De revelación a protagonista de cine de autor: Jacob Elordi, su camino y su búsqueda, potenciada por "Frankenstein"

Tras su trabajo con Guillermo del Toro en "Frankenstein", el actor protagoniza una nueva versión de "Cumbre borrascosas". Su apuesta por personajes intensos consolida una búsqueda artística cada vez más profunda.

Jacob Elordi
El actor australiano Jacob Elordi.
Foto: Difusión

Jacob Elordi tenía 12 años cuando, según contó a GQ UK en 2022, se volvió “obsesionado con la actuación”. Ese impulso temprano no era una distracción sino el inicio de una búsqueda, una señal de que allí había un lenguaje que lo elegía tanto como él lo había elegido. La segunda chispa llegó en un lugar inesperado, su colegio católico. En una conversación con The News International, en 2024, recordó que estudiar Esperando a Godot fue un punto de quiebre. “Actuar, la interpretación y las historias se convirtieron en mi iglesia”, dijo. En un entorno rígido, donde la sensibilidad podía leerse como una rareza, el teatro apareció como refugio. Ahí empezó a entender que interpretar no era solo un oficio, sino una manera de habitar el mundo.

Además de su interés por el teatro, Elordi creció atravesado por la expectativa de su físico. Con 2,03 metros de altura, siempre fue visto como un candidato natural para el deporte, y durante su adolescencia jugó al rugby en la secundaria. En una entrevista con GQ, contó que esa dualidad —entre el rugby, asociado a la dureza, y el teatro, vinculado a la sensibilidad— marcó sus primeros años. Ese contraste lo obligó a navegar dos mundos que parecían opuestos, pero que terminaron dándole una presencia física y emocional que hoy se reconoce en pantalla.

Su primera experiencia en un set profesional fue como extra en Piratas del Caribe: La venganza de Salazar (2017). Aunque mínima, la jornada le confirmó que quería vivir ahí, en la mezcla de caos y creación que solo ocurre en un rodaje. Pero la visibilidad real llegó un año después con El stand de los besos (2018), la comedia romántica de Netflix que lo convirtió en un fenómeno global. La fama fue tan súbita como incómoda. “No sabía qué estaba haciendo. No era muy bueno. Estaba aprendiendo todo en público”, aseguró a Men’s Health. Ese estallido lo puso en el mapa, pero también lo enfrentó a un problema. Y es que el molde de galán adolescente no lo representaba.

Elordi buscó entonces personajes que lo obligaran a profundizar y lo alejaran de la imagen edulcorada que Hollywood le ofrecía. El quiebre llegó con Euphoria (2019), donde interpretó a Nate Jacobs, uno de los personajes más oscuros y emocionalmente complejos de la serie. La construcción del rol fue intensa y meticulosa. En la entrevista con Men’s Health, explicó que pasaba horas repasando escenas, grabándose, estudiando gestos para encontrar la fisura emocional del personaje. Su interpretación fue celebrada por la crítica y señaló su capacidad para encarnar personajes incómodos sin caer en la exageración.

En 2023, también sorprendió con su papel de Felix Catton en Saltburn, de Emerald Fennell, una sátira oscura que disecciona el deseo, el privilegio y la obsesión. Felix —rico, encantador, aparentemente inalcanzable— funciona como el eje magnético de la historia, y Elordi lo interpreta con una ligereza inquietante, como alguien que deslumbra sin darse cuenta y cuyo encanto es, a la vez, una condena. Aunque el personaje no es protagonista absoluto, su presencia sostiene gran parte del tono del film. La crítica destacó su habilidad para construir un rol que parece etéreo y superficial, pero que es, en realidad, el motor emocional que empuja al resto de los personajes hacia zonas incómodas. Fue una actuación celebrada, que confirmó su talento para encarnar figuras magnéticas.

Ese camino hacia roles más exigentes se consolidó con Priscilla (2023), dirigida por Sofia Coppola. Allí interpretó a Elvis Presley desde una perspectiva menos mítica y más humana. En diálogo con Esquire, admitió: “Nunca fui un tipo de Elvis, pero quería acercarme a él desde la vulnerabilidad”. Su trabajo sorprendió por la forma en que desmontó la figura icónica sin perder su alma.

Ahora, el papel que podría marcar un antes y un después en su carrera es el de la Criatura en la nueva versión de Frankenstein, dirigida por Guillermo del Toro y estrenada el 7 de noviembre en Netflix. Elordi se sometió a un proceso de transformación físico y emocional intenso, con largas sesiones de maquillaje y un trabajo corporal minucioso. En una entrevista reciente con Variety contó que “había tantas capas en el traje que no podía moverme con libertad. Todo tenía que ser consciente”. Por eso, trabajó con un coach de movimiento para encontrar una gestualidad torpe, contenida, donde cada desplazamiento cargara un mundo interior (ver abajo). Pero la clave vino del propio Del Toro. Según relató Elordi a AOL Entertainment, el director le dio una indicación que definió el tono del personaje: “No actués al monstruo. Actuá a alguien que desea ser amado y no puede”. Esa frase, dijo el actor de 28 años, fue el ancla emocional de su interpretación.

Jacob Elordi en "Frankestein"
Jacob Elordi en "Frankestein".
Foto: Difusión

Allí Elordi encarna un personaje más trágico que aterrador y más humano que fantástico. Y eso encaja con la dirección que ha tomado su carrera, con papeles en los que la fragilidad es motor, donde el cuerpo imponente se vuelve vehículo de una sensibilidad más expuesta.

Presente prolífico

Después de actuar en Frankenstein, Elordi cambiará de tono, pero no de intensidad. Protagonizará una nueva adaptación de Cumbres Borrascosas, donde actúa junto a Margot Robbie. En la película, dirigida por la británica Frances O’Connor, encarnará a Heathcliff, uno de los personajes más turbulentos de la literatura inglesa. La cinta, que se estrenará en febrero de 2026, promete una lectura contemporánea del clásico, con foco en la violencia emocional, la pasión destructiva y las dinámicas de poder que atraviesan la historia. Para el joven actor, el desafío fue dar vida a un personaje mítico —y muchas veces idealizado— sin caer en clichés, y explorar la oscuridad interna desde un realismo emocional que marque distancia con las versiones anteriores. Si algo anticipa el trailer, lanzado recientemente, es que llevará el papel a un terreno crudo, continuando su línea de elegir personajes que lo obligan a ir al borde.

Las elecciones recientes de Elordi —alejadas del lugar común— sugieren que quiere construir una filmografía que crezca desde la incomodidad. Busca personajes que lo desacomoden, que lo lleven al límite físico y emocional. Es en estos bordes donde parece encontrar su mejor versión.

Una transformación impresionante

Entre 10 y 11 horas, ese era el tiempo que llevaba cada día transformar a Jacob Elordi en la Criatura de Frankenstein: una lección de anatomía. Su cuerpo quedaba cubierto por 42 piezas protésicas, incluidas 14 solo para la cabeza y el cuello, en un proceso tan minucioso como extremo. Pero la metamorfosis no fue solo física. Para construir un personaje con cuerpo y alma, Elordi se alejó de las referencias clásicas y entrenó butoh, la danza japonesa que trabaja con el dolor, la rigidez y la muerte como lenguaje corporal. También estudió canto de garganta mongol y tibetano para lograr una voz que no pareciera humana, pero que transmitiera emoción. “Quería que hablara como si su garganta nunca hubiera sido usada para comunicarse”, dijo Guillermo del Toro en entrevista a Rolling Stone. El resultado es una criatura con una presencia ritual, que se mueve y suena como algo distinto a versiones anteriores del clásico de Mary Shelley.

Guillermo del Toro y Jacob Elordi
Guillermo del Toro y Jacob Elordi en las grabaciones de "Frankestein".
Foto: Difusión

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