Cuando Nathalie Bendelman estudiaba Ciencias de la Comunicación en la ORT, tuvo que hacer una monografía y eligió contar la historia de su abuelo Isaac Przetycki. Su zeide, como ella le dice, había nacido en Polonia y llegó al Uruguay escapando de la guerra.
“Fue maravillosa toda esa etapa, los encuentros con él, que ya era un hombre grande. Hubo muchos casetes que grabamos, muchas charlas… la verdad que fue muy removedor y muy interesante por el nivel de detalle que tiene todo lo que yo fui escribiendo. Era impresionante”, recuerda la conductora de Tempranísimo y Monte Carlo a sus órdenes (radio Monte Carlo), este último programa junto a Robert Rocha (también es la productora).
La monografía quedó guardada en un cajón más de 20 años, tiempo en el que cada tanto su hermana menor, Karen, le decía “Nati, esto lo tenemos que publicar”.
Ella le respondía siempre que sí, hasta que un día se dio cuenta de que no podía hacerlo. “Tenía que empezar a corregir, porque claramente a los 18 uno no escribe como a los 40 y pico, y no podía. Entonces le dije a mi hermana: ‘te regalo este material, vos hacé lo que quieras; yo no voy a poder con esto”, recuerda.
Fue así que Karen, una psicopedagoga que hoy vive en los Estados Unidos, se puso la tarea al hombro y el libro Mi vida quedó pronto este año. “Lo publicamos para que cada uno de la familia tuviera un ejemplar, nunca fue la intención comercializarlo por más que se puede comprar por Amazon”, aclara la comunicadora.
Buscando fechas para reunir a la familia, el libro recién fue presentado en agosto, en la Comunidad Israelita del Uruguay, la Kehilá, de la que Przetycki fue creador del Departamento de Cultura. Allí enseñaba cultura judía y el idioma yidis. En la presentación estuvieron amigos, alumnos, familiares… recibiendo el libro, pero también compartiendo anécdotas del protagonista.
“Fue una persona tan generosa, tan dada. Nunca se victimizó por lo que le tocó vivir, al contrario, siempre fue por lo que quería y luchó por eso. Y construyó una familia hermosa. Todos tenemos unos valores divinos gracias a él, porque fue el pilar”, rescata con orgullo Nathalie del hombre del que el año que viene se cumplen 10 años de su fallecimiento.
Para ella fue una experiencia muy enriquecedora porque pudo conocer esa historia de primera mano, en diálogos inolvidables con un abuelo que se lo contó todo con mucha lucidez. “En ese momento estaba divino”, destaca.
“A nivel personal y a nivel familiar fue algo muy lindo porque quedó como un legado inmenso. Las generaciones que vienen van a conocer su historia y su lucha para poder sobrevivir”, concluye sobre un material que está disponible en la biblioteca de la Kehilá para todo público.
El sastre que se vino escapando de la guerra
Isaac Przetycki nació en el pueblo de Bork, en Polonia. Hijo de un sastre, le hubiera gustado estudiar, pero como no había liceo donde vivía, luego de probar varios oficios terminó dedicándose a lo mismo que su padre. “Siempre le gustó la historia, la literatura, y tenía una vocación de enseñar inmensa”, destaca Nathalie.
Cuando sobrevino la guerra, escapó con su familia de Polonia, pasando por varias ciudades. “Se separaban y se volvían a juntar”, cuenta la comunicadora sobre ese gran familión de siete hermanos.
Finalmente decidió venirse al Uruguay y ya instalado, además de dar clases, abrió un negocio de venta de ropa de hombre. Por las noches se quedaba cosiendo y arreglando prendas.
Conoció a su esposa en nuestro país, era una de sus alumnas uruguayas en la Kehilá. Con ella tuvo tres hijas, nietos y bisnietos.
Isaac logró traer al Uruguay a varios de sus hermanos; la unidad familiar siempre fue un valor importante para él. “Ese es en realidad el gran destaque, los valores familiares que siempre tuvo desde muy niño y que nos transmitió”, concluye Nathalie.