Una fruta roja que protege los riñones, previene infecciones urinarias y enfermedades renales

Redacción El País
Los riñones cumplen una función vitalen el organismo: filtran los desechos metabólicos, regulan el equilibrio de líquidos y eliminan sustancias nocivas a través de la orina. Sin embargo, factores como el estrés oxidativo, la mala alimentación y las infecciones recurrentes pueden afectar su correcto funcionamiento y derivar en enfermedades renales crónicas.

En este contexto, los arándanos rojos (Vaccinium macrocarpon) han demostrado ser un gran aliado para la salud de estos órganos. Su consumo se asocia con la prevención de infecciones urinarias y la protección frente al daño oxidativo, lo que podría reducir el riesgo de patologías renales.

Las infecciones urinarias pueden ser una puerta de entrada a complicaciones renales si no se tratan a tiempo. La bacteria Escherichia coli es la principal responsable de estas afecciones, ya que se adhiere a las paredes del tracto urinario y prolifera, causando inflamación y molestias.

El arándano rojo contiene proantocianidinas, compuestos que impiden que las bacterias se adhieran a la mucosa del tracto urinario, reduciendo así la posibilidad de infección. De hecho, estudios han demostrado que el consumo regular de productos a base de arándanos puede disminuir la recurrencia de infecciones urinarias en mujeres, niños y personas con riesgo elevado, como quienes utilizan catéteres.

Si bien esta fruta puede ser un gran complemento en la prevención, los especialistas advierten que no sustituye a los antibióticos en casos de infecciones graves, por lo que siempre se debe seguir la indicación médica.

Los riñones están expuestos de manera constante a toxinas y desechos metabólicos, lo que genera estrés oxidativo y favorece el desarrollo de enfermedades renales crónicas. Aquí es donde los arándanos juegan un papel clave: son ricos en polifenoles, antocianinas y flavonoides, compuestos antioxidantes que ayudan a neutralizar los radicales libres y reducir la inflamación en los tejidos renales.

Investigaciones científicas han señalado que la enfermedad renal crónica afecta al 10% de la población mundial y es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares. El consumo de alimentos con propiedades antioxidantes, como los arándanos, puede ser una estrategia efectiva para prevenir el deterioro progresivo de la función renal.

Además de su efecto directo sobre los riñones, los arándanos pueden influir positivamente en la microbiota intestinal. Un estudio de la Universidad de Massachusetts Amherst encontró que ciertos carbohidratos presentes en esta fruta actúan como prebióticos, favoreciendo el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.

Dado que la salud intestinal y la función renal están estrechamente relacionadas, este hallazgo refuerza la importancia de una alimentación variada y equilibrada para la prevención de enfermedades metabólicas y renales.

Si bien los arándanos rojos ofrecen múltiples beneficios, los expertos enfatizan que no existe un “súperalimento” capaz de garantizar la salud renal por sí solo. Una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras, junto con una hidratación adecuada, actividad física y un buen descanso, son factores fundamentales para el bienestar de todo el organismo.

Incorporar arándanos a la dieta puede ser una estrategia simple y efectiva para fortalecer la salud renal y prevenir afecciones asociadas, siempre dentro de un estilo de vida saludable y bajo la guía de profesionales de la salud.