NOMBRES
El creador de Los Simpson y Futurama sigue pensando en personajes animados mientras hace su vida de padre junto a su esposa argentina.
Su padre se llamaba Homero y su madre Marge. No le iba mal en la escuela, pero odiaba que lo pusieran a escribir repetidamente en el pizarrón “no debo perder el tiempo”, porque se lo pasaba dibujando todo el día. Dos de sus hermanas se llaman Lisa y Maggie. ¿Suena familiar, no?
La historia de Matt Groening (67) es en cierta forma la vida de Los Simpson, su máxima creación. De hecho, hay otros guiños en la famosa serie que tienen que ver con su pasado. De joven fue a la escuela de artes liberales Evergreen, una universidad de hippies en la que no era obligatorio asistir a clase, que comparte el nombre con la calle en la que vive la familia más famosa de la televisión. Para bautizar al hijo mayor de Los Simpson consideró pedante utilizar su propio nombre, por lo que se le ocurrió echar mano a un anagrama de la palabra brat (malcriado). Y así nació el loquillo de Bart, su alter ego.
Matthew Abraham Groening nació el 15 de febrero de 1954 en Portland, Oregon, donde creció como el tercero de una familia con cinco hijos. Su madre, Margaret Ruth Wiggum (fallecida en 2013), fue una maestra de origen noruego, y su padre, Homer Philip Groening (muerto en 1996), trabajó como cineasta, publicista, escritor y dibujante de caricaturas. Sus trazos sobre la tabla de dibujo fueron decisivos para que el pequeño Matt se decidiera a seguir los pasos de su padre, algo poco habitual en un niño rebelde de comienzos de los 60.
También fue marcado por las enseñanzas de su abuelo (de quien recibió su segundo nombre), quien creció en una familia menonita y educó a su hijo Homero con las reglas de ese movimiento cristiano.
Pero Matt Groening vivió su vida con muchas libertades. Y sumándole a eso la pizca del genio creador, la más importante y difícil de la receta, pudo dar a luz algunas de las series animadas más famosas de las últimas décadas, como el caso de Futurama y (Des) encanto. También escribió y dibujó durante 32 años (de 1980 a 2012) la tira cómica Life in Hell (que relataba las aventuras de conejos antropomórficos y amantes homosexuales en Los Ángeles), pero sin dudas su nombre quedará asociado para siempre a Los Simpson.
“Me encanta crear mundos nuevos. Desde niño me fascinaban los mapas de fantasía y los viejos libros de bolsillo de Dell, que precisamente tenían mapas en las contraportadas. Había un póster espeluznante de 1930 que colgaba en una sala en la casa de mis padres; se llamaba ‘La tierra de hacer creer’ y era obra de un artista llamado Jaro Hess. Me asustaba tanto como me encantaba. De hecho, lo conseguí para colgarlo en mi cocina, para asustar a mis hijos. Siempre ha sido una de mis inspiraciones. Para mí, Los Simpson es un universo paralelo. Ciertamente, Futurama es otro, y (Des) encanto uno más”, dijo Matt Groening en una entrevista con Esquire.
Fiebre amarilla
En abril de 2018, Los Simpson se convirtieron en el programa con horario estelar de mayor duración en la historia de la televisión. La familia apareció por primera vez en los cortos de The Tracey Ullman Show el 19 de abril de 1987. Y según la leyenda, Groening dibujó los personajes básicos unos minutos antes de presentárselos a los productores. Eran dibujos muchos más crudos (que se mantuvieron durante los primeros tiempos en los que la tira estuvo al aire) y sin el distintivo color amarillo que desde hace décadas los caracteriza. Groening aportó la idea, que fue pulida, coloreada y llevada a la estratósfera (Los Simpson, no Futurama) por un equipo de productores y creativos que acompañan al dibujante desde sus pininos.
James L. Brooks está a su lado desde el vamos. Y Sam Simon, que se desempeñó como supervisor creativo durante las primeras cuatro temporadas, continúa recibiendo beneficios como productor ejecutivo pese a no trabajar en la tira desde 1993.
La serie de media hora de duración debutó en el canal FOX el 17 de diciembre de 1989 con un especial de Navidad. Y el primer episodio en producirse fue Some Enchanted Evening, aunque no se emitió hasta mayo de 1990. Fue la primera serie en colocarse en el ranking de las 30 más vistas.
Y eso inmediatamente movió el avispero, generando la reacción incluso de presidentes y figuras que se suponía no debían darle demasiada importancia a una producción de dibujos animados. El rebelde Bart Simpson frecuentemente quedaba sin castigo luego de portarse mal, lo que llevó a muchos padres y conservadores a presentarlo como un mal ejemplo para los niños.
El entonces presidente George H. W. Bush llegó a decir: “Queremos lograr que la familia americana sea más como Los Walton (una serie con personajes de carne y hueso que intentaban llevar una vida digna pese a las adversidades) y menos como Los Simpson”.
Varias escuelas públicas incluso prohibieron utilizar material educativo con la imagen de la familia y camisetas de Bart. Y el efecto que lograron fue obvio: se disparó la venta y la demanda de todo lo que tuviera que ver con la serie.

El esposo, el padre
“Detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer”. Una frase manida si las hay, pero que aplica perfecto para Matt Groening. El dibujante se casó en 1986 con Deborah Caplan y se divorció en 1999. Y de ese matrimonio le quedaron dos cosas muy importantes: Caplan lo ayudó a encauzar su carrera (hizo que el empedernido hippie sentara cabeza como empresario e hiciera valer su trabajo), y sus dos primeros hijos: Homer y Abe.
En 2011 y después de mantener una relación de cuatro años, Groening se casó por segunda vez con la artista argentina Agustina Picasso, 23 años menor que él, convirtiéndose en padrastro de su hija Camila Costantini.
En mayo de 2013, Picasso (hoy de 45 años) dio a luz a Nathaniel Philip. Y en 2015, tuvieron a sus hijas Luna Margaret e India Mia. El 16 de junio de 2018, se convirtieron en padres de gemelos por segunda vez, cuando llegaron a este mundo Sol Matthew y Venus Ruth.
“Es un padre de ensueño. Yo no me crie con mi papá. Vengo de una familia rota desde que nací, una infancia que fue el laberinto del terror. Y haber conocido a Matt como pareja fue un grito de felicidad, conocerlo como padre me conmueve todos los días. Él es la razón y el norte de todos estos chicos; él es la paciencia, la palabra serena, el cuidado responsable de cada uno y su sentido sagrado del humor”, dijo Picasso en una entrevista con el diario Perfil.
Groening ha ganado el premio Emmy en 12 oportunidades, 10 a cuenta de Los Simpsons y dos por Futurama. Y todo parece indicar que con ocho hijos puede ser un padre part time, porque no parece querer abandonar su intención de seguir creando “universos paralelos”.
Se cumplen 750 episodios
El año pasado la cadena Fox anunció la renovación de Los Simpson por dos temporadas más, (con lo que llegará a la 35ª), lo que supondría alcanzar los 750 capítulos. Tras el episodio 700, Matt Groening no ocultó su sorpresa por todo lo que ha ocurrido en su vida tras crear a estos personajes. “Es una cifra asombrosa”, sostuvo.
Groening respondió, además, a las críticas de aquellos que consideran que las últimas temporadas no están a la altura y que la serie pudo haber perdido calidad en los últimos tiempos. “Estamos rodeados de programas animados con papás gordos y tontos y sus familias rebeldes. Así que Los Simpson puede que no sea el único grupo chiflado de la casa, pero las historias que contamos estos días son bastante inteligentes y bastante locas”. Dio, además, una recomendación para todos aquellos que se criaron y crecieron siguiendo esta serie de culto y piensan que ya no es para ellos: “Mírenla de nuevo. La sátira y calidad de animación son fantásticas. Estoy orgulloso de los esfuerzos del grupo”, dijo en una entrevista concedida a USA Today. Groening no esquivó la clásica pregunta acerca del rating y esos números que desvelan a la mayoría de quienes forman parte del mundillo televisivo. “Pienso en la intensidad de las reacciones de los fans y cómo hacerlos felices. Si eso nos da mejores números, buenísimo, y sino, bueno, mantengámoslo en secreto”, expresó. Y reveló que su temporada preferida es siempre la que se está preparando, “aunque suene cursi”.