"¡Paulina!”, es la reacción más repetida que surge cuando se ve a Cecilia Suárez. Fue su papel en La casa de las flores, la serie mexicana que realizó para Netflix y que la hizo merecedora de elogios y premios. Pero Cecilia tiene una trayectoria que viene de mucho más atrás. Algunos la relacionarán con Capadocia (HBO), otros con Mujeres asesinas, y en su México natal habrá muchas más ficciones para nombrar. Incluso en Estados Unidos, donde se formó y también actuó. Hoy está en boca de todos por otras dos series de Netflix: El jardinero y Serpientes y escaleras.
En la primera es la controladora madre de un joven sin sentimientos al que empuja a convertirse en sicario bajo la fachada de un jardinero. Por este papel muchos medios la han consultado sobre su experiencia con la maternidad. Cecilia tiene un hijo, Teo, de 15 años, al que no le permite tener celular y controla su uso de Internet.
“Es duro porque todo a su alrededor indica lo contrario. Pero yo estoy convencida y leo un montón sobre qué es lo mejor para su desarrollo, su mente, su corazón y sus valores”, señaló a La Vanguardia sobre el hijo que tuvo con el actor Osvaldo de León, del que se separó el mismo año en que fue madre (2010).
En los primeros 9 años de Teo, Cecilia decidió no moverse de Ciudad de México, solo aceptaba trabajos fuera durante las vacaciones del pequeño. Terminado ese plazo, resolvió mudarse a Madrid y, apenas tres meses después, su hijo ya le decía que no quería volver. “Le pedí tres razones para defender una declaración tan contundente y me las dio, muy concretas. Dijo: ‘España es muy bonita, llego a todos lados en 10 minutos y puedo andar un poco más yo solo’”, contó a El País de Madrid aclarando que Ciudad de México le sigue pareciendo fascinante. “Tiene tantos incentivos y posibilidades que es adictiva”, destacó.
Cecilia no nació en la capital azteca, sino en Tampico, Tamaulipas, hace 53 años. Para estudiar teatro eligió los Estados Unidos y se formó en la Universidad Estatal de Illinois. Eso hace que pueda actuar tanto en español como en inglés con la misma soltura. Su debut en cine fue en español, en Sexo, pudor y lágrimas, pero también se la ha visto en películas americanas como Espanglish o Los tres entierros de Melquíades Estrada, donde la dirigió Tommy Lee Jones.
Unos años antes compartió elenco con Harvey Keitel en Cuba libre (2003), actor del que aprendió una importante lección para su profesión. Él hacía de su padre y debían entrar a escena tomados de la mano. “Yo era muy joven y recuerdo que, al oír la palabra ‘acción’, empecé a caminar y él me jaló de la mano y me detuvo. No me dijo nada. Solo me detuvo, respiró, se plantó y luego entramos. A raíz de eso, entendí lo que me quería decir. A partir de ese momento no entro directamente al set; doy un pequeño espacio para que ese mundo se acomode y yo pueda caminar dentro de él”, relató a El Español.
También ha hecho teatro e incluso es miembro de la Compañía de Teatro de Chicago, en la que hizo su debut actoral. Fue en dos obras: Las brujas de Salem (como Abigail) y Good-Deeds. En México actuó en Otelo, Pequeñas certezas, El Diccionario Sentimental y Popcorn, obra esta última por la que la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro le otorgó el premio a Mejor Actriz de Comedia.
Pero es la televisión la que la ha vuelto más internacional y conocida. Es la primera actriz de habla hispana en ser nominada al Emmy Internacional y lo fue por su trabajo en Capadocia (ver recuadro).
Ha confesado que hay muchos personajes que no interpretaría y que ha rechazado varios. “Por conciencia. Siendo joven me ha tocado leer muchos guiones con una carga misógina brutal”, contó a La Vanguardia quien le gusta pensar “que nos faltan muchas historias más por contar”.
Vida personal
Cecilia celebra que tanto ella como sus hermanas tuvieron la libertad para estudiar lo que tenían ganas. “Tener el apoyo de mis padres fue importante porque recuerdo a muchos compañeros de Arte Dramático con pesar porque sus papás les decían: ‘Te vas a morir de hambre’, ‘lo que has elegido es un disparate’. Eso te va quemando y a la larga tiene un peso”, comentó en entrevista con El País de Madrid.
Además del padre de su hijo, la actriz estuvo en pareja con Gael García Bernal y se la llegó a vincular sentimentalmente con el actor español Paco León (José María/María José en La casa de las flores).
Es muy conocida por su activismo en Greenpace y además es embajadora de la Iniciativa Spotlight de la ONU para erradicar la violencia contra la mujer. En tal sentido, mantiene una fuerte postura respecto al patriarcado.
“No solo nos atraviesa a nosotras, ellos también están atrapados en un dictado cruel sobre lo que significa ser hombre. Porque hay una parte de privilegio, pero si se examina, el patriarcado dicta cómo es la masculinidad, los exime de la duda, de la ternura, de la fragilidad”, señaló a La Vanguardia.
Se define aventurera, le gusta la moda aunque no es muy fan de los tacos altos y confiesa que si no fuera actriz tendría un vivero. “Me encantan las plantas”, ha dicho y parece un guiño a sus últimos personajes. Valora la familia como ese lugar en el que se vive la vida cotidiana y está la gente que “te regresa al centro de ti misma”. También disfruta de la soledad. “Necesito estar sola de a ratos, es muy importante tener espacio para mí, estar conmigo a solas, hacer lo que yo quiera o no hacer nada. En el mundo en que vivimos, es importante saber no hacer nada”, ha dicho.
La volada Paulina
Fue una de las hijas de Verónica Castro en La casa de las flores y se robó la serie. Por este trabajo ganó tres premios Platino. “Creo que parte de la fascinación que ejercía Paulina es porque era democrática y funcionaba igual con la clase alta, media y con el barrio”, analizó la actriz quien, entre muchos otros detalles, le dio una forma de hablar muy particular (lenta) que marcó al personaje.
Madre controladora
China Jurado es la controladora madre del protagonista de El jardinero, otra serie de Netflix, en este caso un thriller. “Me interesaba explorar la maternidad no idealizada, de la que no solemos hablar. ¿Qué pasa con las mujeres egoístas que se ponen ellas por delante y cuyo hijo acaba acomodándose a eso?”, señaló a El País de Madrid sobre este papel que le resultó muy divertido interpretar.
Bambi y la psiquiatra
En Capadocia (HBO), serie sobre una cárcel de mujeres, fue la peligrosa reclusa Bamby y se convirtió en la primera actriz de habla hispana en ser nominada al Emmy Internacional. En la segunda temporada sumó otro personaje, el de la oscura psiquiatra del penal y luego directora, Valeria Molina. “Hacer dos personajes es siempre difícil, da nervios, es un reto... pero ahí están”, declaró a Sábado Show en 2012.
La prefecta Dora
Serpientes y escaleras es su más reciente trabajo bajo las órdenes de Manolo Caro, el mismo director de La casa de las flores. Allí es la prefecta Dora, que sueña con ser la directora de un prestigioso colegio de México. “Es un viaje al abismo”, definió la actriz. “Ante todo es una historia para reír y divertirte”, agregó sobre esta comedia que maneja el estilo absurdo.