Colin Huang: ¿Quién es el cerebro detrás de Temu y el empresario más rico de China?

Nació en 1980 en Hangzhou, una ciudad que también vio crecer a Jack Ma, fundador de Alibaba. Proviene de una familia trabajadora: su padre arreglaba máquinas de coser y su madre trabajaba en una fábrica textil.

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Colin Huang, fundador de Temu.

Es probable que pocos uruguayos sepan quién es Colin Huang, y del mismo modo, este empresario chino difícilmente esté al tanto de que, en un pequeño país del sur de América, un gobierno pretende gravar las compras realizadas a través de Temu, la plataforma que él creó y que lo convirtió en una de las personas más ricas del mundo.

El auge de Temu generó un verdadero fenómeno de consumo en Uruguay. Desde su llegada en 2024, las compras personales al exterior se multiplicaron exponencialmente: tan solo el mes pasado, la Dirección Nacional de Aduanas registró la llegada de 171.334 paquetes por el régimen de franquicias de compras por Internet al exterior sin impuestos. Los uruguayos gastan unos US$ 15 millones al mes en compras realizadas a través de plataformas.

El crecimiento, sin embargo, encendió las alarmas del comercio local, que denuncia una competencia desigual frente a productos importados sin los mismos costos impositivos ni regulatorios. Ante esta situación, el gobierno hizo un polémico anuncio: gravará las compras realizadas por aplicaciones extranjeras con un IVA del 22%.

Si bien el Ministerio de Economía sostiene que se trata de una medida de equidad, empresarios y analistas consideran que el nuevo impuesto es apenas un paliativo frente a un fenómeno global que desafía los modelos tradicionales de consumo. Para muchos uruguayos, Temu seguirá siendo sinónimo de precios bajos y acceso fácil, y aunque el nuevo gravamen podría moderar su impacto, difícilmente frene del todo una tendencia que ya transformó los hábitos de compra en el país.

De programador a millonario

En poco más de una década, Huang pasó de ser un programador anónimo en Google a convertirse en el hombre más rico de China y en un referente del capitalismo tecnológico.

Nacido en 1980 en Hangzhou, una ciudad que también vio crecer a Jack Ma, fundador de Alibaba, Huang proviene de una familia trabajadora: su padre era mecánico de máquinas de coser y su madre trabajaba en una fábrica textil. Su infancia, estuvo marcada por una pasión precoz por las matemáticas y la ciencia. Desde joven destacó en olimpiadas escolares y obtuvo una plaza en la prestigiosa Hangzhou Foreign Language School, un trampolín que le permitió acceder a la Universidad de Zhejiang, donde estudió informática. Su talento lo llevó más tarde a Estados Unidos, donde obtuvo una maestría en ciencias de la computación en la Universidad de Wisconsin-Madison. Esa experiencia internacional sería decisiva: lo acercó al epicentro de la revolución tecnológica y le permitió observar de cerca el funcionamiento del Silicon Valley.

En 2004, Huang se incorporó a Google como ingeniero de software. Allí trabajó en el desarrollo de sistemas de búsqueda y en la expansión del gigante estadounidense en China. Pero su espíritu inquieto lo empujaba más allá del empleo corporativo. En 2007, renunció para emprender por su cuenta. Fundó varias compañías de comercio electrónico y marketing digital, entre ellas Ouku.com, una tienda en línea de productos electrónicos que vendió pocos años después.

Aquellas experiencias le enseñaron sobre logística, comportamiento del consumidor y, sobre todo, el potencial de las redes sociales y la gamificación (usar mecánicas de juego en sus portales) para incentivar las compras. De ese aprendizaje surgiría una idea disruptiva: un modelo de comercio que mezclara el bajo precio, la compra en grupo y la interacción social.

Esa idea se materializó en 2015 con la creación de Pinduoduo. Frente a los colosos Alibaba y JD.com, Huang apostó por un público diferente: consumidores de ingresos medios o bajos, especialmente de ciudades pequeñas o rurales. Su plataforma permitía comprar productos a precios reducidos si los usuarios formaban grupos de compra con amigos o conocidos. En pocos años, Pinduoduo transformó el comercio electrónico en China, atrayendo cientos de millones de usuarios y saliendo a bolsa en el Nasdaq en 2018 con una recaudación de US$ 1.600 millones.

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Colin Huang.

Pensador audaz y diferente

La estrategia de Huang era simple y poderosa: eliminar intermediarios, conectar directamente fábricas chinas con consumidores y trasladar el ahorro al precio final. Pero detrás del éxito había una sofisticada infraestructura tecnológica y logística. Pinduoduo aprovechó el big data para optimizar la oferta y la demanda, personalizó las recomendaciones y aplicó la psicología del juego a la economía digital.

Huang se diferenciaba de otros magnates chinos: mientras Jack Ma cultivaba la exposición pública, él prefería el anonimato. En 2020 renunció a su cargo de director general y un año después dejó la presidencia, cediendo la gestión diaria a otros ejecutivos.

Sin embargo, su influencia no desapareció. Bajo el paraguas de PDD Holdings, la empresa matriz, Huang impulsó la expansión internacional con el lanzamiento de Temu en 2022. Concebida inicialmente para el mercado estadounidense, Temu adoptó el lema Shop Like a Billionaire (compra como un millonario) y se presentó como una plataforma de descuentos extremos, con envíos gratuitos y millones de productos a precios irrisorios. Su modelo replicó la esencia de Pinduoduo: conectar directamente fabricantes con consumidores, pero esta vez a escala global. En menos de dos años, Temu se expandió a más de 70 países.

El impacto fue inmediato

En Estados Unidos y Europa, Temu desató una auténtica fiebre por las “gangas”, rivalizando con Shein y AliExpress. Su agresiva estrategia de precios -basada en subsidios y márgenes mínimos- generó tanto entusiasmo como controversia. Algunos analistas aplauden la democratización del consumo que propone; otros alertan sobre los riesgos de sostenibilidad, la opacidad de las cadenas de suministro y la dependencia de un modelo que se apoya en costos ultrabajos y envíos internacionales con escaso control aduanero.

A pesar de las críticas, los resultados financieros son innegables: en la primera mitad de 2024, los ingresos de Temu superaron los US$ 20.000 millones, y su crecimiento sigue acelerándose. Su historia sigue escribiéndose en el mundo. Y a ello no escapa este pequeño país sudamericano llamado Uruguay.

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