Redacción El País
Este fenómeno de cambios en el rostro se debe principalmente a la naturaleza del cartílago, el tejido flexible que compone gran parte de estas estructuras.
Pero ¿cuáles son las razones por las que ocurren estos cambios?
- Degradación del cartílago. Con el tiempo, el cartílago pierde elasticidad y se degrada, lo que provoca cambios en la forma y el tamaño de la nariz y las orejas.
- Pérdida de colágeno. La disminución del colágeno, una proteína esencial para la firmeza de los tejidos, contribuye al alargamiento y la flacidez de estas áreas.
- Ley de la gravedad. Con el paso de los años, la gravedad también juega un papel importante, acentuando la flacidez y el alargamiento.
- El tabaquismo, la exposición excesiva al sol y una mala alimentación pueden acelerar este proceso.
- Diferencias entre sexos. Si bien afecta a ambos sexos, los cambios suelen ser más notorios en los hombres, debido a que, en promedio, tienen narices y orejas más grandes. Además, la testosterona influye en la estructura del cartílago.
¿Cómo ralentizar el proceso?
Aunque no se puede detener por completo, se pueden tomar medidas para minimizar el impacto:
- Protección solar. El uso de protector solar ayuda a preservar el colágeno.
- Hidratación y nutrición. Una dieta equilibrada, rica en colágeno, vitamina C y proteínas, es fundamental.
- Ejercicios faciales. Pueden contribuir a la tonicidad muscular y retrasar la flacidez.
- Evitar el tabaco y el alcohol. Estas sustancias aceleran el envejecimiento de la piel y el cartílago.
En definitiva, el cambio en el tamaño de la nariz y las orejas es un proceso natural ligado al envejecimiento del cartílago y la pérdida de colágeno. Sin embargo, un estilo de vida saludable puede ayudar a ralentizar estos cambios.
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