Alejandra Costamagna hace magia e incomoda

Cuentos

Alejandra Costamagna goza de un bien ganado prestigio dentro del panorama de las letras chilenas. Aún antes de este llamado “boom” de la literatura femenina en Latinoamérica, la escritora había capturado la atención de los críticos y de sus colegas consagrados con el puño firme de su prosa. Para muchos, la aparición de la escritora chilena fue algo revelador. Su calidad propuso en ese entonces cierta esperanza en una época pop y chata. Leerla, por momentos podría resultar lo que María Moreno llama una “literatura del encuentro”.

En Imposible salir de la Tierra, Costamagna maneja el cuento como el arma de doble filo que es, pero siempre saliendo más que airosa. Con ella, ese texto corto que debe ganar la pelea con el lector de un solo golpe, se convierte en un certero tiro único. No hay ripio en sus textos, no hay relleno. Esta colección de relatos resultan una buena muestra de cómo se maneja un territorio tan complejo. La autora propone escenas, personajes y formas de usar el lenguaje que hacen que cada pequeño momento a solas con la lectura se conviertan en una situación tan atractiva como incómoda.

De estos once relatos que contiene el libro, a la mayoría los cubre un aura femenina, las mujeres construyen el pilar de los cuentos pero sin estar necesariamente ligadas a una ética feminista, ni siquiera a algún tipo de reivindicación heroica por más que, sí, echan el carro de la historia a andar. Con una forma muy bien lograda del retrato o del monólogo interior, las mujeres sostienen las tramas a fuerza de locuras, de descabelladas imágenes violentas que rozan la muerte, el peligro, la indignidad. De todo eso, la autora hace su magia logrando extraordinarios momentos en que el lector pueda asistir, sin querer, a un espacio que lo incomoda, a una palabra que lo pone en jaque frente al pensamiento de alguien que está levemente fuera de lugar y que, sin embargo, pareciera asistido por la razón.

El libro, Imposible salir de la Tierra, tiene cuentos más poderosos que otros, aunque sin decaer en ningún momento. En el relato “La epidemia de Traiguén”, desde el inicio se plantea que “la muchacha, dicen, es muy pero muy loca”. Allí el enunciado inicial inaugura el ritmo y el tono con el que ha de desarrollarse la serie de movimientos vertiginosos que trae la música del libro. De una u otra forma, todos los personajes de estos cuentos están muy pero muy locos. Todo el tiempo el lector es espía de situaciones muy tormentosas y a la vez que atractivas, y por eso resulta tan excitante oír el latido que provoca su lectura.

IMPOSIBLE SALIR DE LA TIERRA, de Alejandra Costamagna. Banda Oriental, 2019. Montevideo, 140 págs.