La travesía de dos brasileños nómades que sueña con llegar a la Antártida en su combi

Nathalia y Vitor se casaron hace un año decididos a vivir viajando.

HISTORIAS

Vitor Souza y Nathalia Vargas son pareja y viajan por América en combi desde hace dos años mientras producen videos para empresas. Van hacia donde los guían sus ganas, siempre y cuando surja trabajo.

El turismo unió los caminos de los brasileños Vitor Souza (30) y Nathalia Vargas (26) cinco años atrás y no se separaron más. Todo empezó con una escapada de ella a Socorro -una pequeña ciudad de 40.000 habitantes ubicada a 250 kilómetros de San Pablo capital- donde él hacía changas como guía turístico. Cupido hizo su trabajo y a ese paseo sin mayor expectativa le siguieron excursiones con rumbo incierto cada fin de semana.

El afán por descubrir nuevos destinos potenció la relación de estos brasileños y los hizo enamorarse en un abrir y cerrar de ojos. El espíritu nómade y curioso los animó a dejar el confort y seguridad atrás, y cambiar estabilidad por aventura. La pareja se despidió de las ocho horas y el trabajo formal en Brasil y se la jugaron a emprender como realizadores audiovisuales.

Invirtieron US$ 8.000 para poner a punto la combi de Vitor con el objetivo de transformarla en su hogar y medio de transporte para conocer el mundo y conectar con nuevas culturas. Y así, el 24 de abril de 2021, pasaron por el registro civil decididos a hacer de viajar y trabajar de lo que los apasiona -producir videos para músicos y empresas- su única prioridad.

Llegaron a Uruguay el 12 de julio en busca de asumir retos superiores. El primer año y monedas lo habían dedicado a andar por su país, y aunque tenían propuestas interesantes, prefirieron arriesgar un poco para ampliar su sueño.

“Teníamos buenos clientes en Brasil pero queríamos asumir un desafío nuevo y trabajar en otro país. Estábamos en Porto Alegre y dijimos, ‘Uruguay es muy cerquita’. Decidimos venir para conocer Uruguay y Argentina. Hicimos un primer trabajo en Punta del Diablo para un alojamiento de cabañas. Y otros tres videos en Punta del Este, dos para un bar y uno para una hamburguesería”, cuenta Nathalia Vargas a Revista Domingo.

Se mueven con rumbo incierto: van hacia donde los guían las ganas, siempre y cuando haya uno o más videos para rodar. “Elegimos los destinos en función de los lugares que nos interesa conocer y donde surja trabajo”. Por eso, hay ciudades donde han pernoctado un día, otras semanas, uno o cuatro meses.

Por estos días cruzaron el charco y andan por Buenos Aires. La meta inicial de llegar a Alaska es historia vieja y ahora procuran un trueque con un velero o excursión que los arrime a la Antártida. El plan es armar un material audiovisual de calidad que muestre la experiencia y logre aumentar las ventas del negocio en redes sociales, a cambio de que los lleven hasta allí, ya que según estimó la pareja, el valor del viaje asciende los U$S 10.000 y están lejos de contar con ese monto.

Calentar motores

Vitor en modo trabajo: produciendo videos o captando algún cliente.
Vitor en modo trabajo: produciendo videos o captando algún cliente.

La pandemia retrasó los planes iniciales de ambos y también disminuyó sus ingresos -como le sucedió a muchos en ese contexto- aunque les dio más tiempo para dejar como nueva lacombi. Vitor puso a prueba sus habilidades manuales y aprobó con buena nota. Aprendió a soldar, pintar y se las ingenió con la carpintería, y en dos años hizo del vehículo una digna casa rodante con cama, pileta para lavar la losa, cocina, fogón y una ducha afuera con agua helada.

En ese interín, Nathalia seguía viviendo a dos horas de Socorro y se trasladaba cada fin de semana para ayudar a Vitor, ya que de lunes a viernes trabajaba en una empresa de contabilidad y también daba clases de matemática, inglés y ruso.

Vitor tenía un estudio de música propio y se ganaba la vida como productor, y fue en esas idas cada vez más frecuentes a visitar a su novio que ella empezó a tomarse en serio la fotografía y la realización de vídeos, y a pensar en hacer de ese entretenido hobby su profesión.

No gastaron sus ahorros para acondicionar la combi, sino que juntaron el dinero gracias a los proyectos audiovisuales hechos para bandas musicales en distintos puntos de Brasil: “Todo lo conseguimos trabajando, tanto que muchas cosas las compramos al final porque conseguimos más plata, como el aire acondicionado, que habíamos desistido de la idea pero cobramos un dinero y lo pudimos colocar. Estamos todo el tiempo mejorando la combi”, cuenta Nathalia

Esos viajes fugaces por trabajo también tuvieron que ver para que se fueran acostumbrando a andar más ligeros de equipaje y en modo nómade.

Los primeros dos años -del 2019 al 2021- hacían los trayectos en moto a ciudades cercanas cuando surgía un trabajo, y eso los fogueó mental y logísticamente para el cambio de vida: “Vendí los equipamientos del estudio y compré todos artefactos pequeños para que entraran en una mochila: drones, audio, cámara, lentes, notebook”, apunta Vitor. Y ella agrega: “Ya estábamos un poco acostumbrados a estar más despojados”.

Match

Nathalia es responsable de la edición de fotos, música y vídeo, y Vitor de la cámara, el dron y la esencial tarea de captar clientes. Para ello, sigue una rutina. Un par de semanas antes de llegar a cada destino, viaja hacia allí a través de Google Maps. Ubica potenciales clientes (hoteles, posadas o restaurantes), y les envía un sutil ‘hola’ vía Whatsapp o mensaje de Instagram (desde la cuenta de @caixarolante, su emprendimiento). “Con el tiempo percibí que si no responden al saludo es porque no están abiertos, y así me evito perder el tiempo”, explica.

Si hay buen feedback, procede a contarles quiénes son, qué hacen, cuál es la propuesta, y envía ejemplos de proyectos anteriores para que puedan visualizar y comprender de qué se trata.

El mensaje que manda es algo más o menos así: “Hace dos años que vivimos viajando y produciendo videos para empresas. Nos especializamos en turismo, gastronomía y hoteles. En los próximos meses estaremos visitando la región donde trabaja y sería un placer armar algo con usted para mostrar la experiencia que ofrece el lugar. Es material buenísimo para patrocinar en Instagram y alcanzar nuevos seguidores”.

Si al cliente le gusta e interesa, le comparten el presupuesto. Y si hay match, coordinan un día para el rodaje.

Goles

Vitor y Nathalia en los clásicos dedos de Punta del Este, donde estuvieron semanas atrás.
Vitor y Nathalia en los clásicos dedos de Punta del Este, donde estuvieron semanas atrás.

Al principio solo trabajaban con bandas musicales, pero les llevó poco tiempo advertir que conseguir clientes en un único rubro era una pésima y poco rentable idea, así que optaron por diversificar el negocio. “Íbamos seis meses de viaje y no teníamos más dinero. Nos era difícil conseguir trabajo. Los músicos nos decían, ‘queremos grabar de acá a tres meses’, sin embargo, vimos que los bares y restaurantes querían los videos para hoy”, cuenta Nathalia.

De ahí en adelante, han sido contratados por empresas variopintas: agro y permacultura, exportadores de café, productos naturales de belleza, kombucha, etc.

Producir videos para hoteles y posadas es un negocio redondo para ellos: se dieron maña para idear una propuesta interesante donde cuentan en primera persona cómo es la experiencia en el lugar y, muchas veces, resuelven así el dilema de la estadía en las ciudades. “Tenemos un producto llamado ‘video de experiencias’ donde mostramos cómo es estar hospedado en ese hotel o posada, entonces precisamos quedarnos a dormir ahí para grabarlo”, apunta ella.

El algoritmo de Instagram les ha regalado satisfacciones. Han llegado a descubrir productos y servicios a partir de anuncios que saltan en la red social y aprovechan para jugar la carta a su favor.

“Usamos mucho la publicidad que nos muestra Instagram a nuestro favor, entonces hacemos el contacto y les enviamos la propuesta”, explica Nathalia.

¿Qué sigue? Tienen una hoja de ruta trazada a corto plazo: llegar a la Patagonia argentina, volver por la chilena, entrar a Santiago y conocer la Cordillera de los Andes. “Al principio queríamos llegar a Alaska pero ahora solo nos motiva conocer e intercambiar con diferentes culturas, y vivir desafíos”, coinciden. Aunque siempre con la Antártida en la mira.

Destinos que inspiran e iluminan

El viaje formal inició el 1° de junio de 2021 y el primer destino fue Porto Feliz, municipio dentro de San Pablo, con el fin de grabar para la banda Leões da Gruta. Luego, fue el turno de conocer Ilha Comprida, una isla de 50 km ubicada al sur de San Pablo habitada por apenas 800 personas. Allí pasaron cuatro meses en el peor momento de la pandemia. Se alojaron en un espacio cultural que se transformó en posada durante la emergencia sanitaria. “Es un lugar mágico y ancestral porque hay sitios arqueológicos encantadores. De mañana hacíamos caminatas por la playa y veíamos delfines”, relata Nathalia. La experiencia en esa isla fue un verdadero punto de inflexión, ya que los encontró por primera vez lejos de sus afectos durante un largo tiempo, y además, con la presión de tener que generar ingresos para continuar la travesía. Fue en Ilha Comprida que se iluminaron: “Nos dimos cuenta de que no daba para trabajar solo con la música porque no estábamos consiguiendo clientes”, reconocen. Y aunque les resulta imposible elegir un destino favorito, la belleza natural de Cabo Polonio los dejó perplejos.

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