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Cuidados paliativos: un abordaje médico literario que acompaña

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Eduardo Berti

Historias breves

Eduardo Berti escribió un libro que invita a escuchar.

Ojalá que al leer Una presencia ideal, de Eduardo Berti (Buenos Aires, 1964) se sientan tan acompañados como este cronista. No por el mero acto de leer (cualquier libro puede cumplir esa función), sino por la emotiva forma en que invita a escuchar. Los buenos libros provocan eso. Publicado originalmente en francés y traducido por Claudia Ramón Schwartzman, comparecen aquí un puñado de historias breves, inspiradas en lo que Berti vio, escuchó y vivió en el Centre Hospitalier Universitaire (CHU) de la ciudad de Rouen, entre abril y diciembre de 2015, como parte de una “residencia médico-literaria” en la que ficcionalizó entrevistas al personal médico de la Unidad de cuidados paliativos de la institución.

El filósofo Séneca, en uno de sus tratados dijo algo así como que todos y todas las cosas esperan el último día, aunque su fin no sea el mismo. Pero este libro no trata sobre la muerte, aunque la sobrevuela (y a veces la encuentra), sino sobre el trabajo y dedicación de quienes ayudan a las personas con enfermedades graves a tener una mejor calidad de vida. Desde la praxis literaria vale la pena recordar el enfoque pionero de Julia Stephen y sus Notas desde las habitaciones de los enfermos (1893), un compendio de su experiencia no profesional como cuidadora y enfermera, y cuya hija, ni más ni menos que Virginia Woolf, retomará conceptualmente luego en el ensayo Estar enfermo (1926).

Desde el punto de vista formal Berti trabaja con procedimientos de la escritura no-creativa (es integrante del grupo literario OuLiPo) para forjar un bello mosaico coral con las voces del personal de la salud (en la introducción al libro no oculta su deuda con Compañía K de William March (1933) y sus estampas sobre la Primera Guerra). Logra dotar de realidad el testimonio de los médicos, enfermeras, camilleros, auxiliares, pasantes y residentes, así como de los pacientes y sus familiares. El diseño individual e intercalado de los testimonios permite apreciar diversos matices, tanto de personalidad como del rol que cada uno ocupa en el equipo médico. También es interesante apreciar cómo Berti trabaja sobre la capa más sensible del profesional, dando paso a lo humano, al desnudar de manera compasiva sus errores y dudas, las paradojas latentes con las que deben lidiar, habilitando un espacio de confesión que finalmente adopta el signo de desahogo: “Si hay algo que uno aprende rápido en este oficio, es a callarse cuando no hay nada que decir”. La vida (de)pende de contados silencios.

UNA PRESENCIA IDEAL, de Eduardo Berti. Cía. Naviera Ilimitada, 2021. Buenos Aires, 160 págs.

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