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Respaldar siempre

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Negar, negar siempre. Es la regla a seguir para casos de aprietos personales: comerse los caramelos, fumar a escondidas u otros ya más “apretados”, que a veces les pasa a los grandes.

Mentir, mentir siempre: conducta seguida por leninistas, hitleristas, fascistas, estalinistas y fidelistas para convencer a los ciudadanos. En caso de no lograrlo, hacerlo a palos.

Respaldar, respaldar siempre. He aquí la diferencia entre quienes se autodenominan progresistas -y de izquierda of course- y los de enfrente, los liberales, los demócratas, los republicanos, esto es, los malos. Nunca tan vigente aquello de Raúl Sendic “si es de izquierda no es corrupto; si es corrupto no es de izquierda”. Chupate esa mandarina.

Mientras los progresistas respaldan a los suyos, sea como sea, con pruebas o sin pruebas, los del otro lado son más “flojos”, aceptan y cumplen con lo que dice la justicia, renuncian, echan gente, asumen públicamente responsabilidades. No faltan (of course) los que tratan de tapar el tarro y esconder la mano (categoría corrupto, aunque nunca de izquierda), pero eso sí siempre sin limitar a los medios y a los periodistas, esto es, con garantías para aquellos que no aceptan presiones ni limitaciones (no incluye a periodistas y medios partidarios o ideológicamente alineados ni a “operadores”).

Hay ejemplos fresquitos.

Cristina Kirchner, con condena pedida por 12 años y en juicio por corrupción (uno de varios). Mil millones de dólares parece que se levantó. ¿El progresismo la condenó? ¿El Frente Amplio? ¿El Grupo de Puebla? ¿El Foro de San Pablo? ¿Lula? Unos cuantos la defendieron directamente -“es inocente” y “perseguida política”- y otros hablan de “lawfare”; algo así como un mal uso de la ley (contra los progresistas) que está muy en boga y en boca (y redes) de los militantes.

A veces se entreveran: por ejemplo cuando el acusado por corrupción es de izquierda y el gobierno también. El Grupo de Puebla acaba de condenar a la Justicia chilena, por no resolver (favorablemente, of course) el caso de Marco Enríquez-Ominami, dirigente político chileno progresista y de izquierda imputado por “delitos tributarios”. Caso de “law-fare” y firma toda la comandita: Fernández, Evo, Correa, Zapatero, etc. Boric, presidente de Chile progresista se enojó. ¿Cómo se resuelve un caso como este a la luz de la doctrina Sendic?

Y está el caso Leal. Se iba a aclarar el jueves. Iban a poner la chapa. Lo dijo Leal y lo certificó Pereira. No ocurrió. Según Astesiano fue a ofrecerle plata a su padre. Este dice que Leal no le ofreció plata y ya de paso le tiró unas patadas el presidente y dijo que el juicio se había politizado. ¿Desde cuándo? Aseguró que Leal se le apareció de improviso sin aviso alguno ni concertación previa. Fue hasta el Chuy, en Brasil, más de 300 kilómetros, golpeó la puerta y tuvo suerte, había gente. Lo mismo dice el hermano de Astesiano, con patadita al gobierno. Informó que la familia es frentista (Lacalle le erró bien feo). Pereira, en cambio, y así se oyó de sus labios, dijo que Leal fue invitado por el papá de Astesiano. Se informó que Leal fue acompañado por un familiar del papá. Humm, qué barullo.

Es Frente, por supuesto respalda a Leal (lo dijo Pereira). Respaldar siempre.

No quisiera estar en los zapatos de la fiscal Fossati. Depende lo que haga: lo suyo puede pasar a ser “lawfare”.

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Danilo Arbilla

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