Pintar, limpiar, plantar: la apuesta ciudadana que quiere cambiar Montevideo barrio a barrio

Nuevo colectivo Montevideo más limpia propone una forma distinta de habitar la ciudad: participar, colaborar y hacerse cargo de lo común

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Intervención de Montevideo más linda
I. De los Reyes

La idea empezó como una incomodidad cotidiana. Imanol De los Reyes vive en el Centro de Montevideo y, como tantos otros, se cansó de salir a la calle y encontrarse con basura, veredas rotas, carteles vandalizados y espacios deteriorados. “Es constante. Hay cosas que claramente no están bien cuidadas”, dice. Y pensó: “¿Por qué no hacemos un grupo de voluntariado para sanear todas estas cosas sin esperar a que las autoridades vengan a hacerlo?” Estudiante avanzado de Arquitectura, reconoce que esa sensibilidad está ligada a su formación, pero también a una sensación compartida: la ciudad necesita mejorar.

De los Reyes era seguidor habitual de la cuenta de Instagram Ciudad Gótica, que documenta problemas urbanos en Montevideo. “Hay tanto para mejorar que pensé: ¿por qué no organizarnos como ciudadanos y hacer algo concreto, en vez de esperar siempre a que las autoridades respondan?” Así nació Montevideo más limpia, una iniciativa ciudadana no partidaria que en apenas dos semanas logró convocar a decenas de voluntarios y abrir un canal de diálogo con la Intendencia.

La primera reunión se realizó en una sala del Centro Cultural de España y reunió a unas 28 personas, la mayoría desconocidas entre sí, convocadas a través de redes sociales. “Quise que fuera una reunión concreta, porque el espíritu del grupo es hacer cosas visibles, no quedarse en la charla”, explica a Domingo. Le sorprendió la heterogeneidad: personas jóvenes, un promedio de unos 30 años, con la inquietud común de construir una ciudad más habitable.

La acción inaugural fue casi espontánea. Al salir del encuentro, un pequeño grupo decidió limpiar un cartel publicitario completamente grafiteado. “Probamos con el dedo y la pintura salía. Compramos un producto y en 15 minutos quedó limpio”. El gesto fue simbólico, pero revelador. “Cuando vos participás de la mejora de la ciudad, después la cuidás más. No es solo pagar impuestos: también es involucrarse”.

Hoy el grupo cuenta con más de 250 personas en WhatsApp y más de 1.400 seguidores en Instagram. Ayer realizaron otra jornada de limpieza y embellecimiento en la peatonal Sarandí. Con apoyo institucional en marcha y muchas manos dispuestas a trabajar, Montevideo más limpia busca algo simple y ambicioso a la vez: que la ciudad vuelva a sentirse como un espacio compartido.

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Intervención de Montevideo más linda
I. De los Reyes

Aunque Montevideo más limpia (@montevideomáslinda) recién está dando sus primeros pasos, el grupo ya tiene bastante claro hacia dónde quiere ir.

La iniciativa apunta a intervenir en problemas urbanos pequeños pero persistentes: limpieza de superficies vandalizadas, recuperación de carteles y fachadas, mejora de veredas deterioradas y atención a la vegetación en el espacio público. Acciones simples, de bajo costo, pero con impacto visible en la vida cotidiana.

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Montevideo más linda
I. De los Reyes

Su creador, Imanol De los Reyes, suele mencionar ejemplos tomados de otras ciudades, especialmente del norte de Europa, donde los propios vecinos se organizan para pintar, limpiar o plantar sin esperar una respuesta estatal. “Está bien reclamar si pagás impuestos, pero también está bueno sentirse parte de la ciudad”, resume. La lógica es que cuando el cuidado del espacio público pasa por las manos de quienes lo usan, se genera otro vínculo: se protege más aquello que uno ayudó a mejorar.

En ese espíritu, Montevideo más limpia busca funcionar como una red abierta de ciudadanos dispuestos a involucrarse, sin jerarquías rígidas ni consignas partidarias. No se trata solo de resolver problemas puntuales, sino de instalar una forma distinta de habitar la ciudad, más participativa, colaborativa y atenta a los detalles cotidianos que hacen que un barrio -y una ciudad entera- resulten más habitables, reforzando además la idea de que el espacio público es una responsabilidad compartida.

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