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Lior Raz: Pasó de militar de élite y guardaespaldas a protagonizar una exitosa serie israelí

Fue militar de élite y guardaespaldas de Schwarzenegger hasta que se animó a actuar y creó "Fauda", una de las mejores series israelíes del momento.

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Lior Raz
Lior Raz, protagonista y creador de "Fauda".
Foto: Netflix.

Por Analía Filosi

"Por una novia y las Páginas Amarillas”. Esa fue la respuesta que le dio Lior Raz al periodista Seth Meyers en una entrevista de la NBC cuando este le preguntó cómo se le había ocurrido ser actor. Eran épocas del lanzamiento de Fauda, la serie de Netflix que lo catapultó a la fama a nivel mundial.

Para el actor nacido el 24 de noviembre de 1971 la decisión de dedicarse a la actuación fue tardía. Su historia no es de esas que comienzan con un niño o un joven que desde chico estudió para subirse a las tablas o estar delante de una cámara. Para nada.

Lior nació en la ciudad de Ma’ale Adumim, en un asentamiento judío en Cisjordania. Sus padres, un iraquí y una argelina, formaron parte del éxodo judío de países musulmanes. Cuando tenía 18 años tuvo que hacer el servicio militar obligatorio y se unió voluntariamente a las fuerzas especiales Sayeret Duvdevan, donde se formó como soldado de combate y participó de operaciones vinculadas a la lucha contra el terrorismo palestino en Judea y Samaria.

Ya por ese entonces estaba de novio con Iris Azulay, una relación que había comenzado cuando ambos estaban en Secundaria. Todo marchaba viento en popa hasta que llegó el año 1990, ese primer mojón que Lior menciona a la hora de explicar su profesión. ¿Qué ocurrió? Cuando los dos tenían 19 años, Iris fue asesinada a cuchilladas en un atentado terrorista en Jerusalén. El autor fue un palestino llegado de Belén.

Lejos de lo que caracteriza a los personajes de Lior, que suelen ser hombres de pocas pulgas, propensos a la violencia o a la venganza cuando le tocan a sus seres queridos, el actor asumió el hecho con otra filosofía.

“Supongamos que Iris murió en un accidente en la carretera y no en un ataque terrorista, ¿mataría a los conductores ahora? Ese fue el mecanismo que probablemente mantuvo mi ética en mi servicio militar en los territorios palestinos”, diría años después sobre su forma de reaccionar.

Una postura nada menor teniendo en cuenta que su entrenamiento militar fue extremo, algo que se puede percibir en los movimientos de su personaje en Fauda.

Pero volvamos a ese joven recién salido del servicio militar y con la mochila de una pérdida personal tan dolorosa. Esas circunstancias hicieron que quisiera alejarse de los territorios en guerra lo antes posible y lo primero que se le ocurrió fue probar suerte en los Estados Unidos.

Con la experiencia de haber sido formado en un comando de élite le resultó sencillo encontrar trabajo en una empresa de seguridad. Así fue cómo se transformó en guardaespaldas de Arnold Schwarzenegger y su esposa Maria Schriver; también llegó a serlo de la actriz Nastasya Kinski.

Fue la puerta de entrada al mundo de Hollywood, a los sets de cine, al vínculo con actores y actrices. Pero todavía no lo veía cómo algo a lo que él pudiera dedicarse.

Si bien en Estados Unidos ganaba bien, extrañaba mucho Israel, así que resolvió pegar la vuelta.

Poco antes de cumplir 24 años llegó a Tel Aviv donde rápidamente, gracias a su formación militar, consiguió trabajo en una empresa tecnológica proveedora de las fuerzas armadas. Fue en ese momento que aparecieron las Páginas Amarillas.

El otro mojón

Una noche, al salir del trabajo, se encontró con Katya, la chica con la que estaba empezando una relación. Ese día ella le preguntó: “¿Por qué te ves tan triste cuando volvés de trabajar?” Lior negó sentirse triste, pero ella insistió: “Se ve en tus ojos que estás triste en tu trabajo. ¿Qué harías si te doy un millón de dólares?”

A lo que el joven respondió: “Por supuesto que sería actor porque no necesitaría ganar dinero para vivir”.

El intercambio finalizó en el departamento de Katya, con ella abriendo las Páginas Amarillas y mostrándole a su amigo un aviso de la escuela de interpretación Nissan Nativ. “Esta es la mejor escuela de actuación de Israel. Vamos a llamarlos”, le dijo.

La relación amorosa no prosperó, sí lo hizo la carrera actoral de Lior, aunque no fue un camino sencillo. Comenzó a trabajar en pequeños papeles en el 2000, cuando tenía 29 años. Fue por el lado del teatro, en obras como Don Juan, Macbeth y The Teenagers. A eso le sumó pequeñas intervenciones en series de televisión israelíes.

Poco a poco le empezó a picar el bichito de crear su propia serie y así poder definir la trama. Eso sería la semilla de Fauda, un sueño que desde el inicio supo que no podía hacer realidad solo, así que se asoció con el periodista del diario Haaretz, Aví Issacharoff, que conocía muy bien el mundo árabe, que es en el que se infiltra el escuadrón protagonista de la serie (ver recuadro).

Los socios debieron enfrentar primero una serie de rechazos de diversas cadenas de televisión, hasta que dieron con la plataforma Yes, que estrenó la ficción en 2016 en Israel. La repercusión fue tal que un año después The New York Times la eligió como la Mejor Serie Internacional del Año. Eso llamó la atención de Netflix, que la compró y así llegó la fama a nivel mundial, incluso -y sorpresivamente- en el mundo árabe.

“Es muy emocionante y estamos contentos de haber llegado al público árabe con el que generalmente no tenemos contacto”, declaró por ese entonces Lior.

Cuando Fauda estaba filmando su cuarta temporada -estrenada en enero de este año en Netflix-, el actor lanzó Hit & Run, una nueva serie que protagonizó y produjo también con Issacharoff sobre un guía turístico de Tel Aviv cuya vida cambia cuando su mujer muere atropellada por un auto que se da a la fuga. Rodada en Israel antes y después de la pandemia, si bien logró ubicarse entre lo más visto a poco de su debut, finalmente Netflix resolvió cancelarla por los altos costos que insumía realizarla.

Eso no desalentó a Lior, que hoy en día tiene en carpeta unos 15 proyectos, entre los que se encuentra una prevista quinta temporada de Fauda y el estreno de la película El asedio de Belén.

Hoy vive en Ramat HaSharon, una zona del norte de Tel Aviv, junto a su esposa Meital Barda y los cuatro hijos que tuvo con ella.

Si bien es un actor identificado con personajes que se mueven fundamentalmente en tramas terroristas, la realidad lo muestra siempre como un hombre preocupado por combatir la violencia y promover la paz en un rincón del planeta en el que sabe que eso sigue siendo un sueño muy difícil de poder concretar.

Fauda
Fauda.jpg
"Fauda", serie israelí.
Foto: Netflix.

La serie que ha dado una sorpresa tras otra

“Cuando empezamos a escribir pensábamos que Fauda sería algo marginal, con poca audiencia, pero nos sorprendimos y aún estamos sorprendidos”, confesaba Lior Raz al diario El Mundo sobre la serie que le dio reconocimiento mundial y de la que fue su creador.

Fauda, que significa “caos” en árabe, cuenta la historia de la unidad antiterrorista Mistaarabim cuyos integrantes se hacen pasar por palestinos para cumplir distintas misiones.

Hablada en árabe y en hebreo, la trama toma algunos hechos de la propia vida de su protagonista, que también integró fuerzas especiales israelíes. Además, recoge algunas tragedias de su vida personal, como la muerte de su novia en un atentado.

“En la serie hubo muchas cosas relacionadas con ella como la cadena que llevaba, nuestras conversaciones o la reacción tras su asesinato. Fue uno de los momentos más oscuros y sensibles en el proceso de la elaboración del guión. Lo más increíble es que tras afrontarlo, vivís mejor con vos mismo”, contó Lior.

Otro ejemplo es el nombre de su personaje, Doron, un homenaje a un oficial de Duvdevan muerto en un enfrentamiento.

En sus cuatro temporadas Fauda lleva ganados 14 premios y ocho nominaciones, entre ellos el de Mejor Drama, Actor y Guion de la TV israelí. The New York Times, por ejemplo, la votó como la Mejor Serie Internacional de 2017.

Con toda esta repercusión, a Lior de todas formas durante el primer año le costaba creer lo que estaba viviendo. Una anécdota que él cuenta lo demuestra. Después del estreno mundial de la primera temporada tuvo que viajar a los Estados Unidos. Cuando estaba en la cola de Migraciones notó que quienes lo debían atender empezaron a mirarlo con insistencia. “Vení ahora mismo para acá”, le dijo la agente de Migraciones. Lo primero que se le pasó por la cabeza es que había problemas para que pudiera ingresar al país. Pero luego de mirarlo fijo por un momento que a él le resultó eterno, la mujer le preguntó: “¿Y para cuándo la segunda temporada de Fauda?” “¿Estás viendo Fauda?”, le contestó con sorpresa. “Acá todos la estamos viendo”, respondió y de inmediato se dio vuelta y les gritó a sus compañeros: “¡Miren quién está acá! ¡Dorón está acá!”

Otra anécdota tiene que ver con las diferencias entre las formas de trabajar de israelíes y estadounidenses y la contó el socio de Lior, Avi Issacharoff. “En Israel, cuando hay diferencias de opinión, la gente se grita. En el extranjero, si algo es aburrido, la gente dirá ‘esto es interesante’”, dijo al explicar que si dos israelíes se están gritando no es porque vayan a terminar a los golpes, lo más probable es que cuando cierren el tema se den un abrazo.

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