Opinión | A la uruguaya no funciona

Si es letanía lo expulsamos del vivir cotidiano.

Washington Abdala
Washington Abdala
Foto: Archivo

Alguna vez alguien creyó que “a la uruguaya” era una expresión audaz, identitaria y con solvencia literaria. Una imbecilidad como pocas. Y estoy entre los que la repetí convencido durante años. ¡Mire que uno repite pavadas a lo largo de la vida! Es más, “la atamo’ con alambre” (otra exquisitez) va de la mano de ese invento. No sé, supongo que toda comunidad quiere tener sus identidades y las afianza como puede, creyendo que somos originales así. Se ve que nosotros rajamos para el lado más burdo.

“A la uruguaya” dejó de ser una expresión significante de algo para ser lo que es: no solucionamos ahora, siempre hay tiempo, la estiramos, inventamos dilatorias, no me apuren que no es así la cosa, ya va a parar de caer la gotera, no te calentés que alguien lo va a arreglar, no da para tanto, aflojá que no pasa nada, y todo tirando la globa para adelante, “procastinándonos” en términos del presente posmoderno. Un día nos levantamos y el infierno se cierne sobre nosotros. Ese día esa guarangada “a la uruguaya” nos destroza la vida por empantanados y lerdos.

No creo que se pueda sostener más esta máxima. Ofende. Propongo eliminarla del sentido común, borrarla de un plumazo y sentir que los criterios universales de lo correcto y de lo sensato son los pertinentes. Eso de creernos piolas con “a la uruguaya” está bueno para hacerle creer a los porteños que somos el Dalai Lama del Río de la Plata, pero no puede ser un agitador de nada y así no hay mozo de boliche que te traiga un capuchino caliente porque acá nadie reclama nada (porque eso tampoco corresponde con el estilo “a la uruguaya”). Es más, se ofende al que le decís que está frío el café o que lo esperaste 15 minutos. ¡Todavía eso: carajeadores y ofendidos! Una pinturita.

Esto no tiene nada que ver con la “garra charrúa” que esa sí es una expresión de empuje, de ganas, aunque los charrúas no tengo claro si eran así, pero se puede aceptar el tema metafórico. Nadie va a declamar “la garra guaraní”.

Volviendo, pasan cosas serias en el país, y eso de hacerlas a la uruguaya no está dando resultados. Fracasamos. Enganchemos, entonces, sentido común, miremos por donde andan las cosas y copiemos bien. A lo chino, que tan mal no lo hacen. No tiene misterio. O a lo gringo, que montaron un país importante. Gobierne quien gobierne.

A la uruguaya no funciona. Es una trampa para aflojar los tientos. Es el más profundo sentido de la nada hacia la nada, gozando en la nada misma. No, señor, solo si algo es original lo compramos a la uruguaya, si es letanía, lo expulsamos del vivir cotidiano. Asado a la uruguaya vale. Comportamiento político sin compromiso no vale. Dulce de leche a la uruguaya vale. Organización de eventos colectivos no vale, lo hacemos mal. Aprender entonces de los que hacen las cosas bien y aflojar con tanta bananada y prejuicios de quiosco.

Cuando yo era pibe, jugar al fútbol a la uruguaya era bajar a alguno y seguir tan campante como si nada. ¿Estaba bueno eso? No, pero lo aprendimos en el campito y sacando pecho. Es por allí que voy: está lleno de comportamientos desastrosos que escondemos con lo de la uruguaya. Hablamos sin la s. Está mal. ¿O para que la inventaron, ñeri? Lleno de modismos que son una berretada (a la uruguaya). Y reflejan fielmente que nuestro aspiracional es pocón. En fin, hora de revisar que somos y lo que queremos ser. O todo seguirá igual.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar