DR. PABLO PERA PIROTTO
Las manos son sectores del cuerpo sumamente importantes para el ser humano. Cuesta mucho pensar en alguna actividad en las que no cumplan un rol fundamental. Tan es así que en ellas radica nada menos que el sentido del tacto. Y, precisamente, por su continua actividad, están mucho más expuestas que otras partes a sufrir por las agresiones del medio externo.
En esta época del año es muy frecuente que las bajas temperaturas provoquen o exacerben la sequedad a nivel de la piel. Médicamente esto se conoce como xerosis y se debe a que el frío disminuye la actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas, que son responsables directos del mantenimiento de la integridad de la barrera cutánea. Conspira también para ello la baja humedad ambiental, que suele ser más marcada en lugares cerrados con un uso intenso de estufas o aires acondicionados.
A veces, la resequedad es tan importante que lleva a que literalmente se "cuartee" la piel, lastimándose con fisuras que pueden llegar a sangrar. Es obvio que esto produce una molestia notoria, e incluso diversos grados de dolor, sobre todo en los extremos de los dedos, que dificultan toda tarea.
Otros factores que perjudican nuestras manos son todos aquellos productos que generan irritación. Es lógico que si utilizamos un detergente para eliminar la grasa de los platos y vajilla, al tomar contacto con la piel de nuestras extremidades, realicen un efecto similar. Es por eso que se indica el uso de guantes para realizar ésta y otras tareas de la casa como, por ejemplo, el lavado de ropa a mano. En caso de existir alergia al material con los que se confeccionan estos guantes, lo recomendable es ponerse primero un guante de algodón blanco para evitar el contacto directo de la goma o látex con la piel.
En el mismo sentido actúan los jabones con alto contenido de soda, que con su uso diario y continuado empeoran aún más el cuadro. El consejo del dermatólogo tratante siempre será cambiar por jabones suaves, neutros o con grandes proporciones de crema, que están elaborados con productos como glicerina, lanolina o vitaminas. Los llamados syndet o jabones sintéticos líquidos son también una muy buena opción para proteger la piel de las manos. De todas maneras, lo mejor es lavarse lo indispensable, ya que la limpieza en forma demasiado reiterada se convierte también en una agresión para una superficie cutánea alterada.
Asimismo, el secado debe hacerse con suavidad y sin refregar, y nunca poner alcohol ni en forma líquida ni en gel, que solo servirá para aumentar la irritación y el disconfort.
No es recomendable la colocación de yuyos u otros remedios caseros, ya que en muchas ocasiones despiertan molestas reacciones alérgicas. Esto agrega, entonces, una picazón intensa, que lleva al rascado y como consecuencia aumenta aún más la sequedad, así como el riesgo de sobreinfección.
En relación al tratamiento concreto, existe una gran variedad de cremas tanto emolientes como hidratantes para restaurar las condiciones normales de la castigada piel de las manos. A diferencia de las de uso cosmético, las de indicación dermatológica no tienen fragancias ni colorantes, ya que esto puede empeorar la situación. Si bien su composición es variable, generalmente son ricas en vitaminas, sobre todo A y E, y tienen glicerina, ceramidas, y componentes que aumentan su capacidad hidratante como, por ejemplo, la urea.
Estos productos deben aplicarse varias veces en el día, viéndose las mejorías con relativa rapidez, siempre y cuando también se cumplan con las medidas de evitar todo tipo de contacto con factores que resulten agresivos.