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Adictos a la Rambla: Figuras públicas cuentan por qué necesitan de esta salida para arrancar el día

Un comunicador, un actor, un preparador físico, el presidente de un club de fútbol y tres autoridades de gobierno relatan su experiencia como integrantes de una comunidad difícil de abandonar.

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Rambla
Gente haciendo ejercicio en la rambla Sur de la ciudad de Montevideo.
Gerardo Perez/Archivo El Pais

Por Analía Filosi

El horario elegido: la mañana, entre las 7 y las 9 horas aproximadamente. El lugar: la rambla, fundamentalmente entre Kibón y el Parque Rodó. Los protagonistas: un comunicador, un actor y locutor, un ex preparador físico de la Selección, el presidente de un club de fútbol y tres autoridades vinculadas al gobierno. ¿Qué los une? Todos pertenecen a lo que varios de ellos coincidieron en definir como una “comunidad”. Todos ellos “necesitan” de la rambla para comenzar su día.

Novato: Jaime Clara

El recién llegado a esto de caminar por la rambla es el periodista Jaime Clara, que comenzó a hacerlo por un tema de salud. “Estaba demasiado quieto, mis horarios eran muy cortados y no me permitían tener tiempo para poder encararlo”, dice y se acuerda perfectamente de la fecha en la que empezó, el 20 de diciembre de 2022, porque está relacionada con su debut como presentador de Telenoche (Canal 4). Eso reordenó su horario laboral y le permitió tener las mañanas más liberadas.

Jaime Clara
Nota a Jaime Clara, periodista, caricaturista y escritor uruguayo, en Montevideo, ND 20230104, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine

Ya había tenido un intento de salir a caminar en marzo del año pasado, pero lo hacía por su barrio. El problema fue que un día iba tan concentrado escuchando radio que se cayó, se abrió la rodilla y eso le impidió caminar durante todo el año. También probó hacerlo por el Parque Batlle, por Pocitos o por Carrasco pero, si bien lo disfrutaba, las subidas y bajadas lo obligaron a desistir.

“Elegí la rambla porque es plana”, aclara ya que para el comunicador se trata de “un lugar sobredimensionado de Montevideo; yo no soy amante de la rambla”. Lo explica por su origen maragato: “Soy un bicho mediterráneo”, proclama. Admite que la rambla es un lugar maravilloso, pero cree que hay otros igual de hermosos en la capital, lo que sucede es que no tienen la misma prensa.

También le costó un poco armarse la rutina. Primero salía de termo y mate, pero se dio cuenta, muy a su pesar, de que no funcionaba. Otra cosa que advirtió fue que no era bueno hacer pausas. Finalmente adoptó un recorrido ininterrumpido de entre cinco y ocho kilómetros, a las 7 de la mañana, en el que solo lleva una botella de agua y la radio/celular.

“Ir escuchando radio es fundamental porque para mí es importante aprovechar el tiempo. Entonces escucho muchos podcasts, mucha radio del exterior y voy conociendo posibles entrevistados para Sábados Sarandí”, señala a propósito del programa radial que determina que el único día que no camine sea los sábados. “Los domingos salgo de tardecita”, apunta. Tampoco le gusta repetir recorridos porque se aburre. Entonces los cambia diariamente para ver otros paisajes y otras personas. Eso lleva a que le pasen cosas graciosas, como la vez que se olvidó dónde había dejado el auto y terminó caminando casi 10 kilómetros hasta encontrarlo.

Hasta ahora no ha faltado ni un día y su físico ya lo evidencia. “Me han tenido que achicar la ropa para el informativo y la gente me nota más deshinchado”, cuenta quien no se pesa por consejo de su doctora, que considera que no es un dato relevante.

La idea es no parar, aunque no se imagina qué ocurrirá en invierno. “Salir a las 7 de la mañana, casi oscuro, con días de lluvia y todo… capaz que tengo que complementarlo con algún gimnasio. Pero eso será problema para más adelante”, reflexiona.

Fanático: Bruno Cetraro

En las antípodas de Clara respecto al amor por la rambla está Bruno Cetraro, que hasta inicios de este mes llevaba 10 años ininterrumpidos saliendo todas las mañanas, salvo viajes o lluvia torrencial.

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Bruno Cetraro, actor y locutor.
Foto: Bruno Cetraro.

El locutor y ex integrante de El precio justo (Canal 4) comenzó las caminatas cuando, charlando con su pareja, se dio cuenta de que estaría bueno tener un tiempo para él dado que ya no estaba jugando fútbol 5.

“Increíblemente vivía a cinco cuadras de la rambla y en los primeros tres años creo que bajé una o dos veces por año. Hasta que dije ‘¡no puede ser!, empecé a bajar y fue una rosca. Ahora estoy un día sin ir y me falta algo”, confiesa y en eso coincide con muchos de los protagonistas de esta nota, que sostienen que la rambla es una adicción.

Para Cetraro se volvió algo estrictamente necesario. “A veces es salir pensando en algo, a veces es no pensar en nada; a veces es pensar en varias cosas… lo que termina haciendo es dejarme colocado para arrancar el día”, sostiene sobre una práctica que le ha servido tanto física como mentalmente.

Caminaba en promedio una hora y 20 minutos y siempre en las mañanas, salvo que por alguna razón tuviera que mudarlo para la tarde. Igual admite que para él no es lo mismo porque es una persona matutina. “Raro siendo actor”, bromea.

Es de los que adhiere a la idea de “la comunidad” por eso de que después de tantos años se genera un vínculo con las personas con las cuales se cruza. Algunas sabe quiénes son —varios de esta nota—, de otras solo conoce sus caras y a partir de ellas suele imaginarse sus posibles historias. “Hay una chica que camina súper sonriente y te realegra todas las mañanas, está el que camina rápido, el que corre todos los días, la que corre con cara de enojada… como soy actor, por defecto profesional soy muy observador”, comenta.

Pero para Cetraro todo eso se terminó. Este mes resolvió con su familia mudarse a España porque tiene dos hijas que seguirán sus estudios en Europa, una en Londres y la otra en Madrid. Él buscará seguir trabajando remoto en lo que pueda mientras procura abrirse mercado allá. Entre lo que más lamenta está que le faltará la rambla. “¡Me mata! Voy a tener que encontrar algo que me motive porque necesito el agua; correr en un parque no es lo mismo”, confiesa.

Comunidad

Desconocidos conocidos

“Es muy lindo saludarnos entre los que nos cruzamos y creo que a esta altura vamos conformando una especie de gremio o comunidad en la que muchos nos reconocemos sin conocernos por el nombre propio”, dice Pablo Abdala, presidente del INAU, sobre un detalle en el que coinciden todos los participantes de esta nota.

Todos ellos reconocen que intercambian saludos con gente de la que no saben su nombre ni a qué se dedican, pero son sus “compañeros de la rambla” y extrañan su presencia si algún día no los ven.

Si bien los consultados son figuras públicas y se reconocen entre sí por eso, eso no quiere decir que tengan trato en la vida cotidiana, pero en la rambla se saludan como si así fuera.

La directora de Cultura, Mariana Wainstein, cuenta que con amigas a veces juega a ver cuántas personas las saludan; mientras que “El Profe” Herrera y Bruno Cetraro son de los que les gusta imaginar las historias detrás de esas personas que ven a diario. “El Profe”, además, bromea con los conocidos diciéndoles que “les pasan lista”.

Los del fútbol: José Fuentes

José Fuentes, presidente del Club Nacional de Football, hace casi 25 años que sale a la rambla. Comenzó corriendo, ahora camina y como caminante integra el grupo que muchos de los consultados en esta nota definen como “los del fútbol”. Lo acompañan los directores técnicos Raúl Moller y Manuel Keosseian; el ex dirigente de Peñarol, Edgar Welker, y el ex presidente de la Liga Universitaria, Julio Jakob, entre otros. Los fines de semana sale con otro amigo, según él mismo lo dice: su perro cocker.

Jose Fuentes
Jose Fuentes, presidente del Club Nacional de Futbol, en el Estadio Parque Central en Montevideo.
Foto: Francisco Flores

“Me sirve mucho salir con ese grupo porque como muchos son entrenadores me dan otro punto de vista y si hay gente de Peñarol también me sirve para saber cómo piensan. En general el tema predominante es el fútbol, pero también hablamos de otras cosas”, señala a Revista Domingo.

Destaca que todo es positivo en las caminatas. Cuando tenía un cargo importante en un banco le servían para reflexionar. También se le ocurrían cosas nuevas, para lo que considera que lo ayuda la mañana por tener la mente despejada y estar descansado.

Reconoce que ser el presidente de un club grande del fútbol uruguayo motiva que haya gente que le grite cosas cuando lo cruza. “Pero en general es todo con buena onda, no he tenido problemas”, apunta. Además explica que existe un código bien conocido entre quienes caminan o corren que es no detener al otro para hablarle, solo se acepta un saludo al pasar y lo respetan.

Fuentes define esa hora y media diaria como “todos los días poner una monedita en la alcancía de la vida”, por lo que representa tanto para la salud física como mental. “Los días que no salgo no me siento bien, me falta algo, lo extraño. Además también es charlar con amigos y divertirse”, remarca.

El Profe: José Herrera

Podría integrar perfectamente el grupo del fútbol, incluso se cruza con ellos y los saluda. Hablamos del “Profe” José Herrera, preparador físico de la selección uruguaya durante la era Tabárez, que sale a la rambla desde siempre. Tuvo su época de corredor que luego cambió por la de caminante regular, sobre todo a partir de los 37 años, cuando tuvo un problema cardiovascular y le hicieron una angioplastia.

Jose Herrera
Nota a Jose Herrera, exfutbolista y preparador fisico de la Seleccion de Uruguay de futbol, en su domicilio en Montevideo, ND 20211103, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores

“Comencé a hacerlo en forma más sistemática y ahora pasó a ser una necesidad básica. Así como mucha gente te dice ‘yo no puedo salir de casa sin tomar mate’, yo tampoco, pero aparte no puedo empezar el día sin hacer una actividad física”, señala quien comienza con una rutina de tonificación muscular en su casa y a las 7 y media u 8 de la mañana ya está en la rambla.

Sale solo o acompañado de su señora, que a veces lo abandona para ir al gimnasio. Van conversando o escuchando cada uno su radio. En el caso del Profe elige algún programa deportivo o sino tiene armada una playlist en la que hay desde música clásica hasta folklore, pero lo que más le gusta es el rock de los 70. “El de mi época”, acota.

También destaca que es fundamental el contacto con la naturaleza, prefiere toda la vida caminar al aire libre que en la cinta de un club. Además apunta que el clima en Uruguay “es espectacular”, permite que hasta en invierno, bien abrigado, se pueda salir.

Como está retirado, hoy tiene más tiempo para hacerlo, pero aún en la época de la Selección, que confiesa que extraña, se hacía espacio para poder arrancar el día haciendo ejercicio. Si tenía que levantarse más temprano, no dudaba.

Es otro de los que, con su esposa, “pasan lista” de las personas que cruzan cada mañana, aunque no las conozcan. De muchas imaginan su historia. Varios le dedican gritos de aliento, sobre todo pasaba en la época de la Selección. Si lo paran para consultarle algo, se detiene sin inconvenientes porque “soy un apasionado del deporte y me gusta hablar de fútbol”, reconoce.

Consejos

El Profe lo recomienda a sus amigos

“Desde el punto de vista de la salud, son todos beneficios”, destaca el “Profe” Herrera sobre las bondades de salir a caminar. “La caminata no está contraindicada para ninguna afección”, agrega. Sirve para la salud cardiovascular y para el control del peso y la presión arterial.

Además es buena para combatir la ansiedad, la depresión y el estrés. “Está comprobado que la actividad física genera endorfinas, que está muy relacionado con el estado de ánimo”, apunta.

Recomienda hacer una consulta previa con el médico, comenzar en forma progresiva y prestar atención a las respuestas que da el organismo.

A partir de determinada edad no puede faltar el trabajo de fuerza.

“Yo le digo a mis amigos: ‘Haceme caso un mes, después no me des pelota; vas a ver que no lo vas a poder dejar”, cuenta sobre esta actividad.

Colegas: Pablo Abdala y Javier García

Pablo Abdala, presidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), y Javier García, ministro de Defensa, son dos de los jerarcas del presente gobierno que se cruzan por la rambla montevideana alrededor de las 8 de la mañana.

Pablo Abdala, presidente del INAU
Pablo Abdala, presidente del INAU.
Foto: Estefanía Leal

Abdala tiene el hábito de alternar la caminata con el trote suave desde hace muchos años. Practica deporte desde muy joven. Primero en la escuela y liceo jugando al fútbol y llegando a participar en ADIC, el campeonato de los colegios privados. Luego en facultad, época en que jugó mucho al tenis, siempre en forma amateur hasta que lo dejó y comenzó con las caminatas.

El espacio elegido depende del lugar donde vive. Su barrio fue siempre Pocitos, pero durante ocho años residió en el Cordón y ahí iba al Parque de los Aliados. De vuelta en Pocitos retornó a la rambla y trota desde la calle Guayaquí hasta la Plaza Gomensoro; el resto del recorrido, hasta el Nautilus, camina y así completa media hora de ejercicio.

“Soy adicto a la caminata. Es un espacio necesario, indispensable, que realmente me hace mucho bien y disfruto. He comprobado que hay una memoria biológica que todos tenemos. Cuando no salgo, lo siento”, señala.

El horario está sujeto a la dinámica familiar porque le gusta desayunar con sus hijas y llevarlas al liceo. Y si tiene alguna actividad en la mañana, se levanta más temprano para poder caminar. Sábado y domingo también sale, pero más cerca del mediodía. “El único evento climático o atmosférico que me impide salir es la lluvia. El frío no es óbice, el viento tampoco. Y en invierno me abrigo mucho y no hay problema”, comenta.

En ese tiempo aprovecha para repasar mentalmente la agenda del día, ordenar las ideas y hasta dice que se le ocurren algunas. “No ideas revolucionarias ni que tengan valor histórico”, apunta a las risas. “Muchas veces llego a casa y anoto”, agrega y aclara que también es un momento de esparcimiento.

Saluda a mucha gente y si lo paran para hacerle alguna consulta, gustosamente atiende los requerimientos porque considera que es parte del disfrute y de su actividad.

“Yo creo que la rambla es un lugar privilegiado que tenemos todos los montevideanos. Es un espacio muy democrático que disfrutamos todos”, destaca.

Cuenta como anécdota que un amigo que vive en Santa Catalina se viene en auto o en moto todos los fines de semana para hacer ejercicio en esta parte de la capital.

Javier García también rescata lo que significa contar con esta pista natural de la que disfruta desde hace más de 20 años. “Es el paseo más democrático que hay”, sostiene.

Javier Garcia
Nota a Javier Garcia, Senador de la Republica por el Partido Nacional y futuro Ministro de Defensa Nacional, en su despacho en el Palacio Legislativo en Montevideo, ND 20200116, foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

Siempre dice que es el medicamento más barato que existe, solo cuesta un par de championes. “Hace muchísimos años que tengo un consumo de championes importante”, bromea quien tiene dos circuitos básicos. “Yo vivo en la zona de 21 de Setiembre y cuando está muy ventoso arranco para el Parque de los Aliados, en media hora llegó exactamente hasta el Museo del Fútbol y pego la vuelta. Si no hay mucho viento voy a la rambla”, explica.

Incluso en la rambla tiene varios circuitos, todos de una hora y de entre seis kilómetros y medio y siete kilómetros, que va variando de acuerdo al clima. “Hay tres lugares en la rambla donde cambia el viento: en la zona de la Estacada, en la Estación de Ancap frente al Club de Golf y en Trouville”, pasa como piques. Además usa una aplicación móvil para medir tiempo y distancia.

Al Ministro de Defensa se lo suele ver caminando mientras habla por teléfono porque es de los que aprovecha la mañana para comunicarse con los que ya están en pie como él. “El Presidente de la República suele levantarse muy temprano, así que es una de las personas con las que intercambio. A otros les mando mensajes para que los vean cuando se levantan”, dice y acota que hasta se mensajea con periodistas de los programas de radio que va escuchando para aportarles información o corregirlos. Aclara que también hay momentos que demandan apagar la radio y dedicarse a uno mismo, cosa que también disfruta y lo ayuda.

Hay días que camina dos veces porque su esposa sale en la tarde y la acompaña. Lo único que lo detiene es la lluvia; en invierno se abriga, se pone guantes y todo se soporta. “El cuerpo pide salir, no entiendo el día sin hacerlo, es una adicción saludable”, subraya.

Escuchar la caminata: Mariana Wainstein

“Soy una caminante”, dice Mariana Wainstein, Directora Nacional de Cultura. Ciudad a la que va, ciudad en la que prefiere hacer todo caminando. “Puedo caminar hasta ocho horas seguidas, es mi deporte preferido”, confiesa. Y estando en Uruguay lo usa como ejercicio para arrancar las mañanas.

Mariana Wainstein
Mariana Wainstein, Directora Nacional de Cultura
Foto: Mariana Wainstein.

Acompañaba a su hija a la escuela, seguía de largo y sin darse cuenta terminaba caminando 10 kilómetros. Hoy si no lo hace, siente que le falta algo, por eso acomoda su agenda para cumplir con la rutina y si tiene que levantarse más temprano no le molesta.

Intenta no prender el teléfono y, si bien en una época caminar y escuchar música iban de la mano, hoy está en una etapa más emocional en la que dedica tiempo a la meditación y el mindfullness, por lo cual trata de realizar una caminata con conciencia plena. “Eso significa escuchar los ruidos de la caminata misma, de la gente que camina alrededor mío, del río, de la arena”, explica.

Trata de no pensar en el trabajo, pero le gusta “ver la gestión pública”: si la rambla está rota, si la arena está limpia, el estado de las plazas, el diseño de los edificios y si hay algún apartamento a la venta y luego si se vendió. “Tenés para divertirte”, acota.

A veces saca fotos y se las manda a su familia y a sus amigos del mundo. Hace el ejercicio de sacar la misma foto en diferentes momentos.

Los fines de semana suele caminar con amigas. Tiene dos que la acompañan, una que conoce desde primero de escuela y otra que es ajena al mundo de la cultura y por eso le gusta escuchar sus puntos de vista. Sale con una o con la otra.

“Teníamos un juego de contar cuántas personas te saludan a ver quién gana”, cuenta. Algunas personas son conocidas de otros ámbitos, pero a otras las conoce de verlas todos los días en la rambla. Por eso es de las que habla de “comunidad”.

Hace poco volvió al gimnasio y siente que está traicionando a la rambla porque tiene que elegir entre una cosa o la otra. Asegura que va a alternar y dejar el encierro más para los días de lluvia. También es de las que prefiere las mañanas, aunque a veces sale en la tarde, “pero no es lo mismo; hay mucha gente y te distrae”, dice.

Para Wainstein “la rambla es uno de los lugares más lindos de una de las ciudades más lindas del mundo. De los lugares en los que viví, no he visto uno tan cómodo para caminar como la rambla, con un paisaje que varía todo el tiempo de acuerdo a la luz, a cómo está el agua, a la marea, a la luna… es un privilegio gigantesco”.

Por eso, y seguro coincide con varios de los protagonistas de esta nota, agradece a los que hicieron la rambla. “No sé de quién fue la audacia, pero estuvo realmente muy bien”.

Visión profesional

Psicólogos destacan la ventaja de la caminata periódica

“El sedentarismo, o sea, el quedarse quieto o no promover la actividad física, tiene como efecto menor actividad cerebral, apatía, depresión, aislamiento. Las personas van teniendo menos iniciativa y menos ganas de sociabilizar”, explicó la licenciada en Psicología Estela Guidini al referirse a la importancia que tiene para la salud mental realizar ejercicio físico.

Destacó además que existe lo que se llama “respuesta emocional al sol”. “La mayor exposición a la luz solar se asocia a mejores estados emocionales. Desde la cronoterapia, se asocia a la secreción de serotonina y endorfinas, que nos ayudan a mejorar la creatividad y la sensación de estar felices”, indicó.

Agregó que “estar más con nosotros mismos y reducir el estrés ayuda a bajar la rumiación mental, que es estar todo el tiempo con una idea en la cabeza”.

Además, colabora con bajar los niveles de depresión y ayuda con la capacidad de aprender y de encontrar alternativas a los problemas que se nos presentan.

En definitiva, Guidini señaló que mantener una actividad física regular hace que el cansancio, tanto físico como emocional, disminuya. Eso colabora con un montón de aspectos, como descansar mejor, bajar el nivel de estrés y mejorar el estado anímico.

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