Kirsten Dunst, ¿en el olvido?

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Kirsten Dunst
VENICE, ITALY - SEPTEMBER 04: Kirsten Dunst from 'Woodshock' movie walks the red carpet ahead of the 'Three Billboards Outside Ebbing, Missouri' screening during the 74th Venice Film Festival at Sala Grande on September 4, 2017 in Venice, Italy. (Photo by Ian Gavan/Getty Images)
Ian Gavan/Getty Images

NOMBRES

Tiene su estrella en el Paseo de la fama. Es musa de una directora como Sofía Coppola y tiene una larga trayectoria. Pero siente que “no es nadie”.

Una hilera de caballos castaños desfila frente a Versalles tirando de un carruaje pequeño. Detrás, un cuarteto de tordos esbeltos llevan un carro tan elegante como ellos. Detrás, otro par de castaños y otro carruaje menor, y otro par y otro carruaje. Una vez en palacio, entre las campanas de fondo, el resoplo de los equinos y el canto de los pájaros, las miradas silenciosas de mujeres y hombres aguardan algo importante. Desciende María Antonieta princesa de Austria.

María Antonieta o en realidad Kirsten Dunst en esa piel, camina al ritmo del silencio que la espera, y sonríe. Unos la miran admirados y le entregan flores. Otros la observan con tensión y recelo. La sonrisa de la princesa se tuerce y la caminata parece eterna. Entonces viene el interior del palacio y toda la historia conocida, en la versión que decidió contar Sofía Coppola.

La estrella de Hollywood

Es jueves y se termina agosto de 2019. Kirsten Dunst está de pie frente a un atril en plena Hollywood Boulevard. Mira entre muecas y lágrimas a quienes pasan por el micrófono dedicándole palabras especiales porque ese día ella recibirá su estrella en el Paseo de la fama.

“Conocí a Kirsten en Toronto, ella tenía 16 y yo 29. Estaba comenzando mi primera película, Las vírgenes suicidas. Congeniamos de inmediato. Su humor, inteligencia y profundidad trajo tanto que entendí lo que un gran actor podía darle a mi trabajo. Con Kirsten en mi cabeza sentí que podía intentar una película sobre María Antonieta, porque sabía que ella podría hacer realidad lo que yo había imaginado, con gracia y humanidad. Estoy muy feliz de estar aquí hoy por mi más confiable colaboradora y hermana pequeña que deja destellos en todo lo que hace”, dice Sofía Coppola. Para la actriz, María Antonieta fue un gesto claro de que una directora como Coppola la elegía una vez más para ser vena arterial en una de sus películas. Antes, 1999, estuvo en Las vírgenes suicidas, donde interpretaba a la hermana mayor Lux. Después, 2017, fue una de las protagonistas de El seductor. E hizo un cameo en Adoro la fama (2013).

Kirsten, estadounidense con ascendencia alemana y sueca, llegó a ser reina de Francia. En esa película hubo el retrato de frivolidad y altanería pintado en vestidos abollonados, tonos pastel, lujos, peinados acartonados, apuestas, juegos y bebidas. Hubo también desamor, soledades, miedos, desencantos. Emociones translucidas en los gestos de la actriz y en la dirección inteligente de Coppola. Hubo revolución y guillotina a la vez que delicadeza cortesana. Asimismo, aunque orgullosa de ese papel, siempre sintió que la película no fue lo suficientemente reconocida en el momento, y que solo con el tiempo encantó a todo el mundo.

Kirsten Dunst
Kirsten Dunst como María Antonieta

Cuando el estreno de María Antonieta era 2006 y Kirsten vivía una carrera agitada, vistosa, con altos y bajos, papeles de los memorables y de los banales, comedias frescas y risueñas, romances, superhéroes, dramas y personajes inquietantes. Un rostro que estuvo siempre en todos lados, pero que a la vez parece ausente y se pierde en el conjunto de actrices estelares. “Simplemente pienso, ¿qué hice? Tal vez no lo suficiente para este juego", se preguntaba en una entrevista radial de hace tres meses en su país, en la misma que afirmó un “no valgo nada”.

Así, al parecer, se ha visto siempre, o casi siempre, la actriz que todos conocen pero pocos recuerdan. El encabezado de la agencia Reuters cuando anunció su estrella en el paseo de la fama no ayudó mucho a esa percepción: “Kirsten Dunst, más conocida por su papel de novia de Spiderman, recibe una estrella en el paseo de la fama de Hollywood”. La agencia luego debió borrar el comentario. Porque sí, aun teniendo en su curriculum el crédito de 83 actuaciones (según el sitio IMDB) entre largos, cortos y voces para películas animadas, papeles en películas de grandes directores (de masa y de culto), Kirsten siente que los medios y la industria la reconocen más por ser “la chica” en las tres películas de El hombre araña de Sam Raimi o la líder de porristas en Triunfos robados.

Kirsten Dunst
En Triunfos robados

Hubo más: la sátira a los concursos de belleza, por ejemplo, en Drop Dead Gorgeous, una película de 1999 que Kirsten siente que se valora recién ahora. O La sonrisa de la Mona Lisa (2003). O Melancolía (2011), película de Lars von Trier por la que recibió unos cuantos reconocimientos de la crítica. Ahora, en 2019, tiene su protagónico en Llegar a ser dios en Florida, una serie que produce junto a George Clooney.

Actriz desde pequeña

“Yo no he venido a este mundo para agradar a Tom Cruise”, dice Kirsten. Tiene 11 años, los ojos y la sonrisa que la acompañarán desde siempre, y la seguridad de que la vida es más que caer bien. Está promocionando su primer papel importante, el de Claudia en Entrevista con el vampiro y compartió muchas horas de rodaje con Brad Pitt y Tom Cruise.

Kirsten Dunst
Kirsten Dunst hizo de Claudia en Entrevista con el vampiro

Ir hacia atrás en su carrera es llegar, por ejemplo, a sus 8 años y el debut en la pantalla grande dirigida por Woody Allen. En aquel momento a Kirsten le tocó un pequeño papel en el cortometraje Oedipus Wreck, parte del largo Historias de Nueva York. Más atrás todavía están sus actuaciones en publicidad (desde los 3 años) y contratos de modelaje bastante importantes. Después del corto y de ser Claudia, vendrían Mujercitas (1994) y Jumanji (1995).

A la vez que la pantalla empezaba a aparecer, Kirsten vivía una infancia agitada. Había nacido en Nueva Jersey y veía cómo sus padres se separaban y su madre la llevaba a vivir a California. Aunque en algún momento se sintió presionada para actuar, hizo las paces con la vida que le tocó. Fue su familia y su círculo de amigos más cercanos el que estuvo siempre, incluso cuando su problema de alcoholismo, un capítulo del que pocas veces a dado bocado a la prensa. Como en casi todo, intenta que su vida personal sea suya, y de los que quiere.

Kirsten, 37 años, está de pie sobre el atril en Hollywood Boulevard. Se golpea el pecho para contener el llanto y habla. Recuerda la niñez que la llevó a California y las veces que pensaba que las estrellas en el Paseo de la fama eran para leyendas. Agradece a Sofía, a su esposo, a su madre, a su padre y a su hermano: “Ustedes han apoyado mi sueño de convertirme en actriz desde que era una niña pequeña y nos mudamos a Los Ángeles y ahora, miren, lo hicimos chicos”.

Su esposo

La historia con Jesse Plemons

A Jesse Plemons lo conoció como colega en la serie Fargo. Allí, él interpreta a Ed Blomquist en la segunda temporada, y Kirsten a Peggy Blumquist, marido y mujer en la segunda temporada. Cumpliendo con la típica frase de “la realidad supera a la ficción”, se enamoraron, mantuvieron su romance mucho tiempo en secreto, se casaron en 2016 y en 2018 fueron padres.

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