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Viejos son los trapos: cómo ha cambiado la percepción sobre a qué edad comienza la vejez

Un nuevo estudio rastrea los cambios sobre cuándo es que termina la juventud a través del seguimiento de un cuarto de siglo de encuestas. Si bien la vejez se percibe como cada vez más tardía, esa percepción se ha ralentizado.

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Foto: Freerange.

En base a EFE
A mediados del siglo pasado las personas de 70 años eran consideradas ‘ancianas’ pero, en la actualidad se entiende o percibe que los adultos que llegan a esa edad no lo son. Así como se dice a menudo que la adolescencia se extendió bastante más allá de los 19 años, así también ganó popularidad la noción de que llegar a los 70 no es sinónimo de viejo. Porque “viejos” serían los trapos.

Esta es la principal conclusión de un estudio publicado este lunes en la revista de la Asociación Estadounidense de Psicología, titulado Psychology and Aging (en español: Psicología y envejecimiento), que sugiere que el aumento de la esperanza de vida (y los cambios en la legislación de varios países que retrasan la edad de la jubilación) podrían explicar este cambio en la percepción pública de la vejez.

“La esperanza de vida ha aumentado, lo que podría contribuir a que se perciba más tarde el inicio de la vejez. Además, algunos aspectos de la salud han mejorado con el tiempo, de modo que las personas de cierta edad que se consideraban viejas en el pasado, quizá ya no lo sean en la actualidad”, afirma Markus Wettstein, investigador de la Universidad Humboldt de Berlín (Alemania) y autor principal del estudio.

Pero hay matices en esta percepción. El estudio mencionado también encontró indicios de que la tendencia a percibir más tarde la vejez se ha enlentecido en las dos últimas décadas.

25 años de encuestas

El equipo, formado por investigadores de las universidades de Stanford, Luxemburgo y Greifswald (Alemania), examinó los datos de 14.056 participantes en la Encuesta Alemana sobre el Envejecimiento, un estudio que incluye a personas residentes en Alemania nacidas entre 1911 y 1974.

Los participantes respondieron a las preguntas de la encuesta hasta ocho veces a lo largo de 25 años (1996-2021), cuando tenían entre 40 y 100 años. Además, a medida que las generaciones mayores entraban en la mediana edad y en la vejez, el equipo iba reclutando nuevos participantes (de 40 a 85 años).

Y aunque los participantes tuvieron que responder a muchas preguntas, la principal de la encuesta era: “¿A qué edad describiría a alguien como viejo?”. Así descubrieron que, en comparación con los participantes nacidos antes, los nacidos más tarde percibían la vejez más tarde.

Por ejemplo, cuando los participantes nacidos en 1911 tenían 65 años, fijaban el inicio de la vejez en los 71 años. En cambio, los participantes nacidos en 1956 dijeron que la vejez comienza a los 74 años, de media, cuando tenían 65 años.

Sin embargo, los investigadores también descubrieron que la tendencia a percibir más tarde el inicio de la vejez se ha ralentizado en los últimos años. “La tendencia a posponer la vejez no es lineal y podría no continuar necesariamente en el futuro”, concluye Wettstein.

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Foto: Pexels.

Los investigadores también analizaron cómo cambiaba la percepción de la vejez de los participantes a medida que envejecían. Así comprobaron que, a medida que envejecían, su percepción del inicio de la vejez se alejaba: a los 64 años, el participante medio decía que la vejez empezaba a los 74,7 años; a los 74 años, decían que la vejez empezaba a los 76,8 años; de media, la percepción del inicio de la vejez aumentaba aproximadamente un año por cada cuatro o cinco años de envejecimiento real.

Finalmente, los investigadores examinaron cómo influyen el sexo y el estado de salud en las diferencias en la percepción del inicio de la vejez. Comprobaron que las mujeres, por término medio, decían que la vejez empezaba dos años más tarde que los hombres, y que la diferencia entre hombres y mujeres había aumentado con el tiempo.

También descubrieron que las personas que se sentían más solas, tenían peor salud y se sentían mayores decían que la vejez empezaba antes, de media, que las que se sentían menos solas, tenían mejor salud y se sentían más jóvenes.

Según Wettstein, los resultados pueden tener implicancias sobre cuándo y cómo las personas se preparan para su propio envejecimiento, así como sobre la opinión que tienen de los adultos mayores en general. Esto, a su vez, probablemente influya en el debate público sobre cómo determinar el límite de edad para la jubilación, una discusión que se da en muchos países, Uruguay incluido.

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