Redacción El País
Es crucial prestar atención a los cambios de color en la lengua como parte de la salud bucal, según revela un estudio de Harvard. No obstante, también existen condiciones médicas subyacentes y trastornos que pueden influir en su apariencia, por lo que es vital estar atento a estos cambios. A continuación, se detallan los cambios de color en la lengua que requieren especial atención:
Lengua negra o marrón: Este cambio está asociado con la llamada "lengua negra vellosa", que surge cuando las papilas se elongan y acumulan bacterias y pigmentos de alimentos, dando lugar a un tono oscuro. El tabaquismo, el consumo de café y una higiene bucal deficiente pueden ser factores contribuyentes. Corregir estos hábitos suele restablecer el color normal.
Manchas blancas: La presencia de manchas blancas en la lengua puede indicar candidiasis oral, la cual puede estar relacionada con problemas inmunológicos o enfermedades como la diabetes o el VIH. En casos más graves, podría ser un signo de cáncer oral.
Llagas rojas y amarillas: Estas úlceras acompañadas de dolor en la lengua también pueden ser un síntoma de candidiasis oral. Los tejidos irritados pueden dificultar la alimentación y la deglución.
Rojo brillante: Puede ser indicio de deficiencia de vitamina D o de una infección como la escarlatina. Sin embargo, si las manchas rojas cambian de ubicación y no provocan dolor, podrían ser un signo de la afección benigna conocida como "lengua geográfica", que está relacionada con factores como deficiencias nutricionales, estrés o predisposición genética.
Es esencial tomar medidas para prevenir cambios en el color de la lengua. Mantener una buena hidratación, beber agua a temperatura moderada y utilizar enjuagues bucales recomendados por odontólogos después del cepillado son prácticas útiles. También se aconseja cepillar la lengua suavemente y, en caso de náuseas, se puede utilizar un raspador lingual.
Cómo prevenir cambios en el color de la lengua
De acuerdo con expertos de Harvard, estos cuatro tonos también pueden señalar deshidratación, lo que lleva a la sequedad y alteración cromática del músculo lingual. Por tanto, se recomienda ingerir agua a una temperatura moderada para prevenir estos síntomas. Además, el uso de enjuagues bucales recomendados por odontólogos (una o dos veces al día) tras el cepillado dental también puede ser beneficioso.
Una adecuada higiene bucal y una buena hidratación son esenciales para reducir las posibilidades de estos cambios en el color de la lengua. Otro consejo común es el cepillado de la lengua. "Se recomienda colocar el cepillo en la parte posterior del dorso de la lengua, es decir, lo más al fondo posible, y luego realizar un barrido suave hacia adelante hasta llegar a la punta", explicaron los especialistas. Asimismo, recalcaron la importancia de no ejercer demasiada presión al cepillar la lengua y sugirieron que, en caso de experimentar náuseas durante esta limpieza, se puede optar por un raspador lingual, el cual disminuye el reflejo nauseoso.
En la mayoría de los casos, se trata de trastornos temporales asociados a enfermedades, por lo que los síntomas suelen remitir con el tratamiento adecuado. Si esto no sucede, es importante buscar atención médica, especialmente si se presenta en conjunto con otros síntomas como dolor de garganta intenso, fiebre o la persistencia de llagas.