La edición de 2023 convocó a más de 100.000 personas. Este año la organización espera mantener ese nivel de participación con una programación mayormente gratuita. “De las 108 actividades, solo cuatro son aranceladas. El acceso democrático son principios fundamentales para nosotros”, afirma Alvez. Las cuatro actividades pagas serán una cena de quesos y vinos, una degustación a cargo de mujeres asadoras, un concurso de carnes típicas, y el tradicional asado fronterizo, que suele reunir a unas 2.000 personas.
Frontera busca consolidarse como un gesto de encuentro y de cooperación sostenida, pero también como una idea: la de que otro modelo de desarrollo, más centrado en la diversidad de la cultural local, es posible.
Pensarse fronterizos
En una región que ha sido históricamente asociada al contrabando o a la informalidad, la Feria Binacional del Libro propone otra narrativa: la de una frontera fértil, creativa, capaz de generar experiencias culturales compartidas que desafían los estereotipos. La cultura, entendida como un territorio en sí mismo, encuentra en este evento un espacio de disputa simbólica, donde se tensan y resignifican los límites nacionales a través del encuentro, el arte y la palabra.
No hay muchos lugares en el mundo que puedan hacer una feria del libro así. Es, definitivamente, un hecho cultural único.
La feria también viene a cuestionar la lógica centralista que suele regir los circuitos culturales. “Visibiliza el enorme caudal de autores que hay en la región, muchos de los cuales publican con mucho esfuerzo. Es la oportunidad de informar sobre escritores que se encuentran aún en el anonimato por falta de oportunidades”, dice Nair Leites Silveira, miembro de la Asociación de Escritores de Rivera y madrina de esta segunda edición.
Más allá del bullicio de los stands, las presentaciones y los encuentros, lo que parece latir en el fondo es una afirmación colectiva: que la frontera tiene voz propia. “Es un evento en el que se ve a autores brasileños leyendo a Mario Benedetti y a uruguayos buscando a Clarice Lispector. Se habla de Riveramento como si fuera un solo lugar”, dice Walter López, responsable de Catalibros, una librería de Rivera que estará presente en el evento.
Pero en tiempos de pantallas y algoritmos, ¿qué lugar ocupa el libro como objeto? Walter responde sin dudar: “El libro sigue siendo un refugio. No compite con las redes, ofrece otra cosa. Hay un valor que tiene que ver con el ‘aroma del tiempo’, dijera Byung-Chul Han. Acá vemos todos los días gente de todas las edades que se sigue enamorando del libro como experiencia física”.
Para él, esa conexión es también emocional y política: “El libro da sentido, contiene, provoca. No es un simple objeto. Es un productor de experiencias. Y la feria, al ponerlo en el centro, genera un espacio donde esas experiencias pueden compartirse, amplificarse, cruzarse”.
Es así, con cruces que fortalecen aspectos intangibles de la integración, que durante cuatro días la frontera dejará de ser línea para convertirse en trama. En esa explanada compartida, donde las lenguas se entremezclan y los acentos no marcan distancia, el libro será un vehículo de sentido y excusa para el encuentro. Confirmará, quizás, que la cultura no solo habita en los márgenes: también los reivindica, los recorre y los resignifica.
Durante los cuatro días, autores de Uruguay y Brasil compartirán con el público sus más recientes publicaciones, en una muestra literaria que atraviesa géneros. Desde Brasil, Luisa Falceto de Barros presentará O Sacamoco y O verso da mulher que sou, mientras que Marcos Costa llega con Um passo a frente do impossível, y Clarice Chwartzmann con Os gaúchos e o churrasco, uma jornada ao redor do fogo, que explora una de las tradiciones más emblemáticas del sur. También estarán presentes Noris Leal, con su libro Receitas do Museu do Doce de Pelotas; Rodrigo Keller con Parlendas do Pampa, y Rosane Tremea con Cecilia, Antonio e eu, además del periodista Walter Juarez con Braseiros y fogões y Alex Garcia con Garabatos de Frontera. Todos ellos comparten una mirada arraigada en su territorio, con relatos que van desde la infancia hasta la gastronomía, desde la poesía hasta la cultura popular. Del lado uruguayo, también habrá estrenos literarios que reflejan las múltiples voces del país. Santiago Fielitz presentará La Frontera que respiro, a fronteira que respiro, obra bilingüe que encarna la fusión lingüística y cultural. Leonardo Haberkorn compartirá El dulce de leche, una historia uruguaya, mientras que Gabriela Zimmer ofrecerá Uruguay en vinos, y Leticia Canella mostrará dos dimensiones del patrimonio: con Bandoneones del Uruguay y con su participación en la charla sobre la lana como bien cultural. El escritor Javier Ricca lanzará El Mate, y Robert Retamar, Plateros Orientales, sumando nuevas piezas a la narrativa identitaria del país.
La programación completa de lanzamientos y atracciones se puede ver en el sitio oficial del evento o en la página de Instagram @fronteiraenogastronomia.
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