El de ovario es uno de los tipos de cáncer más comunes que afectan a las mujeres, luego de los de mama, cuello uterino y endometrio, además de uno de los más agresivos. Otra faceta perniciosa de este tipo de tumores es que sus síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades, por lo cual a veces puede avanzar sin ser detectado.
En Uruguay es la sexta causa de muerte por cáncer en mujeres. Se diagnostican algo más de 200 nuevos casos cada año, y aproximadamente 150 mujeres fallecen anualmente debido a esta enfermedad, de acuerdo a datos del Fondo Nacional de Recursos.
A nivel internacional, la Coalición Mundial contra el Cáncer de Ovario proporciona otro alarmante dato: el 66% de las mujeres desconocía esta enfermedad antes de ser diagnosticada. Esa falta de información y conciencia dificulta la detección temprana, ya que en ocho de cada diez casos el diagnóstico se produce cuando el cáncer ya se ha diseminado en el organismo (de ahí el mote “asesino silencioso”).
Sin embargo, de tanto en tanto surgen noticias positivas sobre los avances en la lucha contra el cáncer en general y, en este caso, el de ovarios en particular. Uruguay cuenta, como primer país de Sudamérica, con una nueva terapia contra el cáncer de ovarios, denominada Mirvetuximab soravtansine.
Esta consiste en una quimioterapia dirigida que une un anticuerpo específico a un fármaco citotóxico (un tipo de medicamento diseñado para eliminar o dañar células, especialmente aquellas que se dividen rápidamente, como las células cancerosas).
El mecanismo “inteligente” de esta terapia permite que el medicamento actúe con precisión sobre las células cancerosas y preserve lo máximo posible las células sanas, con el beneficio agregado de que reduce los efectos secundarios.
La oncóloga Andrea Blanco explicó las particularidades y los alcances de esta nueva terapia y señaló uno de los aspectos más importantes de esta: “En algunos casos de la enfermedad, esta medicación muestra importantes beneficios, en particular en lo que hace a la supervivencia de la paciente, lo cual obviamente es muy importante”.
-¿Para qué casos de cáncer de ovario es que esta medicación puede ser indicada?
-Para aquellas pacientes en las que el cáncer ya se ha diseminado y que son “platino resistentes”. Esto quiere decir lo siguiente: el tratamiento de primera línea se hace con sales de platino a través de la quimioterapia. Cuando la paciente se vuelve resistente a ese tratamiento, o sea que no responde a la medicación, es que se habla de “platino resistencia”. Hace poco apareció esta droga para pacientes resistentes al platino, pero no a todas las pacientes, sino solo aquellas que “sobreexpresan el receptor de folato en un 75%”.
Sin entrar en excesivos tecnicismos: la nueva terapia es solo para algunos casos específicos de cáncer de ovario, no todos. Pero ahí donde es aplicable resulta un avance significativo, porque por un lado permite un diagnóstico más rápido y certero, y también más barato para el país, ya que deja de ser necesario realizar ciertas pruebas en el extranjero.
Aun así, debe aclararse que este tratamiento no cuenta, por ahora, con la cobertura del Fondo Nacional de Recursos, y que se trata de una medicación de alto costo. Cada tratamiento puede llegar a significar un gasto de aproximadamente 5.000 dólares, y son necesarios varios tratamientos.
Ese tipo de consideraciones exceden la competencia de Blanco, más allá de que sigue siendo una buena noticia que Uruguay ahora cuenta con una terapia que puede darle a algunas pacientes con cáncer de ovario -aquellas que pueden pagarlo- una nueva esperanza.